Negociación

El PP no ofrecerá a Vox la Presidencia de la Asamblea de Madrid

El equipo de Ayuso no se plantea ofrecer a los de Monasterio la Presidencia del parlamento regional, tras la experiencia de 2019 con Ciudadanos. La presidenta no cierra la puerta a la incorporación de perfiles de Vox

La candidata de Vox a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio (i), y la candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
La candidata de Vox a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio (i), y la candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.EUROPA PRESS/J. Hellín. POOLEuropa Press

La incontestable victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del martes minimiza la capacidad de influencia de Vox sobre la hoja de ruta que desplegará el PP en esta legislatura de dos años. La bancada popular, con 65 escaños, supera la suma de los tres partidos de izquierdas –Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos reunirán 58 asientos en la Asamblea de Vallecas– y esto implica que los de Rocío Monasterio pierden buena parte de la capacidad decisoria que ostentaron en el anterior mandato, cuando su papel como socio externo de la coalición Ayuso-Aguado era clave.

El primer momento en el que ambos partidos mostrarán cómo será su relación tras el 4-M llegará el 8 de junio.Ese día se constituirá la Asamblea de Vallecas y habrá que elegir la composición de la Mesa. Siete puestos cuyo reparto resulta fundamental para el desarrollo posterior de la legislatura. La aritmética dibujada por las urnas implica que la mayoría de la mesa estará en manos del centro derecha, con, al menos, cuatro de los siete cargos. Sin embargo, ¿quién la presidirá?

El aval recibido en las elecciones concede a Ayuso vía libre para, tal y como ella ha recamado durante toda la campaña, conformar un Gobierno monocolor. Sin los condicionantes de una coalición. Aunque eso no quiera decir que pueda incorporar a perfiles de personas independientes –sobrevuela la posible incorporación de Toni Canto al gabinete tras quedarse fuera de la lista– y de personas de Ciudadanos –se da por hecho que Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura hasta marzo, será repescada–. La propia Ayuso no cerró ayer la puerta a una posible incorporación de alguien procedentes de Vox. Este escenario, sin embargo, no parece factible a día de hoy.

Si, como todo parece indicar, Vox se mantiene como apoyo externo de Ayuso para sacar adelante leyes y presupuestos, otro de los gestos de Sol con los de Monasterio podría llegar con la cesión de la Presidencia de la Asamblea. Sin embargo, fuentes regionales apuntan a que esta posibilidad tampoco tiene ningún viso de concretarse. O lo que es lo mismo: el PP presidirá el parlamento regional.

Los populares consideran que la situación vivida desde 2019, con la Presidencia de la Asamblea en manos de Ciudadanos, ha sido el origen de fuertes tensiones con la formación naranja. Y, también, de problemas, como lo sucedido tras el anuncio del adelanto electoral realizado por Ayuso el 10 de marzo, cuando el presidente de la cámara de Vallecas, Juan Trinidad, decidió admitir las mociones de censura del PSOE y Más Madrid que la Justicia terminó tumbando por incumplir la normativa autonómica.

Con esa mala experiencia todavía reciente, el equipo de Ayuso no se plantea volver a cometer este «error». Consideran, además, que la claridad del resultado impedirá a la formación de Santiago Abascal poner encima de la mesa esta exigencia, especialmente por que de su buena sintonía con el PP dependerá que Vox entre la Mesa en una vicepresidencia y una secretaría.

Medidas fiscales, «pronto»

Tras la configuración de la Mesa de la Asamblea, entonces sí, Ayuso afrontará su segunda sesión de investidura en menos de dos años. En lo que tiene que ver con esta cuestión, la presidenta en funciones pedirá la abstención o el apoyo de Vox para gobernar en la región. Así lo señaló ayer durante las entrevistas que concedió en la mañana del miércoles. También avanzó su intención de impulsar «pronto» medidas como la bajada de impuestos, la aprobación de unos nuevos presupuestos así como legislación para eliminar trabas burocráticas.

Antes de poner en marchas esas medidas, ya como presidenta desvelará el secreto de su nuevo Gobierno. Lleva semanas dándole vueltas, tanto en lo que afecta a los consejeros como en las segundas y terceras líneas de cada departamento, esto es, en lo que afecta a los viceconsejeros y directores generales. El gabinete será más reducido, con 10 consejerías, tres menos que las creadas tras sellar su acuerdo con Aguado en 2019. De manera que algunos departamentos tendrán que fusionarse. No será el caso del de Universidades que seguirá siendo independiente del de Educación.

El grueso de ese gabinete estará conformado por sus actuales consejeros. Son siete y, sobre ellos, Ayuso siempre ha mantenido que habrá pocos cambios. Al margen de los fichajes que puedan llegar de fuera o de las propias filas populares, la presidenta destacó ayer todos ellos deberán tener una parte «muy técnica», sobre todo en la Consejería de Sanidad, «en los segundos y terceros puestos», aunque destacó que, a su juicio, los políticos deben tener «algo más, un trasfondo, y saber por qué están haciendo las cosas». Esta es, a su parecer, «la única manera de no incurrir en incoherencias y hacer que todo un proyecto case y tenga una solvencia».