El terror se sienta a la mesa

Calaveritas dulces, telaraña diabólica de calabaza y hasta un cóctel vampírico para degustar la víspera del Día de Todos los Santos.

Parece que cada vez gusta más acoger las tradiciones americanas como si fueran nuestras. Hasta ahora hemos esperado al día de Todos los Santos para rezar a los nuestros –por supuesto– y para atiborrarnos de los clásicos buñuelos y huesos de santo, pero lo cierto es que también entusiasma sentarnos a la mesa la víspera para festejar la noche de los muertos. Sí, numerosos restaurantes incluyen ya ricas y terroríficas recetas para los amantes del «truco o trato». Muy auténtica es la que nos tiene preparada Abraham García en Luz de Luna, su espacio mexicano recién estrenado. Con unos tradicionales altares de muertos, los mismos que levantaban los aztecas para recordar a los familiares y amigos difuntos, como escenario, de su cocina sale desde un pan de muertos hasta antojitos, tacos, guacamoles, tamales y frijoles charros, que armonizan con tequilas, mezcales y cheves. De postre, calaveritas dulces. El taco «Mi Calaverita» lo sirve el puesto Mi taco de El Mercado de San Ildefonso, que promete celebrar un Hallowwen de horror: albóndigas con calabaza, de DP Tapas, el horror salmón, que propone Chao Pescao, el tiradito mortal de gambas de Cevicheando y la tosta de tartar de salmón con crema de aguacate que, con el sugerente nombre de trucoman o tragacuate, ha ideado Bayotín. La viuda de Jager, mojito de Jager Meister, ron soda y granadina es el terrorífico cóctel de la noche.

Tommy Mel’s, por su parte, prepara un fiestón escalofriante en el que probaremos su nueva «Thriller Burger», con pan de semilla de calabaza, pulled pork, queso monterrey, cebolla, salsa sweet chili y carne de vacuno. Pídala con el Dracula’s Punch. En New York Burger incluyen a su propuesta con carne de cebón, unos amenazadores colmillos de queso mozzarella y una sangrante salsa de arándanos para saborear en un local decorado con telas de araña y que sobrevuelan murciélagos mientras brujas y hombres lobo pululan entre las mesas. «Hechizado» es el nombre del menú (42 euros) anunciado por el hotel VP Jardín de Recoletos. Para abrir apetito, una crema de boletus y telaraña diabólica de calabaza o una tosta de foie y verduras satánicas. Y como platos fuertes, el solomillo del terror con tallarines embrujados o un rape con chipirones a la parrilla con sombra de tinta mágica. Platos todos tan creativos como el cementerio de chocolate y el cóctel vampírico que cierran el festín.

Y, atención paladares apasionados de los bocados callejeros asiáticos, porque Pambao prepara para festejar la noche de brujas un misterioso DarkBao, el mollete chino cocido al vapor que tanto nos gusta con tinta de calamar y relleno de calabaza, pollo teriyaki, queso y cebolleta china. Y, si se le antoja sushi, que sea el black sushi de Sushimore, diseñado con un milhojas de arroz negro, surimi con mayonesa japonesa, arroz negro y cebolla.

La carta de Bacira anuncia una tarta de queso y vainilla con helado de calabaza asada, pipas garrapiñadas, polvorón de cúrcuma y pan de especias, mientras que Isaac Fernández, de El Mendrugo, rinde homenaje a los vampiros con la creación Luna llena con Draculín. En Mejillón, la idea es armonizar “les moules frites” con el Blue Demon, agitado con pisco Demonio de los Andes, limón, manzana Granny Smith y curaçao azul, y en Ôven Mozzarella Bar no perderse la pizza Diavola (mozzarella, bolognesa, peperoni, ají amarillo y rocoto), con un ligero sabor picante perfecto para la noche de brujas. Por último, cuidado porque la sopa de calabaza y jengibre de Velázquez 17 es adictiva. El terror se sienta a la mesa.