Altas temperaturas

Sombra, polos y duchas frías: así combaten en el Zoo de Madrid los 40 grados

Estas son las medidas contra las olas de calor que toman los cuidadores de las cerca de 500 especies que habitan en el Zoo Aquarium de Madrid

-FOTODELDÍA- MADRID, 13/07/2022.- Un oso panda se deleita con un helado de sandía y bambú para refrescarse en el zoo de Madrid durante la ola de calor que sufre el país. EFE/ Luis Millán
-FOTODELDÍA- MADRID, 13/07/2022.- Un oso panda se deleita con un helado de sandía y bambú para refrescarse en el zoo de Madrid durante la ola de calor que sufre el país. EFE/ Luis MillánLuis MillánAgencia EFE

Desde hace semanas los termómetros en la Comunidad de Madrid superan los cuarenta grados y todo apunta a que durante las dos semanas que quedan del mes de julio las temperaturas no darán un respiro. En las horas centrales del día seguirán rondando los 42 mientras que las mínimas tampoco experimentarán grandes cambios, con valores situados entorno a los 25 grados centígrados. Estas altas temperaturas no solo afectan a los humanos, también lo hacen a los animales del Zoo Aquarium de Madrid a los que, de igual modo que el resto de madrileños, sus cuidadores buscan alternativas para sobrellevar las reiteradas olas de calor sufridas los últimos días.

Esto no ha pillado por sorpresa a los trabajadores del parque, que aseguran estar ya más que acostumbrados a las olas de calor y a las altas temperaturas comunes durante los meses de julio y agosto. Desde que las temperaturas en la capital comenzaron a marcar picos extremos, los trabajadores activaron un operativo especial para mantener a las cerca de quinientas especies que albergan fuera de peligro y lo más frescas posible. Su ubicación en plena Casa de Campo hace que a excepción de la época del año en la que estén disfruten de algunos grados menos de lo que es el centro de Madrid. Esto es así gracias al «entorno privilegiado» del que disfrutan, su amplia vegetación y los diferentes puntos de agua disponibles. Además, aún conservan las instalaciones clásicas de hormigón de los años 70, protegidas como Bien de Interés Cultural por el Ayuntamiento de Madrid. Este tipo de arquitectura tan singular conserva muy bien las temperaturas, algo muy favorable para esta época del año cuando las del exterior son muy elevadas y permite mantener las de los sus interiores más frescas.

«Siempre aprovechamos para regar las instalaciones a primera hora de la mañana que es cuando más refresca, aunque lo hacemos a lo largo del día y especialmente para aquellas especies a las que el calor pueda resultar más problemático», asegura a LA RAZÓN Agustín López, director de biología del zoológico. Esta es la primera de las medidas que tomar cuando los termómetros comienzan a ascender. Así como zonas de sombra para que los animales puedan cobijarse, especialmente en las horas centrales del día, además de accesos disponibles para aquellos que quieras entrar al interior y disfrutar del aire acondicionado. Uno de las especies afectadas por esto son los pandas gigantes chinos, provenientes de las montañas de Sichuan, y que están más acostumbrados temperaturas bajas. «Les permitimos acceder siempre que quieran a lo que conocemos como pagoda y que así puedan escoger si prefieren estar en el interior o sus praderas exteriores», apunta López. Sin embargo, la gran mayoría de especies que alberga este zoológico tolera muy bien las altas temperaturas porque tienen muchos animales procedentes de África. Otra de las medidas en especies como las tortugas gigantes, los rinocerontes o los elefantes es la posibilidad que tienen de recibir duchas refrescantes. Estos disponen de zonas habilitadas que se activan con su propio movimiento y disfrutan de momentos refrescantes siempre que lo deseen. Todas estas medidas se encuentran dentro de lo que denominan labores de enriquecimiento ambiental, que no son otra cosa que aquellas tareas en las que los cuidadores ponen a disposición de los animales elementos para que pueda pasar el día adquiriendo comportamientos naturales.

Los trabajadores dan una ducha a uno de los rinocerontes indios del Zoo de Madrid
Los trabajadores dan una ducha a uno de los rinocerontes indios del Zoo de MadridLuis MillánAgencia EFE

Y es que cada una de las especies cuenta con su plan de prevención del calor adaptado a sus necesidades y, a parte de estas medidas, dentro de su enriquecimiento alimenticio, una de ellas es la incorporación de polos. Si bien es cierto que durante estos días de calor a cada animal se le sirve un menú adaptado, incrementando las frutas de verano o aumentando la dieta helada, en el caso de los animales de pelo largo. Estos últimos, son un complemento para los animales que tienen su alimentación repartido a lo largo de la jornada. «Se trata de comida congelada con hielo alrededor, así los animales se entretienen a la vez que refrescan quitando esta capa de hielo y accediendo al alimento», detalla el director de biología.

El resultado es una divertida estampa de osos panda comiéndose un polo de sandía que sujetan con un palo de bambú, focas saltando para alcanzar arenques o calamares congelados, grades felinos lamiendo un bloque de carne congelada o bien osos pardos comiendo naranjas congeladas. Sorprendentemente, los pingüinos pertenecen a una de las especies que menos padecen este calor porque son de Sudáfrica, pero buscan su divertimento a través de pompas de jabón con las que juegan mientras las alcanzan y las explotan.

Helado de arenques y sepia para refrescar a las focas del zoo de Madrid
Helado de arenques y sepia para refrescar a las focas del zoo de MadridLuis MillánAgencia EFE

Detrás de la rutina diaria que siguen los cuidadores hay un trabajo previo. La consulta con antelación de la previsión meteorológica les permite trabajar de forma preventiva cuando una ola de calor se aproxima y, de este modo, poder tomar todas las medidas necesarias.

Este verano no está suponiendo nada extraordinario para el Zoo Aquarium de Madrid: «Al fin y al cabo los animales son como nosotros, si tenemos varios días consecutivos de altas temperaturas están cansados igual de cansados que los humanos y si hay algún día que bajan un poco se nota que respiran y lo toleran mejor». Y continúa López: «La única diferencia con el año pasado es que este mes de julio las olas de calor han sido continuas pero nada fuera de lo normal».

A una semana de acabar lo que conoce como el «peor» mes del año de calor para el parque, esperan que las noches algo más largas de agosto supongan un alivio y bajen las temperaturas para que «todos podamos estar mejor». Mientras haya temperaturas elevadas, seguirán tomando las mismas medidas para que todas las especies tengan la mejor calidad de vida posible. Eso sí, no dejarán de estar pendientes durante todo el día de todas las necesidades que puedan ir surgiendo en cada una de ellas.