Ayuntamiento de Madrid

Otras 29 calles en la «diana» de la alcaldesa

El Ayuntamiento planea reducir el número de carriles en las principales vías de la ciudad, limitar a 70 km/hora la velocidad de la M-30 y cerrar al tráfico privado todo el Centro en 2018.

La última zona acordonada por el Ayuntamiento, Ópera, también quedará sólo para residentes
La última zona acordonada por el Ayuntamiento, Ópera, también quedará sólo para residenteslarazon

El Ayuntamiento planea reducir el número de carriles en las principales vías de la ciudad, limitar a 70 km/hora la velocidad de la M-30 y cerrar al tráfico privado todo el Centro en 2018.

El corte al tráfico durante 30 días de la Gran Vía, la calle Atocha y Mayor no es la primera y ni mucho menos será la última medida que Manuela Carmena aprueba para reducir el tráfico en la ciudad. La peatonalización masiva de calles y la reducción de la velocidad en muchas de éstas son el «leit motiv» del próximo Plan de Calidad del Aire que la alcaldesa quiere tener listo el próximo año.

Bajo el argumentario de que reducir el tráfico es una cuestión de Salud Pública y sin tener en cuenta planes de movilidad alternativos para los conductores –como se ha visto en su decisión de cortar la Gran Vía sin informar antes al Consorcio Regional de Transportes para que diseñe un aumento del transporte público– el Gobierno municipal dispone ya de una «hoja de ruta» que cuenta con iniciativas como el cierre al tráfico de todos los no residentes a todo el distrito Centro. Esto supone convertir todo el centro en Área de Prioridad Residencial (APR) o lo que es lo mismo: todo aquél que no figure como residente no podrá ni siquiera circular por sus calles porque decenas de cámaras le cazarían y le multarían con 90 euros. Carmena quiere así unificar en 2018 las APR de Embajadores y Cortes– que puso en marcha Gallardón– y la de Ópera –que funciona desde marzo– a todo el Centro, por el que únicamente podrán circular el transporte público, los 150.000 residentes registrados y aquellos que estacionen en aparcamientos de la zona. Hasta ahora la duda estaba en si la Gran Vía podría incluirse en esta gran APR, pero tras la medida que anunció ayer quedan pocas dudas de su intención de cerrarla a los vehículos privados de los no residentes. Su intención de convertir el experimento navideño en una decisión permanente dejará sin este eje fundamental de distribución del tráfico en la ciudad de Madrid –conecta la zona noroeste de la Comunidad con la ciudad– a dos tercios de los miles de coches que a diario la utilizan, ya que sólo un tercio de los vehículos privados que transitan esta vía son residentes. Esta APR única estaría delimitada por Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Génova, Paseo del Prado, Ronda de Atocha, de Valencia, de Toledo, Gran Vía de San Francisco, Bailén, Cuesta de San Vicente y Princesa.

En la «cruzada» de Carmena contra los vehículos privados, la siguiente medida que el Ayuntamiento contempla y que también está recogida en el borrador del Plan de Calidad del Aire que se prevé aprobar en el primer trimestre de 2017 es reducir el número de carriles para el tráfico privado en un total de 30 calles «de fácil penetración», según reza el borrador. Vías como Castellana, Velázquez, Bravo Murillo, Serrano, Príncipe de Vergara, Princesa, o Cea Bermúdez (puede consultar el listado en la infografía de la página) darán al menos uno de sus carriles en uso exclusivo a las bicicletas y los autobuses públicos. Esta reducción se llevará a cabo en dos fases.

Quizás una de las propuestas más polémicas de la «hoja de ruta» de Ahora Madrid es la de reducir la velocidad en la M-30. En la actualidad el límite está en 90 kilómetros por hora y la intención del Gobierno municipal es que no se pueda sobrepasar los 70 km/hora; una regulación que ya se ha puesto en marcha de forma excepcional en los episodios de alta contaminación en Madrid y que ha recibido críticas de usuarios y expertos que sostienen que dicha reducción apenas incide en la mejora de la calidad del aire.

Otras de las medidas recogidas en el Plan es regular el estacionamiento también fuera de la M-30. Carmena ha modificado recientemente las tasas del Servicio de Estacionamiento Regulado, de tal manera que en la actualidad los vehículos más contaminantes pagan un 50% más por aparcar en las zonas azul y verde reguladas por los parquímetros.

El Plan de Carmena cuenta además con ampliar los carriles bici de Madrid, renovar la flota de la EMT hasta conseguir que el 100% no sea contaminante y dotar de carril BUS-VAO como el de la A-6 en todas las entradas a Madrid por las principales vías.