Consumo

Los restaurantes flexitarianos de Madrid: la opción perfecta para Alberto Garzón

El ministro anti-carne puede centrar su discurso con una amplia y rica oferta que evita el vegetarianismo estricto y apuesta por un menú ovolacteovegetariano, ictófago y sí, también carnívoro

El ex ministro de Consumo, Alberto Garzón
El ex ministro de Consumo, Alberto GarzónEUROPA PRESS/O.CAÑAS.POOLEuropa Press

Carne, pescado o zanahorias. Elegir es renunciar y algunos, con la ideología en la mano, no deberían caer en esa disyuntiva tan negativa. En ese sentido, el flexitarianismo, llevar una dieta vegetariana que se practica de forma flexible, podría ser para muchos la mejor opción. Sin duda de eso sabe mucho el campeón de las polémicas cárnicas: Alberto Garzón.

Es decir, alguien que es flexitariano sigue una dieta vegetariana, la cual está basada en el consumo de vegetales, también en huevos y derivados de la leche, pero consume carne o pescado sólo en ocasiones especiales. Y no hablamos de una boda. Por lo demás, la RAE no ha definido el término flexitariano. Todavía.

El concepto vegan(veganismo) nació en Gran Bretaña en 1944 en la Vegan Society, creada por Donald Watson, en Leicester, Inglaterra. Y aunque muchos pudieran pensar que el movimiento del vegetarianismo y veganismo es nuevo, realmente este movimiento viene de muy atrás en la historia. Varias culturas y religiones ancestrales seguían predominantemente dietas basadas en plantas. La pobreza del entorno, todo hay que decirlo, también animaba a ello.

Sin embargo, el término «flexitariano», al que parece haberse abrazado con entusiasmo el ministro de Consumo, Alberto Garzón, es relativamente nuevo. El primer uso conocido del término «flexitariano» se encuentra en el número del 17 de octubre de 1992 del Austin American-Statesman. En este número, la reportera Linda Anthony escribió un artículo titulado «Acorn sirve ‘comida flexitariana’».

Sin duda una buena opción, más centrada, para el ministro que nos ha dejado perlas como que “el turismo es de bajo valor añadido” o que apuesta por gravar -hasta donde se pueda, y un poco más- las bebidas azucaradas, cuando no ataca a los productores de carne o jamón. Una apuesta por el flexitarianismo que, de alguna manera, es otra manera de hablar de una conducta omnívora. Comer toda clase de sustancias orgánicas, tanto vegetales como animales. Aunque Garzón apueste por cargar la bolsa de la compra con algunas en vez de otras...