Así suena el himno oficial de Marlena para la Liga Femenina Endesa

«Sin mi equipo, no sé quién soy». Este verso de Allá donde voy resume de manera íntima el poderoso mensaje de compañerismo que transmite el nuevo himno oficial de la Liga Femenina Endesa de baloncesto, que ya se puede escuchar y descargar en todas las plataformas. Quedan tres días para quemar las reproducciones, antes de que Marlena la interprete por primera vez en directo.

El debut de esta canción, que palpita con la emoción de cada pase, tendrá lugar en un escenario de categoría. El espectáculo tendrá lugar durante el descanso de la final de la Copa de la Reina, que se disputará este domingo 24 de marzo, en Huelva. Este evento marca el culmen de un proyecto que Endesa, el patrocinador del basket nacional, comenzó a gestar hace casi un año, con el apoyo de la Federación Española de Baloncesto.

Surgió casi por capricho del destino. Marlena es el dúo indie-pop que más se pega de todo el panorama. Está compuesto por Ana Legazpi (voz) y Carol Moyano (guitarra), dos chicas que se conocieron una noche de copas. El azar las unió, pero la convicción de que no existen sueños imposibles las mantuvo unidas. Ascender en una escena musical altamente competitiva no fue un camino de rosas, pero tenían los tres ingredientes necesarios para triunfar: talento, convicción y una compañera de viaje con la que rematar la jugada.

Fruto de su trabajo, Marlena se ha convertido en un referente para millones de personas. Gracias a ello, su historia de crecimiento y superación se entrelaza de nuevo con el baloncesto femenino. La colaboración con Endesa florece casi por azar, entre bambalinas, después de actuar en el festival del Jardín de las Delicias 2023 que la empresa patrocina. «Surge de una manera muy bonita y muy natural», recuerda Ignacio Asensi, responsable de Patrocinios de Endesa.

Ese año se jugó el mundial de baloncesto femenino sub-16 en España. «Se nos ocurre invitar a la Selección al concierto y allí se genera un vínculo muy bonito entre las jugadoras y las artistas, porque Ana y Carol habían practicado baloncesto a nivel juvenil», revela. A los dos meses, se estrena el documental de Basket Girlz, el proyecto de Endesa que busca que las adolescentes continúen la práctica deportiva, ya que la mayoría de ellas la abandona de forma prematura.

«Pedimos a Marlena que nos acompañara en la premiere de la película, donde cantan algunas canciones. Allí es donde, agradecidos por su implicación, les lanzamos el reto: ¿os atreveríais a componer el himno de la Liga Femenina Endesa, un canto que busque que las niñas se impliquen con el baloncesto y que transmita sus valores más allá de la cancha?». Ni se lo pensaron. A las dos semanas, habían recibido una primera maqueta por correo, compuesta junto a Manel Navarro y Dennis Mansfeld.

«La idea de tener una canción emblemática con la que clubes y afición pudieran identificarse, la teníamos desde hace algún tiempo. Pero, cuando conocimos personalmente a Marlena, tuvimos clarísimo que tenían que ser ellas quienes hicieran realidad este himno», remata Asensi. El resultado es un testimonio poético de cómo la música y el deporte comparten el ritmo, la energía y la inspiración para alcanzar lo mejor de sí mismos.

«El mundo del deporte, de la música y del arte en general, es duro», reflexiona Ana. «Tiene que acogerlo bien tu familia y lo tienes que acoger bien tú. Tienes que tener presente que quieres vivir de ello y comer de ello. Tenerlo claro. Como lo veas un poco menos nítido, puedes darte por vencida. Y es incluso más complicado para las mujeres», coincide. «Alcanzar la meta no es fácil –continúa–, pero la recompensa es increíble: puedes acabar convirtiéndote en toda una referente, que creo que es lo que les hace falta a las niñas, tener referentes en el mundo del deporte y de la música, de todo tipo, para que quieran ser como ellas y nada les eche para atrás».

Basket Girlz, la iniciativa de la que también forma parte el lanzamiento del himno, ha publicado varios estudios que han detectado las causas que explican esta situación de abandono. Las tres más presentes son: la presión familiar, la falta de tiempo para compatibilizar el baloncesto con el estudio o la preferencia por otras aficiones. La lista continúa y hay algunos motivos especialmente significativos, como la falta de apoyo familiar o de amistades y la ausencia de modelos a seguir.

