Vivienda social

"Hemos perdido los ahorros por el bloqueo de las Cocheras"

Tras cinco años de retraso, los cooperativistas de Cuatro Caminos esperan recibir pronto sus viviendas. El plan urbanístico se aprobará en Pleno. «La otra corporación nos hizo la vida imposible».

Miriam Sanz llegó a la cooperativa soltera y con novio; ahora tiene un hijo que ya ha cumplido tres años. Foto: Rubén Mondelo
Miriam Sanz llegó a la cooperativa soltera y con novio; ahora tiene un hijo que ya ha cumplido tres años. Foto: Rubén Mondelolarazon

Tras cinco años de retraso, los cooperativistas de Cuatro Caminos esperan recibir pronto sus viviendas. El plan urbanístico se aprobará en Pleno. «La otra corporación nos hizo la vida imposible».

Miriam Sanz llegó con novio y ya cuenta con un niño de tres años; Roberto Fayos sólo tenía un bebé y ya son cuatro en la familia... Parejas que se casan, se separan o se divorcian; niños que vienen al mundo; familiares que fallecen... Cinco años dan para muchos cambios trascendentes. Y por todos ellos han pasado algunas de las más de 400 familias de cooperativistas que, desde 2014, esperaban con ilusión su nueva vivienda en las cocheras de Cuatro Caminos. Un plan urbanístico que nació con oposición por parte del Ayuntamiento de Manuela Carmena; que, tres años después, parecía que seguiría adelante ya con el apoyo de Ahora Madrid, y que llevaba un año sin sufrir grandes avances. Finalmente, el desbloqueo ha llegado de la mano del flamante Gobierno de PP y Cs. Tal como anunció ayer el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, el expediente de este plan urbanístico ha sido remitido a la Comunidad de Madrid. En diez días se espera que sea aprobado por la Comisión de Urbanismo. Y en el próximo Pleno ordinario de julio, con fecha aún por determinar, podría ser aprobado. «Hemos hecho en cuatro días lo que el anterior equipo de Gobierno ha tardado cuatro años: desbloquear este expediente que afecta a 443 familias», aseguró Fuentes.

Y es que estas familias, agrupadas en la cooperativa Metropolitan, recuerdan el tira y afloja que sostuvieron con el Ejecutivo de Carmena en general, y con el PSOE en particular. Como afirma a LA RAZÓN Desirée del Río, portavoz de los afectados, «nos hicieron la vida imposible. Nos metieron en el cajón de los especuladores. Sólo al final, cuando no les quedó más remedio, se pusieron las pilas». Y es que «han sido cinco años tirados», en los cuales estos hogares se han dejado miles de euros en el camino. Fue el caso de Miriam, que ha vivido de alquiler esperando el desbloqueo, invirtiendo unos 11.000 euros anuales. O de Roberto, que cifra en 14.000 el «esfuerzo económico» que han tenido que aportar cada año.

El ex delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo, se explayó ayer sobre este asunto en su perfil de Twitter. Afirma que «no es verdad» que el actual Ayuntamiento lo haya desbloqueado, sino que el camino hacia su «aprobación definitiva» se debe «a los trámites impulsados por el Gobierno de Carmena». Unas reflexiones que les resultan chocantes a los afectados, teniendo en cuenta que fue Ahora Madrid quien quiso paralizar el proyecto en 2016 debido a que «incumplía el Plan General de Ordenación Urbana». En 2017, los cooperativistas resolvieron los problemas detectados y el Ayuntamiento ya otorgó su aprobación formal.

Pero los problemas no cesaron. Como recuerda Del Río, «se presentaron unas 1.550 alegaciones», relativas algunas de ellas al supuesto valor histórico de las antiguas cocheras. La asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio aseguraba que en su diseño había participado Antonio Palacios, arquitecto de las primeras estaciones de Metro de la capital. Sin embargo, este enero, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) desestimó que estas cocheras pudieran ser declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) debido a la «inexistencia de evidencias» de la mano de Palacios.

Antes, en diciembre, un defecto de forma en el expediente provocó que el propio Ayuntamiento tuviera que revocarlo, lo que supuso «otro mes de retraso». «Parece que el nuevo Consistorio se ha dado cuenta, nada más llegar, que éste era un tema muy urgente para muchas familias», dice del Río. Un dato a tener en cuenta: si todo hubiera transcurrido con normalidad, «este mismo año ya habríamos recibido las llaves de nuestras viviendas».

Así, ahora «nuestra felicidad es absoluta, después de haber invertido allí los ahorros de nuestra vida, con mucha gente que lo ha pasado muy mal». El convenio de gestión, el proyecto de reparcelación y el próximo pleno de julio son los tres últimos trámites que les separan del hogar que se les prometió.