Bareto trae de vuelta la tradicional cervecería madrileña

En un momento en el que predomina lo chic y lo cool en los restaurantes, pubs y discotecas, el Grupo Barbillón apuesta de manera clara por lo tradicional con la apertura de Bareto, un local que recupera lo castizo y lo tradicional de las cervecerías madrileñas.

Solo su ubicación es ya una declaración de intenciones. Está situado en la Calle Alcalá, 55, donde se encontraba la mítica cervecería de Correos que desde la década de los 20 y durante 60 años fue el centro de reunión de los escritores, políticos y artistas más importantes de la época. Por ejemplo, Alberti, Lorca, Dalí, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Antonio Machado… Casi nada.

“Bareto es puro Madrid, un sitio sin pretensiones al que no se va, sino que se vuelve”. Una definición muy apropiada y que abandera el propio establecimiento. Es un punto de encuentro en el que tomar el primer café de la mañana, desayunar esa deliciosa tostada con tomate y jamón, tomar el pincho de media mañana, el vermú de antes de comer, o las cañas y la cena de las que tanto disfrutamos. Incluso es esa copa que no esperabas tomar.

En cuanto a la cocina, no cuenta con grandes elaboraciones, pero sí con el sabor puro de lo tradicional: los platos estrella son los torreznos, las patatas bravas receta de Madrid, el montado de calamares y el de ternera asada, los flamenquines y el matrimonio de anchoa y boquerón.

Además, Bareto dispone de una terraza rodeada de vegetación y tarima de madera. Sus mesas altas y bajas, distribuidas estratégicamente, permiten tener la mejor vista de la zona: a la derecha la Puerta de Alcalá; y a la izquierda Cibeles, Casa América y Banco de España.

La decoración del local ha estado a cargo de la prestigiosa interiorista Alejandra Pombo, que ha buscado la vuelta al origen y a las cosas prácticas: “El objetivo era centrar la experiencia en torno a la mesa donde lo que importa es lo que vives en el espacio y lo que comes”, ha explicado en un comunicado.

Pombo ha optado por recuperar materiales como los azulejos vidriados, el acero inoxidable y la barra en forma de “U” de mármol blanco: “Volvemos a ese mundo en el que la sencillez y las cosas de toda la vida son las que funciona”, concluye.