El derbi de Champions

Pymes
Tras año y medio de pandemia, seguramente no es necesario incidir de nuevo en cómo ha afectado esta situación en las empresas. Como mínimo la inmensa mayoría han pasado, y están pasando, por dificultades económicas derivadas de las medidas restrictivas necesarias para combatir la crisis de salud en las diferentes olas y la consiguiente menor demanda de sus productos y servicios.
El español es un tejido empresarial compuesto mayoritariamente, un 99 por ciento, por pymes. Y de ellas, el 94 por ciento son microempresas —sin asalariados o con entre uno y nueve—, en datos del Ministerio de Industria y Comercio.
Para este tipo de organizaciones las mayores dificultades han estado en dos circunstancias, como explican portavoces de la CEPYME: «Normalmente, una crisis llega de una manera paulatina y las empresas pueden, en cierto modo, prepararse, adaptarse. Pero esta es una crisis comenzó de un día para otro. Incluso, en una perspectiva de recuperación y en un momento del año en que, segundo trimestre del año, suele haber muchísima actividad. A muchas les pilló con diferentes inversiones hechas de cara a esas previsiones».
Por otra parte, en las empresas muy pequeñas, «se da la circunstancia de que suelen estar muy especializadas en su actividad, pero a cambio tienen una estructura mucho más pequeña, sin recursos, asesores o departamentos específicos —como financiero o laboral— para afrontar a una situación excepcional».
Pero la moneda tiene dos caras. Afortunadamente, muchas han podido aguantar y o bien hacer frente a la situación en su momento, o bien reiniciarse pasado el momento más difícil. Eso sí, continuar con su actividad en no pocos casos ha requerido un notable esfuerzo para reactivar, reflotar, adaptar o reorientar, o todo a la vez, su negocio.
Para apoyar a pequeñas y medianas empresas en este proceso Endesa y la fundación Youth Business Spain han creado el Programa Reactiva. Se trata de una iniciativa especialmente orientada apoyar y ayudar a proyectos de autoempleo, empresas unipersonales o de dos o tres personas socias, que atraviesen por dificultades por la COVID-19. Ya se han concedido 300.000 euros en microcréditos. De ellos, el perfil preferente de los beneficiarios son los colectivos vulnerables, jóvenes hasta 35 años, seniors de 55 a 65, mujeres, inmigrantes, personas pertenecientes a etnias minoritarias, etc.
El programa ofrece dos tipos de servicios: financieros y no financieros. Los primeros dan la posibilidad de acceder a microcréditos sociales, préstamos de hasta 5.000 euros con condiciones favorables, a empresas con difícil acceso al sistema bancario tradicional. Y también se han previsto ayudas de hasta 500 euros, en este caso directas y no reembolsables.
Pero reactivar o reorientar, y no digamos digitalizar, un negocio a menudo requiere otras cosas tan importantes como el dinero. Ahí entra la parte de servicios no financieros del Programa Reactiva. Formación y mentoría, son los también beneficios a los que pueden acceder las personas que forman parte del proyecto.
Así, el programa ofrece tres tipos de actividades de acompañamiento: webinarios sobre digitalización de actividades económicas; seminarios para desarrollar las competencias personales de cara a afrontar situaciones de máxima incertidumbre; y mentoría de personas expertas para identificar las necesidades, definir alternativas y elaborar planes de acción.
Con ser muy importantes los datos, las cifras y la teoría, la parte crucial de un programa de estas características son las personas.
Dos ejemplos son Ignacio Olmedo y Victoria Laguna. Ambos abrieron sus negocios con muy pocos meses de diferencia, y la pandemia les pilló en pleno despegue. Ignacio, en hostelería, y Carmen, en estética. En el caso de Ignacio, con solo 23 años en junio de 2019 había abierto un pequeño negocio de hostelería en el centro histórico de Málaga junto a su padre. Comida rápida para trabajadores y transeúntes, pensado sobre todo en quienes salen de marcha nocturna. Pero, con el confinamiento y los cierres obligados «nos vimos totalmente perjudicados», como él mismo afirma. La posibilidad de acceder a un microcrédito del Programa Reactiva les ha permitido «liquidar gastos del alquiler, suministros básicos y hemos podido reformar la cocina para agregar nuevos productos a la carta».
El campo de Victoria Laguna es la estética. Abrió su centro especializado diseño de la mirada en 2020 en Los Realejos (Tenerife), pero «con la llegada de la COVID-19, tuve que especializarme en ofrecer mis servicios a través de las redes sociales. Mostrar mi empresa para atraer clientes». Para ella el Proyecto Reactiva ha supuesto «mucha ayuda. Con el microcrédito invertí en equipos y suministros. Las sesiones de digitalización me están sirviendo para mejorar en mostrar mi trabajo, llegar a más gente y mejorar mis ventas».
En el tiempo que lleva en marcha, desde el Programa Reactiva se han concedido más de 300.000 euros en microcréditos y 50.000 en ayudas no reembolsables, lo que ha permitido acompañar y apoyar a más de 500 negocios, como los de Ignacio y Victoria.
Estos servicios no financieros son totalmente gratuitos para los participantes del Programa Reactiva, que forma parte del Plan de Responsabilidad Pública de Endesa presentado al principio de la pandemia y está dotado con 25 millones de euros, de los que más de la mitad está dirigidos específicamente a la ayuda de los colectivos más vulnerables —como los ya mencionados—, priorizando las zonas más afectadas por la crisis.
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