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El incierto futuro de los libreros de Sant Antoni

El Ayuntamiento de Barcelona no contempla que regrese el tradicional mercado dominical al histórico edificio una vez concluyan las obras de remodelación.

Una imagen del estado actual del Mercat de Sant Antoni que podría abrir sus puertas definitivamente en octubre del próximo año.
Una imagen del estado actual del Mercat de Sant Antoni que podría abrir sus puertas definitivamente en octubre del próximo año.larazon

El Ayuntamiento de Barcelona no contempla que regrese el tradicional mercado dominical al histórico edificio una vez concluyan las obras de remodelación.

Cuando hace casi un año, el pasado 11 de diciembre, la Unesco declaraba a Barcelona como ciudad literaria, entre las muchas virtudes para ostentar este título, una de ellas era la celebración cada domingo, desde hace décadas , de un mercado dedicado a la venta de libros viejos y de segunda mano. Es el popular Mercat de Sant Antoni. Pero, pese a los elogios de un organismo de la talla de la Unesco, Sant Antoni, al menos para los libreros y los lectores, no parece vivir su mejor momento.

El próximo jueves tendrá lugar una reunión entre representantes del Institut de Mercats del Ayuntamiento de Barcelona y Joan Mateu, presidente de la Asociación de Profesionales del Mercat del Llibre Dominical de Sant Antoni. El objetivo es aclarar el futuro de los puestos de libros, sobre todo ahora que la cuenta atrás está en marcha. El Ayuntamiento tiene previsto inaugurar en octubre de 2017 el nuevo Mercat de Sant Antoni después de años cerrado por obras. Volverán los comercios tradicionales de fruta, carne y pescado –en la actualidad ubicados provisionalmente en la Ronda de Sant Antoni–, pero no lo harán los libros de cada domingo. No entrarán en el edificio modernista. Según confirmaron fuentes municipales a este diario, en la actualidad se estudian hasta tres propuestas para reubicarlos, pero ninguna dentro del histórico mercado, como lo venían haciendo desde 1936.

Fragmentación

Mateu, en declaraciones a LA RAZÓN, explicó que las iniciativas suponen la fragmentación del tradicional mercado de libros, dividido entre dos calles, concretamente entre Borrell y Tamarit. De esta manera también se abandonaría la actual y accidental sede de la calle Urgell. «Todas las popuestas que se nos han hecho hasta ahora no se ajustan al mínimo que necesitamos para que pueda sobrevivir el mercado de libros dominical. Es como si estuviéramos viviendo una muerte lenta, pese a que en el último año hemos logrado aguantar y remontar en ventas», asegura Joan Mateu.

El Mercat de Sant Antoni está cerrado desde 2009 cuando comenzaron unas obras de rehabilitación que se han alargado mucho más de lo previsto. En este sentido, el anterior equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona, capitaneado por Xavier Trias, tenía previsto que los libros volvieran al edificio una vez acabadas las costosas obras de restauración, algo que está previsto que ahora no suceda. «Nos dijeron que pasaríamos de un mercado cutre a ir en un Ferrari. Ahora todo es incierto para nosotros y eso que la Unesco habla de nosotros como uno de los puntos para declarar a Barcelona como ciudad literaria», lamenta Mateu.

La reubicación entre Borrell y Tamarit también traería consigo que no estuvieran en el mercado todos los paradistas que actualmente pueden encontrarse bajo la carpa provisional móvil de la calle Urgell. Todos ellos ocupan hoy unos 750 metros lineales. «Nosotros solicitamos que, como mínimo, se nos aseguren unos 550 metros lineales. El Ayuntamiento solamente nos ofrece 500, lo que quiere decir que no estaríamos todos los que somos», según el presidente de la Asociación de Profesionales del Mercat del Llibre Dominical de Sant Antoni.

A ello se le suma un punto importante y controvertido. En los últimos años, el Ayuntamiento de Barcelona ha ido comprando algunos de los antiguos puestos de libros en Sant Antoni, sobre todo cuando alguno de los propietarios ha querido jubilarse. En la asociación se han contabilizado hasta 99, la más reciente adquirida por 15.000 euros. Desde el Consistorio no se ha querido confirmar, ni desmentir esta información a este diario.

Lo que sí se dice desde el Ayuntamiento es que se está trabajando para buscar la mejor solución para reubicar a los libreros, «y esto lo estamos haciendo en base al diálogo con todos los agentes implicados porque queremos que la propuesta se lleve a cabo contando con el máximo consenso posible». En este sentido, se recuerda que se han presentado tres iniciativas a los paradistas, pero ninguna de ellas se basa en regresar al mercado. «Nosotros trataremos de aguantar, aunque eso suponga seguir en la calle Urgell varios meses. He visto los planos de lo que lo que será el Mercat de Sant Antoni y cabemos, podríamos estar fácilmente allí, incluso sobrando espacio para todos», recuerda Joan Mateu.

Por ahora lo seguro es que hoy volverá a celebrarse una carrera en los alrededores del provisional mercado de libros, cromos, postales y otras joyas de papel buscadas por coleccionistas o amantes de la lectura. Eso traerá consigo problemas de acceso. «Cada carrera con cortes en los alrededores del mercado nos supone pérdidas de un 35 % en las ventas», subraya Mateu.