Gastrochic
Diversión en La Mamona: los templos de Aravaca y Chamberí en los que se come bien y punto
La propuesta es honesta y está alimentada por productos con nombre y apellido, que aseguran la calidad de cada receta.
Ya lo dijo Ferran Adrià, a los restaurantes también se va a socializar. Porque pasar un rato agradable con el resto de los comensales, gracias a conversaciones más allá de técnicas gastronómicas, productos y sabores específicos, forma parte de esa experiencia que se mantiene en la memoria y nos hace volver. En La Mamona, del grupo La La La, se come bien y punto.
Dónde Camino de la Zarzuela, 23. Aravaca. Teléfono 91 088 50 40. Precio del menú 30-35 euros.
A esta casa madre de Aravaca se unió hace un tiempo el local de Chamberí y hace unos días el situado en plena Castellana. Todos cuentan con una decoración cuidada y el que nosotros visitamos, en Valdemarín, destaca por tener una terraza cubierta con varias estufas, que hacen la estancia agradable. Pero vayamos a lo que nos concierne, porque aquí la propuesta es honesta y está alimentada por productos con nombre y apellido, que aseguran la calidad de cada receta. Para abrir boca, clásicos que reinan cualquier barra que se precie, aunque en este caso nos sentamos a la mesa. La gilda, que no puede faltar en todo aperitivo que se precie y que hace ya un tiempo pide el hueco privilegiado que se merece como encurtido imprescindible del que, reconocemos ser adictos, encabeza el desfile de buenos bocados. Antecede a los boquerones, de Ahumados Domínguez, y a las anchoas, de Don Bocarte. Para continuar, Pedro Álvarez nos ayudó a no dejarnos en el tintero especialidad alguna. Entre ellas, la ensalada con ventresca de bonito y tomate rosa de Barbastro, otra muestra de que la selección de ingredientes está cuidada, y la tortilla vaga con queso gallego San Simón sobre la que Pedro rayó en la misma mesa y sin cortarse virutas de foie.
Productos seleccionados
El atún rojo, de Balfegó, con patatas fritas y huevo campero, es otra muestra del interés de esta casa por llevar calidad al cliente, lo mismo que el platazo formado por la burrata artesana, salmón marinado y vinagreta de fruta de la pasión. Les cuento que el citado queso ha sido elaborado en la Mozzería de Biribil Brothers, un obrador de queso de pasta hilada del centro de Bilbao en el que también hacen mozzarella, straciatella, la trenza y la calabaza de fior di latte.
Como plato fuerte, optamos por el jarrete glaseado con salsa gastrique y puré de patata, perfecto para compartir, y para quienes opten por una joya marina, recomendable es la lubina, de Aquanaria, a la brasa con salsa de cava y verduras. Nos llamó menos la atención la tan de moda tarta de queso. Así que, si deciden acudir al «after work», opte por la fundente de chocolate negro, que anuncia la carta para armonizar con un «whisky sour» o con un «moscow mule». Buena opción.
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