Zendal

“Ahora, los médicos que fueron trasladados aquí no se quieren ir”

Muchos sanitarios llegaron al Zendal con ideas preconcebidas. Sin embargo, tras casi un año de trabajo han cambiado de idea

Hospital Zendal de Madrid
Hospital Zendal de MadridGonzalo Pérez MataLa Razón

La incidencia de la Covid-19 baja y eso se nota en hospitales como el Zendal. El pasado mes de abril se alcanzó el pico máximo, con 581 pacientes, pero el número ha ido decreciendo de manera ostensible y ahora se ha estabilizado en una cifra que ronda los 70 y son ya muy pocos los pacientes agudos. Y cada vez va a haber menos porque “lo normal es que vaya bajando la cifra”, explica Fernando Prados, director general de Hospitales e Infraestructuras sanitarias de la Comunidad de Madrid. Por eso “lo que estamos potenciando ahora es la unidad de rehabilitación para todas aquellas personas que tienen secuelas de la enfermedad. En la última semana ha ido creciendo y estamos ofreciendo poderles mantener hospitalizados en esta unidad”, añade el responsable de Sanidad. La rehabilitación se centra en “secuelas respiratorias y va dirigida también a personas que han tenido que ser intubadas y tienen alteraciones neurológicas periféricas, como alteraciones en el habla o bien otras patologías”.

Pero la versatilidad del hospital permitirá asumir otras funciones en breve espacio de tiempo, como algunos servicios y consultas que se facilitaban desde La Paz y que no se podrán realizar en sus instalaciones por las obras de modernización que se van a acometer.

Prados recuerda los difíciles comienzos al frente del centro hospitalario cuya apertura generó una enorme polémica. “Desde el principio tuvimos muchísimas dificultades porque se habló del hospital de manera pesimista pero, con el tiempo, las cosas se han ido colocando en su sitio y los resultados han sido incluso mejores de lo previsto”, señala. También hubo resistencias de trabajadores al traslado temporal de su actividad profesional al Zendal. Sin embargo, “ahora está siendo más dificultoso que los profesionales vuelvan a sus hospitales de origen. Vinieron con ideas preconcebidas que no se ajustaban a la verdad, les habían contado que era un sitio en el que no se podía trabajar. Ahora, la gente ya no se quiere ir. Y más cuando ves que los pacientes se marchan contentos. Eso es un motivo de orgullo para los profesionales”, añade.

Un ejemplo de ello son las numerosas cartas de agradecimiento de pacientes a los trabajadores del centro, como el caso de la de la carta de Amanda. “Me voy llena de experiencias nimias a la par que inmensas (...) Cada uno de vosotros: enfermeros, auxiliares, celadores, médicos habéis sido la más grande compañía que jamás imaginé que podría experimentar en una situación de este calibre. Gracias por vuestro “cariño, bonita”, con los que nos hacíais parte de vosotros. Gracias por ofrecernos las comidas que más nos gustasen. Gracias por vuestro aliento, por vuestras esperanzas. Gracias por los libros que nos traíais cada día para amenizar nuestras horas. Gracias por vuestro sentido del humor. Gracias por vuestra limpieza, por vuestros cuidados de higiene. Gracias por acudir a nuestros auxilios en la noche, añade.