Educación

Cerrojazo al emblemático colegio Purísima Concepción de Madrid

Las familias muestran su descontento con el cierre del histórico centro educativo, propiedad de la Hermandad del Refugio y gestionada por la Fundación Teresiana

El Colegio de la Purisima Concepcion tiene previsto cerrar este año pese a las protestas de padres y profesores
El Colegio de la Purisima Concepcion tiene previsto cerrar este año pese a las protestas de padres y profesoresDavid JarLa Razon

En 1651, la situación en la que vivían las niñas huérfanas de Madrid llevó a la Santa, Pontificia y Real Hermandad del Refugio y la Piedad de Madrid a inaugurar el colegio Purísima Concepción, un internado en el que las jóvenes encontraban un hogar y la oportunidad de una vida fuera de la mendicidad. Si bien el centro educativo ha cambiado de sede a lo largo de los siglos, en el siglo XVIII, Felipe V concedió a la Hermandad el hospital y la iglesia de San Antonio de los Alemanes, y esta fue comprando, poco a poco, los edificios colindantes, ubicando el colegio en uno de ellos. Desde entonces, la institución educativa ha permanecido allí, haciéndose parte del barrio de Malasaña y configurándose no solo como toda una institución en la capital, sino, además, como un centro educativo de referencia de la mano, desde 1889, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, la cual ostenta desde entonces la dirección y la gestión del mismo. Hoy, el Purísima Concepción es, además, un colegio que acoge a un alto porcentaje de niños y niñas cuyas familias están en riesgo de exclusión social, una gran mayoría de alumnado internacional y, además, es uno de los pocos centros educativos de la capital que contempla las necesidades de alumnos con Trastornos del Espectro Autista (TEA), a quienes tiene integrados en sus aulas. Sin embargo, este colegio que solo ha cerrado dos veces en su historia, durante la invasión francesa y la Guerra Civil, se encuentra hoy ante la triste realidad de que, al finalizar este curso, cerrará sus puertas, una decisión ante la cual las familias han tomado la decisión de manifestarse, convocando una protesta el próximo 3 de febrero.

A las puertas del colegio, donde tendrá lugar esta manifestación, algunos padres se encuentran con este periódico. La expresión que todos comparten no es ni siquiera de frustración, ni de incertidumbre. Es, sobre todo, de tristeza. La hija de Franco Casela, Libertad, es una de las alumnas de este centro. Hace unos años tuvieron que huir de Venezuela para salvar la vida, ya que él era allí diputado opositor al régimen de Maduro. Libertad iba en Caracas a un colegio también teresiano, así que cuando llegaron a Madrid no encontraron una institución. «Encontramos una familia», dice Casela a LA RAZÓN. «Es un centro diverso, con un gran porcentaje de su alumnado con raíces extranjeras o con necesidades especiales plenamente integrados», explica. Y asegura que todos ellos están pasando, desde el pasado mes de diciembre, momento en el que la Hermandad les informó de la situación, por un «duelo emocional».

El motivo que argumenta la Hermandad para haber tomado esta decisión está vinculada a las condiciones en las que se encuentra el edificio. «En 2017 la junta de Gobierno de la Hermandad que había entonces, que es diferente a la actual, ya se planteaba que algo había que hacer con el colegio», dice Raúl Mayoral, gerente de la Hermandad. «En junio de 2021, con el gobierno actual, se pone en marcha un peritaje del estado del mismo y ahí se pone de manifiesto que no reúne las condiciones necesarias para que el centro siga en funcionamiento en condiciones de seguridad», añade. Señala, también, que en aquel momento la Hermandad se puso «manos a la obra» para intentar evitar el cierre, pero ha sido «imposible» debido a que, por el régimen urbanístico al que está sujeto el centro como edificio protegido del cual «no se puede alterar su estructura».

