4-M
El feudo inexpugnable del PSOE: Fuenlabrada y el «cinturón rojo»
En el municipio nunca ha habido un regidor que no sea socialista, lo que sus votantes achacan a «42 años de buena gestión» que trasladan a la Asamblea
Manuel de la Rocha Rubí, José Quintana Viar, Manuel Robles Delgado y Francisco Javier Ayala Ortega. Dos licenciados en Derecho, un diplomado en Comercio y un tipógrafo y sindicalista. Nacido en el 47 el mayor y en el 72 el más joven, naturales de Madrid dos de ellos y de Torrelavega y Córdoba la otra mitad. Pasados o presentes, todos alcaldes de Fuenlabrada y todos bajo las mismas siglas, las del Partido Socialista Obrero Español. Y es que, desde que se celebraran en 1979 las que fueron las primeras elecciones municipales desde la II República, esta localidad ha dado siempre una holgada victoria al PSOE, incluso, cuando las mayorías absolutas parecen utópicas, pues el que es el actual regidor de Fuenlabrada logró sumar el 55,5% de los votos en los comicios de mayo de 2019, convirtiéndose en el alcalde más votado de la Comunidad de Madrid entre los municipios de más de 150.000 habitantes.
Una confianza que el censo traslada del ayuntamiento al Gobierno regional, como demuestran una vez más los resultados: en las últimas autonómicas, Ángel Gabilondo tuvo un apoyo de cerca del 37% de los votantes, más del triple que Isabel Díaz Ayuso. Mucho tendrían que cambiar los vientos para que este 4-M Fuenlabrada no se reafirmara como pieza clave del «cinturón rojo» de Madrid.
Recién cumplidos los 18, aquel domingo 26 de mayo de hace dos años fue la primera vez que Jesús acudió a las urnas: «Voto al PSOE porque, siendo una de las comunidades más ricas de España, Madrid es también una de las regiones con mayor desigualdad del país, y me gustaría contar con un gobierno que permitiera a los chavales tener las mismas oportunidades, independientemente de si son de Majadahonda o, como yo, de Fuenlabrada». Hace más de cuatro décadas, Fausto rondaba la edad de este joven y eligió la misma papeleta en las históricas elecciones tras las que se constituyeron los ayuntamientos democráticos y, desde entonces, nunca ha optado por otro color que no sea el rojo: «El PSOE lo estará haciendo bien cuando la ciudadanía se lo agradece reiteradamente en las urnas después de 42 años gestionando la ciudad». Fieles a sus principios, estos dos veinteañeros –uno que lo es y otro que lo fue–, apostarán de nuevo por el socialismo, mirando por su futuro el primero y por el de sus nietos el segundo.
Jesús del Peso estudia Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos y quiere trabajar en algo tan fresco e inspirador como un laboratorio de ideas; nació en Fuenlabrada y aunque no sabe dónde le acabará empujando el azar, le gustaría quedarse en la región. Algunos podrían pensar que a un catedrático que sobrepasa los 70 y que en política se describe a sí mismo como soso, serio y formal le debe de resultar muy difícil conectar con alguien como Jesús, pero, a veces, o casi siempre, las apariencias engañan: «Gabilondo es un líder que inspira confianza y serenidad para este momento de crisis que exige tender puentes», alega el estudiante de 20 años, para el que el resto de partidos progresistas «venden humo». «Por su trayectoria y experiencia política, Ángel Gabilondo es el mejor candidato; haber elegido otro habría sido de necios contando con una persona de su valía», añade su conciudadano. No obstante, los dos se atreven a ponerle nombre propio a la continuidad del partido madrileño y hablan de promesas como Javier Guardiola, secretario general de las Juventudes Socialistas en Madrid, o Hana Jallou, la segunda en la lista para la Asamblea.
Con 63 años y jubilado del sector metalúrgico, Fausto De la O tiene claro que la mayor lección en este camino se la han dado sus dos hijas regalándole la oportunidad de seguir creciendo junto a Marcos, Pablo y Mateo: «Los abuelos jugamos un papel fundamental en la vida de nuestros nietos al crear un vínculo de amor basado en la comprensión y el cariño, en la entrega y las experiencias compartidas, pero, sobre todo, en la libertad y la tolerancia que no tuvimos con nuestros hijos», relata emocionado. Por eso, no entiende el lema de Díaz Ayuso, que para él divide en dos al pueblo madrileño en lugar de integrarlo en un mismo proyecto: «El eslogan es pésimo, como decir blanco o negro, ¡con la gama de colores sociales que tiene Madrid!», remata.
«No me gusta el tono de crispación que están manteniendo los extremos y que solo genera confrontación e inmovilismo político cuando lo que necesitamos los ciudadanos es que se pongan de acuerdo; no se puede hacer campaña con el único argumento de no ser de los otros», continúa en la misma línea Jesús, que sigue arremetiendo contra la presidenta: «¿Cómo puede escudarse en ser la mayor defensora de la libertad con los datos de muertes por Covid-19 que registra la Comunidad?». Porque, para ellos, sin vida, como sin tolerancia, no hay libertad.
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