Coronavirus

Así son las bodas post-covid: sin banquetes y retransmitidas por YouTube

Fran y Beatriz, vecinos de Alcalá de Henares, se casaron ayer después de tener que aplazar la ceremonia, prevista para el 2 de mayo

Los novios, ayer, después de celebrar su ceremonia en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, en Alcalá de Henares. Foto: Eduardo Martín Martín
Los novios, ayer, después de celebrar su ceremonia en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, en Alcalá de Henares. Foto: Eduardo Martín MartínLa RazónLa Razón

El 2 de mayo era la fecha señalada. Lo decidieron el pasado mes de octubre. Tras un noviazgo de dos años, Beatriz Sánchez-Tembleque y Francisco José Buesa, vecinos de Alcalá de Henares, se dirían el definitivo «sí, quiero» en primavera. Sin embargo, en torno al 13 de marzo, la ceremonia comenzó a peligrar. Tenían noticias de primera mano de Italia: una hermana de Beatriz, residente en Milán, quedó atrapada tres meses en una casa de campo debido al confinamiento. La fecha se acercaba y las muertes en España llegaban a las 800 diarias. «Tomamos la catastrófica decisión durante Semana Santa. No fue nada fácil. Es un momento que llevas esperando toda la vida», relata el novio, Fran, a LA RAZÓN. La boda fue aplazada sine die.

Sin embargo, y si bien no ha sido como ellos habían imaginado, la prórroga duró solo un mes. Ayer a las 18:00 horas, en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, en Alcalá, Fran y Beatriz, de 27 y 26 años, pasaron a ser marido y mujer. De los más de 300 invitados del principio se ha pasado a poco más de 60, los más cercanos. Mientras, de los dos testigos habituales que precisan los futuros esposos se ha pasado a uno. Las mascarillas, como no podía ser de otro modo, fueron obligatorias. Los bancos donde se sentaron los asistentes estaban marcados, de forma que se respetaban las distancias de seguridad. Igualmente, una persona organizaba el pasillo único para formar la fila de la comunión. Por supuesto, el banquete nupcial deberá esperar al mes de julio: en cuanto terminó la ceremonia, los invitados volvieron a sus casas. Y muy importante: compartieron este inolvidable momento a través de un directo en YouTube, para que nadie se lo perdiera. «Como la boda de los Príncipes, televisada para todo el mundo», bromea Fran.

Reconoce que podrían haber esperado, al igual que hicieron otros amigos suyos, que aplazaron sus bodas a octubre. «Cuando llegó el 2 de mayo, el día que nos teníamos que haber casado, nuestros amigos nos hicieron regalos y celebraron un boda virtual: mandaron vídeos en los que se les veía saliendo de casa, arreglados como si fueran a una ceremonia. Fue muy divertido y muy emotivo. No es nada fácil tomar una decisión así, con una pandemia a nivel mundial, pero pensamos que no queríamos esperar tanto. No queríamos posponerlo más. Vivir en la incertidumbre es muy complicado. ¿Qué puede ocurrir después en septiembre o en octubre? Queríamos casarnos y que nuestros padres estuviesen allí. Llevábamos mucho tiempo esperándolo», relata Fran.

La decisión la tomaron en plena fase 0, cuando aún no estaba permitido moverse con libertad ni siquiera en los límites del propio municipio. De hecho, Fran y Beatriz, ambos trabajadores del sector educativo tuvieron que hacer los preparativos por videollamada y comunicar su decisión por ese mismo medio, ya que, hasta ahora, la distancia entre las casas de ambos era superior a un kilómetro. «De algún modo, me sentí como si volviera a pedirle matrimonio. Toda esa frustración que sentíamos a mediados de abril se nos había olvidado». Y así fue. El coronavirus no impidió que el «¡vivan los novios!» se coreara bien alto ayer en Alcalá.