Libros

Libros

Explorando las otras Barcelonas

El periodista Sergi Doria publica su nueva novela «La verdad no se termina nunca»

El escritor y periodista Sergi Doria, fotografiado esta semana durante la presentación de su nuevo libro / Shooting
El escritor y periodista Sergi Doria, fotografiado esta semana durante la presentación de su nuevo libro / Shootinglarazon

El periodista Sergi Doria publica su nueva novela «La verdad no se termina nunca».

Barcelona es el escenario de los varios libros que el periodista Sergi Doria ha ido escribiendo en los últimos años, ya sean ensayo o ficción. En su nuevo trabajo, la novela «La verdad no termina nunca», publicada por Destino, el autor nos propone acercarnos a la capital catalana desde los años 30 hasta los 50, todo ello con un relato en el que nos encontramos algunos episodios que deberá recomponer Alfredo, un joven que quiere saber sobre su desaparecido padre. Tal y como explicó esta semana el autor, lo que propone al lector es un viaje por «unos años clave en la historia de Barcelona» y en los que encontraremos «el silencio de la posguerra, la explosión del arte de los años 20, el surgimiento del estraperlo, el mundo del periodismo y los ambientes de las orquestas y el cabaret».

Buena parte de la trama del libro surge de la investigación archivística de Doria. «Trabajé consultando las publicaciones de los años 20 y 30 en los que aparecían cómo se construía una gran ciudad, una Barcelona que llegaba al millón de habitantes. Las revista de la época resultaron ser un buen canal para explicar lo que era una gran ciudad. De esos materiales surgieron situaciones que podría dar a algo realista», explicó el periodista y novelista.

En su indagación, Alfredo se adentra en terrenos que le hacen ver que «el conocimiento es doloroso». También van surgiendo personajes que permiten descubrir un pasado que Barcelona ha decidido olvidar, como el paso de la aviadora Titaÿna, la misma que pudo entrevistar al general Miguel Primo de Rivera, además de Mussolini y Hitler.

Igualmente nos topamos en «La verdad no termina nunca» a los estafadores Strauss yPerlowitz, los mismos que lograron engañar a las altas esferas del país, creando lo que después se denominó estraperlo.

En la novela también se rescata la vida en la Barcelona bélica de 1937, con el montaje de las checas, las cárceles en las que se torturaron a no pocas personas, entre ellas, por ejemplo, a Anna Maria Dalí, la hermana del pintor surrealista. La capital catalana acogió algunas cuyo montaje fue inspirado en los principios del arte abstracto. Todo ello lo narra Doria en la última etapa del libro que él define como «gótica».

Cuando se le pregunta al autor el por qué de este uso de Barcelona como decorado de buena parte de su obra, admite que este hecho obedece a que «es una ciudad literaria. Tiene muchas cosas que explicar. Para qué vamos a ir a otro sitio teniendo todo esto a mano. Estas novelas sirven para consolidar esa memoria». Por ello, opta por un camino literario en el que no todo es evasión, sino que hay, como dice Doria, «tributo a muchas cosas». Son teselas del gran mosaico que es la memoria de Barcelona, una memoria que en ocasiones ha quedado inmerecidamente olvidada.