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BiciMAD arrasa en su estreno

El servicio de alquiler de bicicletas recibió una avalancha de consultas tras su puesta en marcha que colapsaron el servidor. En sólo ocho horas se dispensaron más de un millar de abonos anuales

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella y varios concejales estrenaron BiciMAD
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella y varios concejales estrenaron BiciMADlarazon

El servicio de alquiler de bicicletas recibió una avalancha de consultas tras su puesta en marcha que colapsaron el servidor. En sólo ocho horas se dispensaron más de un millar de abonos anuales

Por fin, después de meses de espera y curiosidad, se inauguró ayer el servicio municipal de alquiler de bicicletas BiciMAD, que es pionero en Europa por ser el primero cuyos vehículos tienen todos un motor de asistencia eléctrica. Un estreno apoteósico que ha llegado a colapsar la web y el sistema de las bicicletas por el aluvión de peticiones de abonos anuales y de curiosos trasteando con las opciones disponibles.

A media tarde de ayer ya había más de un millar de peticiones de abonos anuales para BiciMAD, que suponen una tarifa más reducida a la hora de utilizar el servicio. De hecho, ya la tarde anterior se había abierto la página web www.bicimad.com para adelantar los abonos, aunque no se permitía recoger la tarjeta hasta pasadas las once y, a las 8 de la mañana, ya se superaba el centenar de peticiones. Y, pocos minutos después de que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, hiciese el paseíllo inaugural por el paseo de Recoletos, Jorge Juan, Serrano y la plaza de la Independencia, ya había interesados trasteando con el interfaz de los tótem.

Junto a los que trataban de abonarse directamente en las estaciones y los que querían recoger sus nuevas tarjetas BiciMAD, revoloteaba constantemente una nube de curiosos que, además de curiosear el totem, toqueteaban las bicicletas y preguntaban a todos cómo funcionaba aquello. Allá donde había alguien dejando o cogiendo bicis en las estaciones aparecía un vecino preguntando qué era eso. «Pero ¿de verdad que me va a subir las cuestas con el motor? –preguntaba una mujer en el barrio de la Estrella– Porque entonces sí que la cojo todos los días para ir a trabajar». Otros valoraban positivamente los vehículos a la par que criticaban o bien las molestias que causaba la estación, ya fuese por haber quitado sitio de aparcamiento o para pasar, o bien el éxito o el fracaso del nuevo servicio de alquiler.

También había tortas por conseguir los planos que, diligentemente, repartían los trabajadores de Bonopark. En ellos se especifican las tarifas, el uso del alquiler, recomendaciones de circulación y, sobre todo, un mapa en el que se indican las estaciones disponibles, las vías ciclistas existentes, las pendientes más pronunciadas que han motivado la instalación de un motor eléctrico y, lo más importante, las calles más tranquilas de tráfico para circular sin temor a la mala educación vial de algunos conductores. Porque uno de los mayores impedimentos que los madrileños ven al uso del alquiler de bicis es precisamente el miedo al agresivo tráfico madrileño, aunque muchos se sacudieron el temor de encima para disfrutar de las nuevas bicicletas.

Al respecto, la alcaldesa fue contundente: los conductores deben sumarse a ese cambio cultural para integrar a la bicicleta en el tráfico habitual e «ir cambiando los hábitos para conseguir en Madrid una coexistencia pacífica y que imperen la tolerancia y el respeto entre automovilistas, peatones y ciclistas en lo que debe ser una ciudad de todos y para todos». Lo que en palabras del director de Bonopark, Miguel Vital, «es una revolución».

La primera fase de BiciMAD consta de 1.560 bicicletas y 3.120 anclajes distribuidos en 123 estaciones que se reparten en distintas partes de los distritos de Centro, Salamanca, Arganzuela, Retiro, Moncloa-Aravaca y Chamberí. El límite por el norte está en Ortega y Gasset y los bulevares de Génova, Sagasta, Carranza y Alberto Aguilera, por el oeste por Rosales, Bailén y la Cuesta de la Vega, por el sur por las Rondas de Toledo y Valencia y por el este por Avenida del Mediterráneo, Doctor Esquerdo y Manuel Becerra.

La capital consta actualmente de 321 kilómetros de vías ciclistas –carriles-bici, sendas ciclables, ciclo-calles, ciclo-carriles y el anillo verde ciclista– 1.174 aparcabicis y 76 líneas avanza-bici en los semáforos. «Una oferta que en los últimos años se ha visto reforzad con el Eje Mayor-Alcalá, la M-10 ciclista o las nuevas vías de Las Tabals y Montecarmelo, a las que sumamos cerca de 70 kilómetros de ciclo-callles y ciclo-carriles (con velocidad limitada )para facilitar la implantación de BiciMAD», recordó Botella.

¿Cómo funciona?

1-Abonarse

Para el abono anual es mejor que rellenen los datos y recarguen saldo en la web o con el móvil y sólo recoger la tarjeta en el tótem de la estación. Los ocasionales deben dejar un número de tarjeta de crédito en el tótem y recibirán una tarjeta temporal en el momento.

2- Recoger la bici

Con la tarjeta de abono anual u ocasional, hay que acercase a la bicicleta e introducir la tarjeta en la ranura que hay en cada base. El sistema pitará y desbloqueará el vehículo, que se puede retirar con un simple tirón. ¡Ojo!, que pesa 22 kilos, algo más que una bici convencional.

3- Uso del motor

Por defecto, la bicicleta tendrá el motor eléctrico activado en asistencia media. Se puede regular en el manillar izquierdo o apagarlo, al igual que las luces. En el manillar derecho están las marchas convencionales y un timbre de rosca.

4- Aparcar

Cuando lleguemos a nuestro destino basta con aparcar la bicicleta y el sistema descontará el coste del trayecto. ¡Cuidado!, la bicicleta debe estar muy recta frente al anclaje y hay que empujarla fuertemente para aparcarla. La luz de la base debe cambiar a color verde si está bien colocada.