«El edificio se está cayendo, pero sí lo explotan turisticamente en la esquina con la iglesia de los Alemanes, que cada día recibe visitas porque es una auténtica belleza», dice Casela. Fue, de hecho, en esa misma iglesia donde se celebró, el pasado mes de diciembre, la reunión en la que la Hermandad notificó a las familias que el colegio iba a ser clausurado definitivamente. «Creo que pensaban que al hacerla allí iba a pasar sin más, o que los padres no íbamos a reaccionar», dice Agustina, otra de las madres del colegio. De hecho, el mayor malestar de las familias se encuentra en «las formas» con las que la Hermandad ha gestionado la situación. «Ahora en febrero empiezan las jornadas de puertas abiertas, y, realmente, nos han notificado prácticamente porque han presionado desde la Consejería de Educación y desde las teresianas», añade Agustina. En este sentido, la Fundación Teresiana (FET), la cual asumió en 2011 la dirección del centro, confirma que, desde febrero de 2021, «ante las primeras noticias no formales de la intención de la Hermandad de cerrar el colegio», tanto la congregación como la FET solicitaron a la misma «una comunicación oficial al respecto». Además, ha puesto sobre la mesa su voluntad de «buscar alternativas que eviten el cierre y permitan la continuidad del proyecto educativo». Ante esto, aseguran, «la Hermandad no ha respondido nunca por las vías establecidas en el convenio a ninguna de las dos instituciones». Otro foco de malestar se encuentra, además, en la situación en la que quedarán ahora los 31 profesionales del centro, incluyendo profesional docente y no docente, los cuales, tal como apuntan desde la FET, «han dado vida al proyecto en favor de las numerosas generaciones de alumnos que a lo largo de los años han pasado por el colegio».

«A los profesores no nos han notificado nada formalmente. Deben estar esperando a cumplir con lo estrictamente legal de avisarnos del fin del contrato 15 días antes», asegura una de las profesoras, que prefiere no revelar su nombre. «Cuando les hemos dicho que necesitábamos una explicación, lo único que nos han dicho es que, como nos hemos sindicado, no quieren hablar con nosotros», continúa. «Lo único que sabemos es que harán lo que legalmente estipula la ley, que suponemos que será un ERE, por lo que las personas que estaban a punto de jubilarse o estaban a punto de hacerlo, ahora también van a ver afectadas sus pensiones, como es el caso de una compañera a la que solo le quedaba un año para cumplir los 25 años en la empresa». De hecho, el esperar un año más para el cierre definitivo, permitiendo así a los padres tener más tiempo para buscar alternativas y dejando en mejor situación a los trabajadores, fue una de las alternativas contempladas por el hermano mayor de la Hermandad del Refugio, Fernando Martínez de Haro. Sin embargo, la junta de gobierno ya había votado el cierre el próximo mes de julio, con el fin del año escolar. «Cuando se toma esta decisión, desde la hermandad comenzamos a buscar alternativas, manteniendo reuniones con distintos colegios», apuntan desde la hermandad. «Gracias a estas gestiones, a día de hoy, aunque es muy reciente, se tiene un centro alternativo que se va a comunicar al AMPA, para que las familias tomen la decisión que quieran», explica el gerente de la hermandad. «Es un colegio de la zona, también de ideario católico y en el que la Hermandad abonará el coste escolar», añade. Asimismo, en cuanto a una de las principales preocupaciones de las familias, que son los alumnos TEA, «también se ha planteado a la dirección de enseñanza concertada de la Comunidad de Madrid la problemática de estos alumnos, y se ha acordado que también en ese colegio que se va a proponer se va a facilitar todo para que se mantenga el aula diversificada».

«No podemos evitar que, aunque nos duela, el hecho es que el colegio debe cerrar», aseveran. Las familias son conscientes, aunque, como señala Casela, «si esto comenzó en 2017, y ya se sabía que podía haber peligro, nos habría gustado que como padres se nos informase». «Hemos puesto pancartas y nos las han quitado. Vamos a seguir alzando la voz», asegura. Pero, sobre todo, hay alrededor de todo esto una sombra de sospecha sobre qué pasará cuando el edificio se cierre. Piensan algunas de las familias que se va a especular con él, basándose en el caso de una residencia de ancianos que tenía la Hermandad muy cerca del colegio y cuyo edificio, a día de hoy, está alquilado a un operador de hostelería. «Esa actividad sirve para sufragar los fines caritativos de la Hermandad», aclara el gerente, quien subraya que este caso no es igual. «Se trata de un edificio protegido por el régimen urbanístico, por lo que solamente puede ser destinado a fines educativos, por lo que esos rumores de que se va a especular con el edificio no son ciertos», aseguran. Sin embargo, lo que sí está claro es que uno de los centros educativos históricos de Madrid este curso cerrará sus puertas para siempre, y es algo ante lo cual todos los involucrados, pero también los madrileños, pasarán por ese «proceso de duelo».