«Poco a poco, eso va cambiando. Una niña que se quiere dedicar al fútbol ahora tiene referentes; quiere ser Alexia Putellas. Y, en el baloncesto, puede ser una Silvia Domínguez. A mí me encantaba Amaya Valdemoro», señala Carol. Visibilizar su presencia, dicen, demuestra que el camino hacia la élite es posible, algo crucial para inspirar a las generaciones futuras.

«Cada vez se ve más deporte femenino. El mundo está cambiando. Esto es importante porque las propias familias ven que sus hijas realmente pueden llegar a ser jugadores; que sí hay una salida en el mundo del deporte, como en la música. Se derrumba el cliché de que no puedes salirte de la línea porque, como eres mujer en el deporte, no vas a llegar a nada. Debemos concederles, por lo menos, la libertad de que, si es su pasión, sigan para adelante y la peleen», reivindica Ana.

Esta unión entre baloncesto y música no solo es una inspiración para las niñas que desean triunfar en el baloncesto. El himno es un recordatorio de que, con dedicación y perseverancia, cualquier sueño es alcanzable, ya sea en la cancha o en el escenario. «Es un himno de sororidad que puedes llevar a cualquier disciplina y a cualquier ámbito, fuera del deporte. A la carrera de cualquier persona, de cualquier mujer; a un equipo de trabajo o a un equipo de vida», señala Carol.

El proyecto nace ligado a un propósito común entre Marlena, Endesa y la Federación Española de Baloncesto: llevar el basket y la música más allá. Crear una experiencia única capaz de transmitir con fuerza, sobre todo a los más jóvenes, los valores de compañerismo, trabajo e ilusión propios del baloncesto. Para Ana y Carol «es un orgullo poder ser, como dice la canción, un ejemplo para las que vienen detrás».

Las futuras estrellas de la Liga también quieren su Copa

A la vez que se celebra la Copa de la Reina, tiene lugar la competición de las 'peques' de cantera. Es lo que se conoce como Minicopa Liga Femenina Endesa, que celebra su séptima edición del 21 al 23 de marzo, en Huelva. Esto significa que las canteras infantiles de los 16 equipos de la competición absoluta viajarán a la capital onubense dispuestas a conocerse y, por supuesto, a llevarse el trofeo a casa.

Su homónimo masculino, la Minicopa Endesa, celebró en Málaga su 20 aniversario, «lo que demuestra la trayectoria que está cogiendo la competición», remarca Nacho Asensi. Leyendas como Ricky Rubio, Luka Doncic o Raquel Cabrera dieron sus primeros grandes pasos en esta competición donde nacen las estrellas.

«Ya este año, podemos ver jugadoras que estuvieron en la "Mini" compitiendo en equipos de categoría absoluta, lo que demuestra que es una competición que tiene buena salud, que realmente proyecta a estas jugadoras y que les ayuda a dar el siguiente paso en su camino por dedicarse al baloncesto profesional», asegura Asensi.

La Minicopa LF nace en el 2017. Endesa apuesta por esta competición en 2020, después dar nombre a la Liga Femenina Endesa en 2019. ¿Este movimiento es una declaración de la intención de aportar lo mismo en los dos territorios? «Yo no diría eso. En Endesa entendemos el apoyo al baloncesto, no al baloncesto femenino o al baloncesto masculino, sino al baloncesto. Para nosotros, era natural acompañar también a la Minicopa LF», afirma el responsable de Patrocinios.

De esta competición también habla la otra gran implicada en su nacimiento y expansión, la Federación Española de Baloncesto. Y lo hace a través de su presidenta, Elisa Aguilar, para quien ambas competiciones, la Copa y la "Mini" están claramente interrelacionadas: «El crecimiento de la Copa de la Reina de la Liga Femenina Endesa es innegable, una magnífica noticia deportiva, económica y de repercusión que también tiene incidencia en la formación. Por eso, desde la FEB hemos apostado en los últimos años por compatibilizar su celebración con la de la Minicopa LFEndesa. Una fiesta del deporte y los valores que dejará un legado entre quienes están creciendo por medio del baloncesto».

El beneficio para las jugadoras jóvenes tanto a nivel profesional como personal es muy claro reforzando valores de compañerismo y de crecimiento, promocionando la práctica del baloncesto entre las adolescentes y apostando por el acceso universal al baloncesto femenino. «Es una competición en la que las jugadoras de mayor nivel conviven al lado de los equipos profesionales. Se trata de una experiencia que, más allá del resultado deportivo, recordarán durante toda su vida», remata Asensi.