Arquitectura

El secreto oculto que se esconde tras la fachada de este “horroroso” edificio de la Gran Vía madrileña

Antonio Giraldo compartió en sus redes el origen de esta construcción tan pintoresca, situada en el número 19 de la famosa calle madrileña

Actual sede de los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo
El edificio del número 19 de la Gran Vía destaca entre las construcciones contiguas@giraldeo (Antonio Giraldo) en Twitter

Entre discusiones y debates, cada vez son más los usuarios que utilizan las redes sociales para la divulgación. Uno de los temas más recurrentes en este tipo de cuentas, además del arte y la historia, es el urbanismo. Así, no son pocos los curiosos que hacen que miremos las ciudades que habitamos con otros ojos, atentiendo a los detalles y comprendiendo lo que vemos.

Uno de ellos es Antonio Giraldo, geógrafo y urbanista que se define como “políticamente correcto” en Twitter y que ejerce como Coordinador del Área de Sostenibilidad de la Comisión Ejecutiva Ferderal del PSOE. Entre sus contenidos, el pasado viernes 22 de abril se viralizó especialmente un hilo que hacía alusión a un edificio de la Gran Vía madrileña, dejando claro que incluso una de las calles más transitadas de la capital puede seguir escondiendo secretos para los gatos y las gatas.

En este caso, el descubrimiento se encuentra en el número 19 de la calle, y tanto por su oscuro aspecto acristalado que refleja el monumento de enfrente como por sus arcos, bien podría ser la vivienda secreta del mismísimo Conde Drácula, pero nada más lejos de la realidad. “Actualmente, lo ocupa la sede de los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo, pero originalmente fue la sede del Banco de Crédito Agrícola”, recoge Giraldo en una publicación.

El geógrafo recogió que se trataba de un edificio setentero bastante poco acorde a la estética predominante en la avenida, y acudió a los registros catastrales para saber un poco más sobre él y no quedarse en meras especulaciones. Así, averiguó que, según los datos que recabó en el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), se trata de un edificio sin protección arquitectónica.

Una mirilla al pasado

La construcción seguía siendo un enigma por tener algunas de sus franjas laterales de la fachada huecas y por estar sus fachadas delanteras y traseras más salidas de lo normal, en lugar de estar alineadas con las edificaciones contiguas, como es habitual. En este caso, el divulgador tiró de hemeroteca para saber qué había ahí antes del edificio que alberga en la actualidad la sede de los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo.

El resultado, bastante más estético que su sustituto, era un edificio de inspiración art-decó: los Almacenes Rodríguez, de López Otero, que data de 1921. Otro aspecto llamativo es que las imágenes de la hemeroteca no recogían el derribo del edificio. Tras observar un poco más la fachada actual, Giraldo identificó la estructura de los almacenes en ella, es decir: la parte visible del actual edificio se construyó sobre el anterior, algo que explica esas franjas vacías de las que se hablaba al principio, pues en su estructua originaria, ahí no había nada.

Fue Francisco Calero Hernández quien, entre 1975 y 1977, acometió la reforma de la fachada, conservando la estructura original y colocando un nuevo diseño que hacía uso del acero y del vidrio como elementos predominantes. Asimismo, la fachada trasera fue depurada de ornamentos y oculta. Según añade el experto, se trató de una moda muy común durante los 70 en todo el mundo, haciendo que años después se encuentren antiguas fachadas como prueba de corrientes arquitectónicas más antiguas.

Tan habitual era, que algunos usuarios se lanzaron a compartir otros ejemplos que conocían de edificios en los que se había actuado de la misma manera, como en el Chronicle Building de San Francisco. Por su parte, Giraldo cita el caso del edificio Schofield en Cleveland (Ohio,EEUU) cuya fachada superficial se pulió en 2016 y se pudo ver la previa, con una ornamentación totalmente distinta. En esa misma línea, Giraldo reclamó que se le devuelva el diseño original al tenebroso edificio de la Gran Vía y aféo que no tuviera protección arquitectónica siendo tratándose de una estructura tan longeva e histórica. Una prueba más de que Madrid está repleta de ventanas al pasado, aunque muchas veces no se perciban.