Los espectaculares decorados de «Asteroid Ciy», a un lado de la carretera de Chinchón a Colmenar de Oreja

Hollywood en Chinchón: de las manías de Wes Anderson al anís de Adrien Brody

Concluye el rodaje de “Asteroid City” con discreción general, aunque ha habido dos fiestas y se ha visto de bares y terrazas a Bill Murray y Matt Dillon

Una noche de mediados de octubre, alguien pudo pensar que el mismísimo Manolete subía calle arriba en bicicleta desde la Plaza Mayor de Chinchón. Ayudaba a la onírica estampa la plaza de toros portátil a medio desmontar ubicada allí desde hace meses. Pero el supuesto torero redivivo no era otro que Adrien Brody, su álter ego cinematográfico, que se relajaba tras un día de rodaje a las órdenes de Wes Anderson.

El ganador de un Oscar por «El Pianista» ha formado parte del elenco de «Asteroid City», la última película del excéntrico director, que ha contado, además, con Scarlett Johansson, Tom Hanks, Margot Robbie, Bryan Cranston, Bill Murray, Tilda Swinton, Matt Dillon, Rupert Friend, Hope Davis, Jeffrey Wright, Liev Schreiber y Sophia Lillis. Una amplia lista para un reparto en el que no hay un protagonista absoluto, pero sí un puñado de actores principales y un sinfín de secundarios de primer nivel, como acostumbra el director de «El Gran Hotel Budapest» y «La crónica francesa», entre otros títulos.

La última semana de octubre fue la despedida de todo el equipo técnico y artístico, y solo permanece, pendiente del desmontaje definitivo que llevará por lo menos un mes, el llamativo decorado a un costado de la carretera a Colmenar de Oreja. Para llegar hasta allí hay que enfilar un camino embarrado por las últimas lluvias que conduce a una caseta de vigilancia donde se corta el paso a quien no tiene autorización. Es la única huella visible de un rodaje por el que desfilaban los participantes, se iban y regresaban tiempo después, si así lo estipulaba el plan de producción.

Tom Hanks saliendo del Parador de Chinchón
Tom Hanks saliendo del Parador de ChinchónLa RazónLa Razón

El equipo ha ocupado plazas hoteleras por todo Chinchón, con el Parador como principal ubicación, aunque la discreción y el secretismo han sido tales que incluso sus empleados no saben exactamente dónde se han hospedado las estrellas, pese a que ha trascendido que Scarlett Johansson estuvo en la exclusiva habitación 140 en compañía de su hijo Cosmo, nacido el pasado mes de agosto, que ha paseado por las calles del pueblo una cuidadora a su cargo.

También ha estado alojado allí Wes Anderson, al que han acompañado su pareja, Juman Malouf, y su hija Freya. El cineasta, «obsesionado con el covid, separaba al equipo por grupos, a los que conminaba a no salir, pero se lo han saltado a la torera», señalan a LA RAZÓN fuentes cercanas a los entresijos del rodaje.

Anderson «es una mula trabajando», apuntan estas fuentes. «Todo el día estaba liado, cenaba y seguía», pero «los artistas sí han salido a comer o cenar». Algunos más que otros, eso sí, «porque Hanks y Scarlett no se han movido del Parador», cuenta con información de primera mano una vecina del pueblo, que «un día» se cruzó «en coche» con el intérprete «cuando le llevaban al set». Uno de los hijos del célebre «Forrest Gump», por cierto, ha trabajado en el equipo técnico con un nieto de Harrison Ford.

Sí se han aventurado por el exterior con regularidad Bill Murray y Matt Dillon, que comió al menos una vez en la balconada del restaurante La Virreina y frecuentó «las terrazas» de la Plaza Mayor. Murray estuvo además «de juerga en un bar frente al Parador, donde incluso pidió una guitarra». En tareas más deportivas, además de Brody, se ha visto en bicicleta a Margot Robbie, Rupert Friend y su mujer, Aimee Mullins.

Adrien Brody, junto a su firma en el Mesón Cuevas del Vino
Adrien Brody, junto a su firma en el Mesón Cuevas del VinoLa RazónLa Razón

Para intentar ver a los llegados de Hollywood se apostaron muchos curiosos en la terraza del bar que hay frente al Parador, aunque pocos hayan tenido suerte. «Se llenaba para vigilar», asegura una joven que trabaja en un establecimiento cercano, «pero de día poco que ver, salían sobre todo de noche».

