Filomena
Moncloa niega la declaración de zona catastrófica a Madrid antes de conocer los daños sufridos
El Gobierno de Martínez Almeida cree que la ciudad sí reúne los requisitos y se sorprende de que Marlaska descarte este escenario antes de tener los estudios técnicos municipales
El Ayuntamiento de Madrid estudia solicitar la declaración de zona catastrófica para la capital, pero el Gobierno de Pedro Sánchez avanzó ayer que no contempla ese escenario. Desde el Ejecutivo municipal de José Luis Martínez-Almeida aseguran estar valorando esta opción a través de dos vías: la jurídica, mediante el estudio de si la situación ocasionada por la nevada asociada a la borrasca «Filomena» cumple con los requisitos previstos en la ley; y desde el punto vista técnico, cuando llegue el momento, mediante la elaboración de informes con los daños causados por el temporal.
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid celebró ayer una reunión extraordinaria en la que cada delegado expuso un balance preliminar de daños dentro de sus competencias. Tras esta reunión, fue el propio alcalde el que aseguró que valoran pedir la declaración de zona catastrófica. Inmediatamente después, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, vino a descartarlo al asegurar que «no hay daños importantes ni a bienes públicos ni privados». Marlaska subrayó que la situación en la que se encuentra Madrid es «distinta» a la que sufrieron otros ciudades del país que sí fueron declaradas como zonas catastróficas con motivo de las danas –«gota fría»– del año pasado. A juicio del titular de la cartera de Interior, lo urgente en la Comunidad de Madrid es restablecer la prestación del conjunto de los servicios públicos, y en ese sentido se mostró optimista en lo que respecta al restablecimiento de la red de carreteras del Estado, de la red ferroviaria y de la aérea, así como «el cumplimiento de los servicios esenciales», que, añadió, «se están prestando con una suficiente intensidad».
Fuentes próximas al alcalde reconocen a LA RAZÓN que el Gobierno municipal cree que sí se dan los requisitos y se muestran sorprendidas de que Moncloa se posicione antes de conocer los daños y antes también de recibir los informes que pueda elaborar el Ayuntamiento: «Sin ver que hay debajo de la nieve, no se pueden saber los daños». Desde que en la tarde noche del sábado dejó de nevar, todos los esfuerzos del Gobierno de Almeida y de los efectivos de emergencia municipales, aseguran desde el consistorio, han estado centrados en aprovechar «la ventana de oportunidad» que tenía para actuar antes de que lleguen las heladas y la retirada de la nieve congelada complique la movilidad y la logística básica de la primera ciudad del país. Dentro de esa misión prioritaria se buscó «liberar» los viales esenciales de la ciudad –ejes norte-sur, ejes este-oeste así como el acceso a puntos sensibles como los centros hospitalarios, los de Atención Primaria y los grandes nudos de comunicación–, así como garantizar los suministros médicos en un momento de emergencia sanitaria como el actual.
En todo caso, el Gobierno de la ciudad considera que, una vez se haya conseguido garantizar la movilidad y se haya superado esta primera fase de emergencia tras la nevada, los daños causados por «Filomena» serán analizados debidamente en los correspondientes informes. Tanto en lo que afecta a los centenares o miles de árboles que se han caído a lo largo de los 21 distritos de la ciudad, los daños sufridos en las estructuras de los edificios y de los negocios, como en las afectaciones sufridas también en los equipamientos públicos. En este sentido, en el consistorio tienen en cuenta que muchos seguros, especialmente entre los particulares –comunidades de vecinos, dueños de bares, restaurante y negocios o entidades deportivas, por ejemplo– no cubren los daños originados por una catástrofe natural y, por tanto, ésta es una cuestión que debe tener en cuenta el Gobierno en el caso de que el consistorio solicitara finalmente la declaración de zona catastrófica. Como ejemplo hay que destacar el hecho de que numerosas terrazas de negocios de hostelería no han soportado el peso de la nieve acumulado en su techo y se han venido abajo. En el instituto Ramiro de Maeztu, sede principal de la cantera del Estudiantes, la conocida como «Nevera», también se ha derrumbado por el peso de la nieve.
Y es que el ministro pasó también por alto la situación en la que se encuentra la Comunidad de Madrid y de manera especial la capital en lo que tiene que ver con su actividad, sus servicios y su red de transportes. Esta última se encuentra bajo mínimos: la excepción es Metro, que también ha abierto esta noche; el servicio de Cercanías se reanudó progresivamente, pero no hay, ni habrá en el corto plazo, autobuses urbanos ni interurbanos. La mayoría de servicios y equipamientos públicos seguirán clausurados al menos dos días más. Los centros educativos de toda la región cerrarán lunes y martes, y aunque el propósito es abrir el miércoles, es probable que la vuelta a las aulas tras el parón navideño tenga que posponerse algo más. En las residencias de mayores y personas con discapacidad dependientes de la Comunidad, la actividad presencial en atención diurna y temprana ha quedado interrumpida. La Comunidad cerrará las oficinas de empleo y todos sus centros culturales, salas de exposiciones, museos y bibliotecas. Tampoco el Ayuntamiento abrirá hoy sus oficinas de atención a los vecinos. Los funcionarios, salvo los que trabajan en labores esencial, seguirán teletrabajando. Permanecerán clausurados los monumentos de Patrimonio Nacional en la región. Sigue suspendida la recogida domiciliaria de basuras en la capital, lo que ha llevado al Ayuntamiento de Madrid estudia instalar contenedores provisionales en puntos estratégicos para poder reanudar el servicio.
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