Obras
Vecinos de Arganzuela, sobre la reforma del Parque de la Chimenea: “Las vallas no solucionan el sinhogarismo, lo desplazan”
La asociación Pasillo Verde Imperial pide que el Ayuntamiento escuche sus ideas para reformar la zona y reclama más transparencia
Próximamente comenzará la reforma del Parque de la Chimenea, también conocido como el Jardín del Rastro o Parque del Gasómetro, por encontrarse donde antes estaba la Fábrica de Gas de Madrid. Según compartió el Consistorio hace unas semanas, la zona pasará a ser más “abierta y segura” con los cambios que se acometerán, y se invertirán casi 700.000 euros en un plazo de seis meses de ejecución.
El proyecto aglutina otras novedades como dos zonas de juegos para los más pequeños con elementos aptos para distintas edades. Los mayores, por su parte, también tendrán un área de actividades que se situará en la nueva entrada noroeste, en la que está prevista la instalación de elementos para que puedan poner en práctica ejercicios.
Además, el proyecto promete crear una zona canina para el ejercicio y esparcimiento de las mascotas. En aras de mejorar la accesibilidad de la zona, se habilitarán nuevos puntos de entrada a través de rampas: uno desde Ronda de Toledo y otro en la esquina de la calle del Gasómetro con la calle del Conejal Benito Martín Lozano. Entre las acciones que se aplicarán en el parque, una ha despertado un debate entre los vecinos de Arganzuela, y es el vallado del mismo.
La propuesta no ha sido recibida de igual manera por todos los vecinos, pues implica que, por las noches, se quedarán fuera del parque varias personas sin hogar que, en la actualidad, pernoctan habitualmente allí, aunque algunas de ellas pasan también el día en dicha localización y tienen en ese lugar sus pertenencias. Desde el área de Medio Ambiente y Movilidad, aseguran que “no debe haber gente en la calle” y dan por hecho que “se les habrán ofrecido alternativas en albergues sociales y las habrán rechazado”.
La Asociación Vecinal Pasillo Verde Imperial de Arganzuela se posiciona en contra del vallado del parque basándose en que solo servirá para desplazar el sinhogarismo a otros parques cercanos, como el Parque de Peñuelas —donde se ha llegado a ver a personas entre los matorrales o con tiendas de campaña— o Madrid Rio.
Maite Gómez, presidenta de la asociación, relata a LA RAZÓN que considera que el proyecto de reforma debería ser otro y afea que, si bien Borja Carabante aceptó a mediados de diciembre visitar el parque junto a la asociación que preside para conocer los problemas del barrio, dicha visita no se ha producido aún. Aunque desde el Ayuntamiento defienden que ha habido “numerosas reuniones entre la Junta de Distrito de Arganzuela y los vecinos”, Maite insiste en que el proyecto se ha redactado de manera unilateral.
Falta de consenso
Maite critica también la “falta de transparencia” que ha observado en el Consistorio desde el cambio de gobierno, y recuerda lo mucho que tardó en obtener el proyecto de la reforma, que le llegó cuando ya estaba licitado “y no les quedaba otra”: “El 9 de diciembre, nos reunimos con Borja Carabante y nos dijo que nos enviaría el proyecto de remodelación del parque, entendió nuestro malestar, se mostró colaborativo y se dio cuenta de que el proceso debia ser consensuado con los vecinos. Pero la cosa se quedó ahí, la Junta Municipal de Arganzuela ocultó el documento. Desde entonces, lo pedimos y no nos lo pasaron hasta marzo”, asegura la presidenta, que cuestiona también que se invirtieran 200.000 euros en cambiar el suelo de una parte del parque que estaba “perfectamente” y apunta que si hay un problema de higiene en la zona no es solo por las personas sin hogar, sino que afecta también su cercanía con El Rastro, pues mucha gente acude al parque tras ir al mismo y deja la basura en la calle.
Housing First: una alternativa habitacional
El documento recoge que la valla servirá para “prevenir la proliferación de indigencia”, algo que desde el organismo consideran que deshumaniza a las personas sin hogar y les da el mismo trato que se le daría a una “plaga”. En esa línea, Eduardo Ramis, miembro también de Pasillo Verde Imperial, destaca el proyecto Housing First del Ayuntamiento de Madrid, aunque considera incoherente impulsarlo a la vez que se vallan parques. La inciativa, defendida por Delegado de Familias de Madrid, Pepe Aniorte, aboga por darles la posibilidad de tener una vivienda propia a las personas sin hogar. “Una solución que puede parecer cara a corto plazo, pero que si se analiza el coste oficial incluyendo gastos asistenciales, es un modelo rentable y eficaz, y se ha visto en países como Finlandia y Bélgica”, explica.
Además de considerar una incongruencia que se impulse ese proyecto a la vez que se vallan parques, Eduardo reclama que se retiren las vallas de un reducto del parque en el que estas han aportado oscuridad y sensación de inseguridad. Desde la asociación, exige más consenso con el el Ayuntamiento para impulsar mejoras y reconoce que en la reforma que se acometerá en Arganzuela hay factores positivos como los que afectan a la accesibilidad del parque, pero cree que también sería fructífero potenciarlo como una zona histórica por su ubicación.
En connivencia con esa idea, una trabajadora social del centro de Madrid Salud ubicado junto al parque cuenta que le gustaría que se destinaran más recursos a «fortalecer el tejido comunitario», hacer actividades entre los vecinos para hacer la convivencia más agradable y poder ayudar a quien lo necesite. «Nuestro objetivo como asociación es que el Ayuntamiento considere a los vecinos y que no los tenga como meras marionetas. Esto se va a hacer sin conocimiento de los ciudadanos, sin ningún tipo de participación, y el Ayuntamiento está creando un conflicto entre los vecinos», concluye Eduardo.
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