Natalidad

«He solicitado la ayuda que da la Comunidad de Madrid para no depender de que me compren una bolsa de pañales»

Más de 1.600 madres menores de 30 años han tramitado el bono de 500 euros mensuales del plan de apoyo a la natalidad, algunas por necesidad y otras como apoyo

Ana Desiree, una joven de 20 años mujer que ha pedido una ayuda a la maternidad, en la Fundación Adevida.
Ana Desiree, una joven de 20 años mujer que ha pedido una ayuda a la maternidad, en la Fundación Adevida.Enrique CidonchaLa Razón

Ana Desiree vio a través de un vídeo de la red social TikTok que la Comunidad de Madrid iba a conceder ayudas mensuales de 500 euros a las madres menores de 30 años. Despertó su ilusión, pero mantuvo la prudencia. «Quise esperar un poco a que avanzara mi embarazo porque hasta los tres meses no es seguro».

Su única certeza, a sus cuatro meses y medio de gestación, es que lo necesita. «Yo no puedo trabajar, a mi madre la van a operar porque no puede respirar bien (antes ya la habían intervenido por una hernia) y mi hermano está enfermo, tiene cáncer», cuenta. Esta madrileña, que tiene problemas en la tiroides, tuvo que dejar de ir a sus clases de la ESO porque ya empezaba a notar los mareos y vómitos. «En cuanto dé a luz quiero volver a los estudios, porque sin el título no puedo encontrar trabajo».

Es una madre soltera de 20 años que se siente acompañada y aconsejada en este proceso. Lo explica en la sede de la asociación Adevida, cuya principal actividad es el Centro de Apoyo a la Mujer Embarazada. En el local, alguna mujer en su situación porta su barriga redonda, y otras parlotean sobre cómo fueron sus partos. Ana está nerviosa por el día señalado, aunque habla con calma: «Me da igual que sea niño o niña, pero de momento solo tengo un nombre: Aliana».

En este lugar le van a apoyar en un primer paso. «Aquí te dan un cochecito, una cunita, ropita». Para los siguientes necesita organizar una montaña de papeleo. «Tengo que sacar, por ejemplo, la vida laboral y me piden el negativo; pero con el Covid no te dan citas o las aplazan. Es muy lioso. Yo estoy buscando los documentos poco a poco porque son muchos».

Si consigue esa ayuda la invertirá en pañales, en ahorrar dinero y aportarlo en su casa. «Es muy caro. Si se pone enfermo tenemos que comprar las medicinas. Los alimentos nos los pueden dar más fácilmente, pero para los pequeños se necesitan unas cremas especiales, para sus pieles», cuenta. Lo considera como «un empujón», «un escalón para ir cogiendo fuerza».

Los requisitos

Este abono, que se puede recibir desde la semana 21 de gestación y hasta los dos años del niño, ha pasado de ser para empadronadas que lleven 10 años en Madrid a reducirse a 5. No importa la localidad de la Comunidad de Madrid, pero deberá ser ininterrumpido, y tendrá que permanecer en la región durante el periodo del abono. Además, el beneficiario no podrá superar los 30.000 euros anuales de renta en tributación individual o los 36.200 en tributación conjunta.

Este pago, que será de hasta 14.500 euros por hijo, se podrá prolongar hasta el último día del mes anterior en el que el menor cumpla sus dos años. En las adopciones comenzará con la inscripción de la adopción en el Registro Civil.

Desde su vigencia el 1 de enero y hasta el 27, llegaron unas 1.600 solicitudes. Estas están disponibles a través de la web institucional de la Comunidad de Madrid y pueden presentarse a través de la sede electrónica de la Comunidad de Madrid o, presencialmente, en cualquiera de los registros oficiales de la administración autonómica.

Por otra parte, el plan de apoyo a la maternidad cuenta con otros puntos, como que las mujeres embarazadas de hasta 35 años tendrán prioridad en la presentación de solicitudes de alquiler de vivienda dentro del Plan Vive –el cual facilita que cada madrileño pueda ahorrar unos 3.000 euros al año en alquiler–.

Otra de sus apuestas es que todas las madres de la región que estén en desempleo, independientemente de su edad, podrán participar en bolsas de trabajo específicas y adaptadas a sus necesidades. También en planes de formación con soporte educativo en caso de que quieran completar sus estudios.

Una bolsa de pañales

Adela Borja también tiene 20 años y está embarazada de 26 semanas. «La he solicitado por medio de la asistenta social, porque no sabíamos donde ir». Lo que les queda es la espera. «Para nosotros es muy importante. Yo no estoy cobrando ni trabajando, y sería un desahogo hasta que me salga algo».

Con ese apoyo, el de su suegra y el de sus padres podría vivir sin el ahogo. «Para no tener que depender de que me tengan que comprar una bolsa de pañales», apuntala. Mientras, ha acudido a Red Madre –una fundación solidaria de asesoramiento a la mujer para superar cualquier conflicto surgido ante un embarazo– para pedir una cesta para su bebé, y están esperando para ir a recogerla.

«Vivo con mi suegra, es la que nos está manteniendo, la que está pendiente, me gestiona los papeles (porque los entiendo poco) y me lleva a los sitios». Es un alivio mientras ella y su pareja se enredan en encontrar algún puesto. Yareli nacerá en abril, con la primavera ya puesta. «Creo que por el día 20», remarca la voz de su madre, cargada de ilusión. Su familia le quiere dar a mejor vida y también la espera con ese hálito.

En el caso de Andrea Macarrón, ese aporte sería un colchón. A sus 28 vive con su marido y ambos tienen trabajo, ella desde hace 6 años y él desde hace 12. Se enteraron de estas ayudas porque muchos amigos están en su situación y lo comentaron. «El mantenimiento básico de nuestro hijo no va a depender de esto. Utilizaremos el importe para ofrecerle una educación mejor, para que se forme en idiomas o por si ocurriese algún imprevisto».

Está justo en su quinto mes, ya cerca de conocer a su bebé, Hugo, y ve esta medida como muy positiva: «Está muy bien que la ayuda sea mensual porque siempre viene bien el dinero, pero pienso que si te lo dan de golpe al final la gente lo emplearía en otra cosa, porque es mucho; son 14.500€». Con respecto a los trámites, considera que ha sido sencillo recopilar la documentación. «Y eso que son como siete documentos. La única pega es que no he encontrado bien donde había que enviarla. Me parece que estaba un poco lioso, o a mí no me lo han sabido explicar».

Andrea nunca ha pedido otras ayudas, por ejemplo en los estudios. Siempre se ha preocupado porque algún compañero lo necesitara con mayor urgencia y temía quitarle una gran oportunidad. En este caso ha decidido dar el paso porque no ve que las condiciones que piden sean tan sencillas: «No habrá tantas madres que se puedan permitir serlo antes de los 30».