Torrelaguna: Los tapices de sal por los que “pisa” el Santísimo

Hay tres jueves en el año que brillan más que el sol. Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión. Ayer no fue jueves, sino domingo, y las temperaturas alcanzaban los 30 grados en la Villa de Torrelaguna. La ola de calor dio una tregua al pueblo madrileño que brilló con luz propia, al celebrar la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Y es que es tradicional que en muchos lugares del mundo la festividad se traslade al día dominical.

Allí, a solo 60 kilómetros de la capital, la festividad es tradición desde la primera mitad del siglo XXI, en cuyas fiestas además de los actos religiosos, se organizaban danzas, teatros y festejos taurinos. Ya en la actualidad, desde hace diez años, viene siendo típico que al Corpus se sume un espectáculo floral, que sirve de guía a los anderos de la Antigua Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Perdón, su madre la Virgen del Rosario al Pie de la Cruz y San Juan Evangelista que tienen el honor y la responsabilidad de portar sobre sus hombros al Santísimo, al ser el titular más importante para esta Hermandad de Penitencia. Custodian ese día la forma sagrada, en comunión con los feligreses de Torrelaguna. Para acompañar a Jesús Sacramentado, los vecinos, hermandades y asociaciones engalanan las calles del casco histórico. Las hermandades colocan en las calles más emblemáticas de la villa los conocidos como “altares” que visita el Santísimo. Los componen, la citada Hermandad del Cristo del Perdón, la Virgen de la Soledad -Patrona de Torrelaguna, San Sebastián Mártir, Santa Bárbara y con especial atención este año al que presentó la Hermandad de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, que este año celebra por todo lo alto en la Comunidad de Madrid, el IV Centenario de la canonización del Santo y patrón de la capital. Completan sus altares, las asociaciones vecinales.

Los ornamentos florales se han convertido en parte indispensable de esta celebración. Hace una década, Marí Paz Miguel Moreno, ex alcaldesa de la villa, decidió hacer una alfombra floral en la puerta de su casa, por la calle que pasaba el Santísimo. Lo hizo motu proprio, pero sembró una semilla que ha ido dando sus frutos. El germen que plantó atrajo a los vecinos del pueblo. Durante estos años, los vecinos se sumaron a esta actividad cultural. Una dedicación que tuvo su recompensa el pasado año, cuando Torrelaguna tuvo la oportunidad de participar en la elaboración de la Alfombra Mundial del Xacobeo, de forma simultánea con 260 ciudades de 30 países de los 5 continentes. Fue entonces cuando el grupo de voluntarios se convirtió en Asociación, dado el buen acogimiento de los tapices. Este reclamo turístico llegó a los oídos de la capital. Los alfombristas tuvieron el privilegio de mostrar su arte frente a la Catedral de la Almudena de Madrid, coincidiendo con el IV aniversario de la Canonización de San Isidro Labrador, patrón de Madrid. Este año, la asociación volverá a repetir alfombra para conmemorar el Xacobeo.

Ayer, en Torrelaguna, los alfombristas se levantaron a las seis de la mañana para confeccionar los tapices, en los que ya llevaban trabajando varias semanas, para recolectar los casi 8.000 kilos de sal, ramas de arizónicas y posos de café. «Es una catequesis visual», lo definía su impulsora a este periódico, quien no puede ocultar su emoción por el trabajo en vecindad realizado durante estos años. Es un arte efímero, como ella misma lo define, pero del que sus alfombristas se sienten orgullosas y orgullosos, conscientes de la importancia que tiene que el Santísimo “pise” -en el mejor sentido de la palabra- estos tapices. Jesús bendice las calles, y éstas son decoradas para acogerle. Este es solo uno de los tesoros que guarda Torrelaguna.