Tesoros en los Museos
Historias vitales a través del vestuario
Recorremos el Museo del Traje junto a su directora, Helena López de Hierro
Su nombre puede llevar creer que es un museo temático. Y en cierto modo lo es. Pero la realidad, una vez cruzas sus puertas, es que tras ellas descubres que el Museo del Traje de Madrid es un recorrido por una historia de vida. Y desde hace unas semanas, una vista atrás a la Movida Madrileña. Algo que han logrado gracias a «Baja Costura». Una muestra de cerca de 600 piezas con la que han buscado recomponer la trayectoria de Antonio Alvarado, un veterano de la moda española que puede ser considerado diseñador de cabecera de este tiempo y Premio Nacional de Diseño de Moda 2021.
Algo que no hubiese sido posible sin el gran trabajo emocional –y de memoria- que ha hecho el propio diseñador, el de documentación del propio museo y la generosidad de cerca de cincuenta prestadores que han cedido las piezas que el diseñador un día creó para ellos. Entre estos se encuentran Pedro Almodovar, Alaska, Luz Casal o Tino Casal. «Algo que nos ha sorprendido especialmente es que todo el mundo conservaba las piezas en perfecto estado y la relación sentimental que guardan con ellas», confiesa Helena López de Hierro, directora del Museo del Traje, a LA RAZÓN.
Un resultado para el que han trabajado más de seis años y que llegó por el interés de Juan Gutiérrez, actual conservador de indumentaria del siglo XX del museo y uno de los comisarios de la exposición junto al hijo del diseñador, Iván Alvarado. «Ha investigado mucho sobre los años 80. Ya habíamos hecho exposiciones sobre Manuel Piña y Tino Casal y queríamos concluir esos estudios sobre lo que supone a nivel social e indumentaria esta década en España», apunta.
Más de mil metros cuadrados dedicados a la moda urbana que, a pesar de haber desfilado en pasarelas y salir en importantes largometrajes como «Mujeres al borde de un ataque de nervios» o «La ley del deseo», estuvo destinada a la calle. Alvarado es uno de los diseñadores que participó en los primeros desfiles de Cibeles y de los principales de ese centro de ebullición de la moda española en el año 85. Su larga trayectoria en las pasarelas, permite recorrer lo que ha sido la historia de España a través de la indumentaria entre 1980 y los 2000. Desde «looks» más barrocos y típicos de ese momento hasta los más sobrios, con el shantung como tejido.
Pero no solo fue pionero en esto, también demostró interés por valores que ahora se reivindican y que ya estaban presentes en su trayectoria. Como la confección de prendas con tejidos reciclados, multifuncionales, reversibles y unisex. «Pero lejos de esa imagen canalla y divertida que pueden reflejar sus diseños demuestran también que poseía unos conocimientos de sastrería muy desarrollados y que estaban realizadas de forma excelente», asegura. Por ello han decidido envolver el recorrido por un tejido de retor de algodón para resaltar de lo que es el saber hacer en el oficio. Disponible hasta el 26 de marzo, esta exposición temporal viene a completar una extensa y potente muestra permanente.
Su reciente apertura a finales de 2021, tras su cierre por obras en 2019, les permitió reflexionar sobre las posibilidades que tenía un museo con una temática tan concreta pero a la vez la gran vinculación que tenía con todo y vieron la oportunidad de dar un giro a lo que habían hecho hasta ahora. «Lo que queríamos era evitar únicamente el tratamiento artístico de las piezas, como piezas que pueden ser emblemáticas, únicas u originales, y contextualizarlas más», detalla la directora. Han repensado el discurso expositivo y han ideado un recorrido en el que pueden verse más mil piezas -solo un 1% de la colección que alberga el museo-, de las cuales más de la mitad se exhiben ahora por primera vez.
Han mantenido la línea cronológica a lo largo del recorrido pero han introducido temas transversales como la difusión de la moda en los diferentes periodos históricos, cómo se producen los tejidos o la historia del arte como una fuente para la moda. Del mismo modo lo han hecho con los anacronismos. Es decir, a lo largo del discurso han introducido piezas contemporáneas en aquellos momentos en los que la moda sigue revisitando esos momentos históricos. Como puede ser el traje a la española de los siglos XVI y el valor del color negro, frente a una sastrería contemporánea como es Oteyza, que sigue considerando en su indumentaria esos elementos como españoles. Esta nueva exposición incluye piezas del fondo textil, pero también bienes etnológicos y documentales que ayudan a contextualizar las distintas épocas y a entender que las modas trascienden al ámbito de la indumentaria.
Desde hace once años, López de Hierro está al frente del museo, aunque lleva trabajando en él desde 2006. Un privilegio para ella porque además de custodiar un patrimonio a su cargo también están encargados de difundir una temática que les permite hablar de sociología, antropología, historia, historia del arte, arte como tal, producción, tecnología… «En definitiva, todos aquellos elementos en los que vive toda una sociedad a través de una materia muy concreta como es el vestido. Es un privilegio y una suerte, porque nos permite estar continuamente reinventándonos». Es innegable que la proliferación de los estudios de moda ha aumentado su cifra de visitantes pero también han logrado rejuvenecer la edad media del asiduo a museo estatal, situándola por debajo de los 40. Para este año nuevo esperan recuperar sus 100.000 habituales.
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