Vivienda

Rastreos en internet, charlas con vecinos... Así se investigan los pisos turísticos

Desde que la nueva corporación tomó el control, se han realizado 862 visitas de inspección. La mayoría de propietarios incumple las normas.

Madrid rozó los 10 millones de turistas en los últimos doce meses, lo que ha disparado la oferta de pisos turísticos. Foto: Jesús G. Feria
Madrid rozó los 10 millones de turistas en los últimos doce meses, lo que ha disparado la oferta de pisos turísticos. Foto: Jesús G. Ferialarazon

Desde que la nueva corporación tomó el control, se han realizado 862 visitas de inspección. La mayoría de propietarios incumple las normas.

Son las 10:00 horas. El lugar, un inmueble situado en los primeros números de la calle de Hortaleza, muy próximo a la Gran Vía. Cristina Fidalgo acaba de entregar un acta de inspección urbanística a los ocupantes, que no los dueños, de un piso: «Tienen que darle el acta al dueño en cuanto le devuelvan las llaves», les dice. Desde el pasado 15 de junio, con la nueva Corporación municipal al frente, los inspectores de la Agencia de Actividades del Ayuntamiento han realizado 862 visitas como ésta con un objetivo: comprobar si las viviendas cuentan con la licencia de actividad turística de alojamiento que otorga la Comunidad de Madrid. Sin embargo, y pese a que se han abierto 800 órdenes de cese desde septiembre de 2018, solo permanecen activas unas 325, debido a los recursos que interponen los dueños, según detalló ayer el delegado del Área de Urbanismo Mariano Fuentes. De hecho, ningún piso se ha cerrado a día de hoy. Entre otras cosas, porque el actual Plan Especial de hospedaje, aprobado por el Ayuntamiento de Manuela Carmena, no cuenta con una «base jurídica» que permita clausurar esa actividad. Así, su departamento tiene previsto modificar la norma para armonizar los intereses de los propietarios y plataformas con los de unos vecinos cuyo bienestar es «la prioridad» de la actual corporación.

Pero mientras las inspecciones continúan. Como explica Cristina Fidalgo, localizar los pisos no registrados legalmente como turísticos no es una tarea fácil. Al principio, los propietarios se anunciaban en plataformas de al alquiler –Booking y Airbnb serían las principales –con todo lujo de detalles que permitía su identificación. Una vez que se constataba que solo se alquilaban por un número de días concreto, se procedía a la visita. Sin embargo, desde que las normas se han endurecido, los dueños no incluyen en internet la ubicación exacta. Solo breves descripciones del tipo «en la zona de...». De ahí que, ahora, los inspectores tengan que estudiar las fotos que los propietarios adjuntan en los anuncios del interior de su piso y fijarse en todos los pormenores para intentar ubicarlo. Uno de ellos, las ventanas, ya que permiten ver el edificio que tienen justo en frente. «Es una labor de investigación previa», apunta Fidalgo.

Preguntas a vecinos

Pero en este punto, la colaboración de los vecinos está resultando fundamental. Primero, porque muchas veces son ellos mismos los que denuncian; segundo, porque, una vez que los inspectores se personan en el edificio «sospechoso», les orientan de aquellas viviendas que pueden estar ejerciendo una actividad comercial de forma encubierta. «Los vecinos nos dan todo tipo de información. Al final, son ellos los que conviven con los dueños», dicen los inspectores. El catastro de la Comunidad de Madrid también puede aportar indicios sobre los propietarios.

Una vez frente a la puerta, examinan los rellanos: es el espacio reservado habitualmente a la placa que acredita a la vivienda como piso turístico, sello otorgado por el Gobierno regional. Sin embargo, solo entre un 8 y un 10% de las viviendas cuentan con esa regulación.

En la inmensa mayoría de las ocasiones, el dueño no está en casa. Por ello, se entrega a los inquilinos el acta de inspección para que a su vez se la hagan llegar al propietario. En ocasiones quien la recibe es el personal de limpieza, en algunos casos «aleccionado» ante las preguntas de los inspectores. Así ocurrió en el caso de un edificio que, casi en su totalidad, estaba ejerciendo una labor comercial.

Una vez acabada la fase de inspección, el dueño recibe una orden de cese con acuse de recibo. Después, éste cuenta con un «trámite de audiencia», un periodo en el que tiene derecho a presentar sus alegaciones.

¿En qué cambiará la situación de los dueños tras la reforma del plan? Fuentes explica que se está a la espera de lo que dicte el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM): el plan de Manuela Carmena cuenta con 11 recursos, dos de los cuales solicitan su suspensión cautelar. En todo caso, el Consistorio va a llevar a cabo una normativa «realista» y en cooperación con la Consejería regional de Cultura y Turismo. Y es que ninguna vivienda es a día de hoy «legalizable» debido a que todas incumplen una de las exigencias del plan del anterior Ayuntamiento: contar con un acceso diferente al del resto del edificio. Fuentes considera que eso implica «prohibir de facto todas las viviendas», por lo que se «estudiará» estos días su posible modificación.