Roma

Moteros con alzacuellos

Miles de sacerdotes aficionados a las motos disfrutaron de un día lleno de espectáculos. Todo lo recaudado irá a parar a Cáritas, centros de acogida y reinserción
Miles de sacerdotes aficionados a las motos disfrutaron de un día lleno de espectáculos. Todo lo recaudado irá a parar a Cáritas, centros de acogida y reinserciónlarazon

La primera edición de «La Catedral Motera» convocada por un cura madrileño, concentra a miles de moteros en Pelayos de la Presa. Para el próximo año, el párroco le ha pedido una de sus Harleys al Papa. «Ten cuidado con la moto, no te vaya a pasar lo que a Don Marcial». Hace tres años, los vecinos de Pelayos de la Presa, en Madrid, advertían así al nuevo sacerdote del pueblo de que fuera cauto por las carreteras de la zona. Gonzalo Moreno, el cura que llegó al municipio a lomos de su moto, al conocer la historia de su colega supo que tenía que hacer algo que aunara a Don Marcial, a los amantes del motor, a Pelayos de la Presa y a la fe. Y ese «algo» concentró ayer en el pueblo a más de 1.200 motos y más de 6.000 amantes de las dos ruedas. Todos ellos participaron en la primera edición de «La Catedral Motera», una jornada festiva con las motos como motivo, un motivo benéfico: todo lo recaudado se ha destinado a Cáritas, a un hogar de acogida en Aranjuez para personas sin techo.

«Me da la impresión de que la gente ha quedado muy sorprendida por que haya organizado esta concentración motera un cura y que además haya estado bien montada», dice Gonzalo que, al cierre de esta edición, seguía disfrutando de una fiesta que se prolongó hasta pasada la media noche. El joven párroco ha sido capaz de hacer dialogar con éxito al mundo de las motos, la caridad, la fiesta y el homenaje a Don Marcial, quien murió al engancharse su sotana en una rueda de su «Osa Palillos». «Me gusta mucho el concepto de atrio, de un lugar de encuentro en el que creyentes y no creyentes puedan compartir un espacio común disfrutando de cosas bellas», comenta el sacerdote. Al igual que hiciera hace 50 años Don Marcial, Gonzalo se sirve de su BMW para llegar a donde la feligresía lo necesite. «San Pablo y Santiago hubieran tenido moto. Ellos se servían de cualquier medio para hacer llegar la Buena Nueva. Es a los que más les pega», bromea, y añade a continuación, «porque en la moto se puede ir rezando, ¿sabes? Además contemplas la belleza de la Creación».

Don Joaquín María López de Andújar, obispo de Getafe, impartió de buena mañana la bendición a las motos antes de iniciar la ruta por los mismos parajes que transitó Don Marcial. A continuación, hubo suelta de globos por los caídos en accidentes de tráfico, uno de los momentos, junto con la bendición, de mayor emoción en todo el evento. Un día repleto de actividades con la exposición de la moto con la que Marc Márquez ganó el Mundial de Moto 2, un show de trial indoor, una pantalla gigante para seguir el Gran Premio de Hassen y con conciertos. Los motivos han sido muchos y el nexo de unión, el mismo que hace un par de semanas congregó en Roma a miles de amantes de las Harley-Davidson, quienes recibieron la bendición papal y regalaron a Francisco cuatro modelos de la mítica casa de Milwakee. Precisamente, el párroco de Pelayos ya tiene echado el ojo a uno de esos ejemplares. Para la segunda edición de «La Catedral Motera» ha pedido a Francisco que le regale una de las cuatro Harleys, como un aliciente más para un nuevo fin solidario.