Pero ha habido quien ha tenido suerte, como el soriano Alberto Abad, que entregó a Bill Murray una bandeja de torreznos de Soria, y posó sonriente con el intérprete de «Los cazafantasmas» y «El día de la marmota», tras hacer guardia «tres fines de semana seguidos», según él mismo ha escrito en su cuenta de Twitter.

El más presente ha sido «el director, sobre todo en el buggie» que usaba para desplazarse, y ha dejado huella con alguna de sus excentricidades, como mandar cambiar el tono de algunas estancias utilizadas estos días de acuerdo a su gusto por colores primarios como rojos y amarillos. Con el compromiso de «dejar todo como estaba» una vez se marchara.

Al contrario que Anderson, obligado por su responsabilidad, los actores más importantes han estado poco tiempo en Chinchón. Adrien Brody, por ejemplo, llegó un lunes y se fue un sábado, pero fue uno de los que no perdonó la visita al Mesón Cuevas del Vino, por el que han desfilado desde hace décadas actores y actrices de todo el mundo a degustar sus platos y estampar su firma en las tinajas del local. Wes Anderson «reservó dos veces, pero las canceló las dos», cuenta Yajaira García, su propietaria.

«La mujer y la hija sí han venido, estuvieron viendo la firma de Orson Welles», al que Anderson admira, «y parece ser el motivo de haber elegido Chinchón para la película», apunta la dueña del centenario establecimiento fundado por su padre, Narciso, en un singular edificio con 300 años de historia.

Precisamente allí ha habido «dos fiestas», como nos confirma Yajaira. «Una de fin de rodaje, el 16 de octubre, a la que el director no pudo asistir porque se tenía que ir a París. Reservaron para 400 y asistieron 350», apunta la propietaria del mesón. «Pero fue mejor la que se hizo a mitad de la grabación, con un centenar de comensales, entre ellos los productores españoles y norteamericanos».

Rupert Friend, entre las tinajas del Mesón Cuevas del Vino
Rupert Friend, entre las tinajas del Mesón Cuevas del VinoLa RazónLa Razón

Entre tanto, se han sucedido las visitas de algunos de los actores, con firma y foto de rigor ante las tinajas de las Cuevas del Vino. Rupert Friend –protagonista de «Homeland»– y Aimee Mullins «han estado veinte o treinta veces a comer», asegura Yajaira García, a quien elogiaron el establecimiento como «uno de los cinco mejores restaurantes del mundo». Estaban «enamorados» de su ambiente y sus platos. «Les gustaron especialmente los ‘faroles’ –unos ajetes fritos– y el cachopo». El último día, por imperativo de su hora de salida, Yajaira les invitó a las 12 de la mañana a una paella preparada por ella misma. Al irse, intercambiaron teléfonos, y hubo una petición de la pareja: «Visítanos en Los Ángeles».

Adrien Brody, por su parte estuvo comiendo con su madre, pero prometió que repetirá «con su novia». Pasó desapercibido, «se puso de espaldas, eso sí, y nadie se percató de su presencia». Cuenta Yajaira que incluso algún cliente preguntó estando él presente en el local: «¿Pero no ha venido ninguno de los actores todavía?». Brody remató con un anís seco, de 74 grados de alcohol, y «ni se inmutó». En cambio, Rupert Friend, hizo un gesto significativo y dijo que era «imposible de tragar».

Matt Dillon fue otro de los que no se resistió a la solera del vetusto recinto y al reclamo de una tiza con la que dejar su sello.

Matt Dillon fue otro de los actores que dejó su recuerdo con tiza
Matt Dillon fue otro de los actores que dejó su recuerdo con tizaLa RazónLa Razón

El balance en el pueblo con este trasiego de estrellas es en general «positivo», pese a que «no falte quien se queje de que hay mucha gente, o problemas para aparcar», pero «todos hemos sacado algo positivo», opina Yajaira, para quien «ha sido espectacular». «He tenido dos, cuatro, seis, catorce, quince personas a comer cada día, después de lo que hemos pasado...».

«Da mucha vida a Chinchón, queremos que vuelvan», escuchamos en la Plaza Mayor. Aparte del impacto en la hostelería y la restauración, se ha contratado a muchos vecinos como extras, como confirma también Yajaira, de entre cuyo personal ha habido participantes en la figuración o «para vigilar por la noche».

Al nivel de calidad de cualquiera de los actores de Anderson, quien no parece muy interesado en trabajar en Hollywood es el chinchonense José Sacristán, que ha dirigido e interpretado en su pueblo varias veces. «No tendría ninguna posibilidad, no me manejo con el inglés», aseguró a TVE, aunque «nunca» ha tenido «la menor fantasía de poder formar parte de un súper mercado como es el americano».