El Madrid de..
Lorenzo Caprile: “La moda no debe ignorar la diversidad de la calle”
El modista presenta ‘Coser y contar’, un formato que estudia la historia de la moda desde distintos lugares de la ciudad, en Telemadrid
Con su defensa de una moda artesana en la que se cuide con celo cada detalle, Lorenzo Caprile Trucchi (Madrid, 1967) es uno de los modistas más célebres de nuestro país y la firma fetiche de Anne Igartiburu, a quien viste cada año en las campanadas de La 1; la Familia Real o influencers como Marta Lozano.
Maestros de la costura catapultó su popularidad entre la gente joven de la mano de Shine Iberia. Y de la misma productora es Coser y contar, un programa que se puede ver los sábados en Telemadrid a las 21:15. En él, Caprile viaja al pasado de la moda desde lugares como la sastrería de Lander Urquijo, el Museo de Arqueológico Nacional o Capas Seseña. El modista comenta a LA RAZÓN que con este proyecto ha aprendido muchos datos que no sabía antes, pero si tiene que quedarse con un hecho histórico de Madrid sería con el asesinato de Juan Prim, expresidente del Consejo de Ministros de España, que tuvo lugar en 1870.
“En la moda, es fácil protagonizar titulares, pero es muy complicado mantenerse”
“Lo sabía de pasada de la época en la que estudié, pero conocer con más en detalle ese primer magnicidio de la historia de España me gustó mucho”, recuerda. Y, si tiene que elegir entre las zonas más interesantes por su historia, aprovecha para pedir una segunda temporada del programa en la que se explore más a fondo la Gran Vía. “Es un pozo de sorpresas, hay muchas historias relacionadas con la moda allí porque, hasta hace poco, era como Serrano. Había muchos talleres históricos y almacenes, hay mucho que contar que se ha olvidado”, apunta.
Madrid fue una ciudad muy refinada y el lugar al que se acudía para adquirir buenas joyas o muebles, algo que según el modista se ha ido perdiendo, y pone como ejemplo Caruncho, “una de las primeras tiendas multimarca de los años 50, que estaba muy cerca de la Plaza de la Independencia”. Cuenta que, desde esa época han cambiado muchas más cosas, sobre todo por las redes y por cómo estas han reconfigurado la manera de comunicar, haciendo que las influencers sean las nuevas “revistas de moda”.
En 1993, Caprile abre su primer taller en Madrid, unos inicios de los que envidia que la alta demanda permitía que se pudieran tener muchos más trabajadores que ahora. Sin embargo, el mundo se ha vuelto más complicado para los nuevos creadores.
“Hacer ruido, llamar la atención y ocupar las portadas es relativamente fácil, mira a Eduardo Navarrete... lo complicado es mantenerse. No me quiero poner la medalla, pero 30 años después sigo aquí, aunque lo haga con tres hernias discales, la espalda hecha polvo y un problema de acúfenos un poco molesto”, bromea. Además, destaca la inestabilidad de la industria y cómo hace imperativo reinventarse continuamente, pudiendo tener “una temporada gloriosa”, seguida de una en la que “no se venda un pimiento”.
El modista presume de haber llegado a un momento de gran madurez profesional, con mucho respeto en su sector, con una clientela muy asentada y con muchos proyectos interesantes. Entre todos ellos, echa de menos Maestros de la costura, cancelado recientemente tras cinco temporadas. “No pierdo la esperanza en que vuelva, es un programa necesario en la pública, muestra diversidad desde el respeto y el cariño, educa sobre sostenibilidad...”.
“Nos guste o no, las redes son las nuevas revistas de moda, aunque mi marca no las necesite”
Pone de modelo al programa sobre cómo la moda debe reflejar distintas realidades sociales tanto en cuerpos como en identidades de género, pues cree que lo contrario es “darle la espalda a la calle”, pero con la precaución de no llegar a la exageración ni a la caricaturización “tan propios de España”. Por otro lado, trabaja con el equipo de su taller en el vestuario de Abre el ojo, obra que verá la luz en Valladolid a finales de mes.
Se trata de una adaptación de Fernando de Rojas Zorrilla, pero si Caprile siente predilección por alguien del mundo de la literatura, es por una salmantina: Carmen Martín Gaite. Recuerda con mucho cariño cuando seguidores como él se agolpaban en la Feria del Libro para conseguir su firma y hablar con ella por unos minutos.
Eso sí, si algo ha marcado su vida es su gran familia.”Son quienes me dan apoyo o el gran bofetón de realidad cuando he estado subidito. Agradezco mucho haber tenido una familia tan numerosa y en una época en la que esto era común: es una escuela de vida, me ayuda a no creerme el ombligo del mundo, a dialogar y negociar, lo que se entiende por política. Creo que, cuando eres hijo único piensas que el mundo empieza y acaba en ti”, concluye.
✕
Accede a tu cuenta para comentar