La luz que da sentido al pasado: el arte de iluminar el arte

Las noches en la ciudad tienen una luz especial. La iluminación artística, cuidada, embellece con sutileza los monumentos, suavizando las aristas y contribuyendo a crear atmósferas antes ocultas. Cuando el sol ya se ha puesto, la ciudad que se descubre ante nosotros es diferente. Porque la luz es un elemento que, utilizado con sentido, permite realzar la belleza arquitectónica de edificios o monumentos. Y no solo bajo el manto nocturno, sino también en el interior de iglesias, catedrales, pinacotecas u otros bienes culturales.

Este 16 de noviembre se celebra el Día Internacional del Patrimonio Mundial, una ocasión perfecta para presumir de España. Nuestro país es el tercero con más bienes declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, con 46 espacios que son todo un relato de nuestra memoria compartida. Un camino común que merece la pena poner en valor, actualizarlo, traerlo desde el pasado hasta el presente y proyectarlo hacia el futuro. Y esto se logra gracias al arte de alumbrar el arte. La iluminación de nuestra riqueza patrimonial es determinante para que los edificios y sus joyas artísticas brillen con todavía más fuerza.

Por iluminación artística entendemos aquella que mejora el patrimonio histórico, artístico y paisajístico a través de soluciones innovadoras con una alta eficiencia energética y prestando atención a minimizar o eliminar la contaminación lumínica. Son proyectos que contribuyen a revalorizar áreas de especial interés y que realzan la potencialidad expresiva del patrimonio cultural, con el consiguiente posible impacto positivo en el turismo.

Un ejemplo reciente lo encontramos en la Sagrada Familia de Barcelona, diseñada por Antonio Gaudí y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2005. El próximo 8 de diciembre se inaugurarán oficialmente la Torre de la Virgen María, la segunda más alta de la Basílica, y su proyecto de iluminación, que tendrá como elemento destacado una estrella resplandeciente de 12 puntas que coronará la torre a 138 metros de altura.

Javier Blanco, director general de Fundación Endesa, la entidad que ha llevado a cabo esta iluminación, subraya que esta iniciativa «es la suma del arte, de la innovación y de la tecnología. Como llevamos haciendo desde hace más de 20 años, unimos estos tres conceptos para ofrecer una experiencia basada en la luz que sea accesible para todos. Contribuimos así a acercar nuestro patrimonio y nuestra cultura, a toda la sociedad. Y todo ello cumpliendo con los más exigentes criterios de de sostenibilidad y eficiencia energética».

El conjunto de la torre y su estrella dibujarán un nuevo paisaje de la ciudad de Barcelona, resaltando el lenguaje arquitectónico único de esta obra y su potente relato simbólico ya que, una vez finalizada, se convertirá en una de las más emblemáticas del conjunto de contribuyendo a aumentar (aún más) su proyección y reconocimiento tanto nacional como internacional.

La que ya ha estrenado nueva iluminación hace tan solo unos días es la fachada de la Capilla Real de Granada, anexa a la catedral de la ciudad. El monumento, emblema del gótico del siglo XVI, es ahora no solo una joya artística sino también un referente en cuanto a eficiencia se refiere ya que, gracias a los nuevos 19 puntos de luz instalados, se reducirá su consumo energético en un 32%.

Los nuevos proyectores y lámparas que sustituyen el foco de luz estarán encendidos cuatro horas cada noche y serán todo un ejemplo de eficiencia, con un ahorro estimado de 713 kilos de emisiones de CO2 a la atmósfera. Además, tal y como subraya Javier Blanco, «esta iluminación artística es más natural y menos invasiva. Ensalza los detalles de la fachada logrando una mimetización total con el entorno».

Iluminando grandes joyas religiosas

La Fundación Endesa es la entidad española con el mayor portfolio de proyectos de iluminación en patrimonios arquitectónicos. Desde sus inicios en 1998, ha rescatado de la oscuridad monumentos y otras obras de arte. En total, ha dado luz a más de 700 lugares de gran valor histórico-artístico en el territorio español.

Algunas joyas religiosas iluminadas son la mezquita-catedral y la Ciudad Califal de Medina Azahara de Córdoba (Patrimonio Mundial por la Unesco) o la Sala Capitular de la Catedral de Toledo, una ciudad que también ostenta la distinción de Patrimonio de la Humanidad.

Esta última iniciativa, llevada a cabo en 2019, consistió en la sustitución de la iluminación anterior por un intrincado sistema de proyectores suspendidos sobre un carril electrificado de tira de LED. ¿Su objetivo? Iluminar el Artesonado. Pero este cambio a la luz LED, además de embellecer la Sala Capitular, también ha supuesto un ahorro de energía superior al 75%. A esto hay que sumar que «la tecnología LED no emite luz infrarroja ni ultravioleta, lo que las hace idóneas para la iluminación de obras de arte», declaran desde la Fundación.

Mención aparte merece la intervención que tuvo lugar en Medina Azahara, la «Ciudad Brillante» que construyó Abderramán III a las faldas de la serranía cordobesa. El sobrenombre de uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de España cobró aún más valor en 2017, cuando una intervención lumínica lo dotó con 660 puntos de luz y 172 metros de líneas de LED de alta eficiencia repartidos por 18 estancias de la Ciudad Califal.

Gracias a esa tecnología se inauguraron las visitas guiadas nocturnas por la ciudad, en un claro ejemplo de cómo estas iniciativas suponen un elemento dinamizador de los entornos donde se ejecutan, así como un nuevo reclamo turístico basado en la luz y en la experiencia artística. El sistema logró que cada recinto se encienda y se apague de forma independiente, permitiendo a los guías centrar la atención del visitante en la zona iluminada. Además, se ahorró el 80,3% en el consumo energético evitando la emisión a la atmósfera de 7 toneladas de C02 al año.

Proyectos similares a los mencionados se han llevado a cabo en las catedrales de Covadonga (Asturias), Almería, Zamora o Burgos; el Puente Romano de Emérita Augusta, en Mérida; la Universidad de Huelva o el claustro de la románica Catedral de Santo Domingo de la Calzada en La Rioja. Así mismo, la Fundación Endesa ilumina y resalta las obras de los grandes museos de nuestro país como el Museo Reina Sofía, el Museo Sorolla en Madrid y el Museo Picasso en Málaga.

En la lista de los espacios con solera en los que se llevaron a cabo actuaciones lumínicas el pasado año 2020, se encuentra el Retablo del Santuario de la Consolación de Utrera. Su intervención contribuirá al ahorro en términos energéticos del 75% de lo que se consumía antes de sustituir la iluminación. En esta misma línea, también se realizó un proyecto de iluminación ornamental en la iglesia de San Francisco y San Eulogio, patrimonio artístico cordobés, que reducirá más del 70% de su consumo energético.

En definitiva, se trata del «arte de iluminar el arte», una forma única de contribuir a preservar y mantener el patrimonio, multiplicar la belleza de los monumentos, fomentar su estudio y su contemplación, para que así nuestro pasado común esté más vivo que nunca en nuestro presente y también en nuestro futuro.