Fallecido

Adiós al librero y gran veterano de la Cuesta de Moyano

Con más de 40 años en el sector librero a sus espaldas, Alfonso Riudavets falleció el pasado domingo

Alfonso Riudavets, librero de la Cuesta de Moyano
Alfonso Riudavets, librero de la Cuesta de MoyanoTerritorio Moyano

Conocido como «el hombre que más libros ha venido», Alfonso Riudavets, falleció el pasado domingo a los 89 años. Desde 1968 ha abierto y cerrado las persianas de su caseta, ubicada en el número 15 de la Cuesta de Moyano. Quienes lo conocían cuentan que, en total, ha acumulado más de 2.000 volúmenes de libros en la caseta y más de medio millón guardados en almacenes. Los libros eran su devoción, especialmente los de literatura, arte e historia. Tanto es así que se saltaba sus días de libranza. Moyano lo sentía como su casa.

Los libros eran el destino marcado de Alfonso desde que nació, así lo muestra su trayectoria. Ya desde 1947 empezó a trabajar en un almacén de papel en Santa Engracia 32, y más tarde dedicó cuatro años a la librería de San Ginés, hasta 1962, justo antes de regentar su propia caseta en Moyano. En sus comienzos, llegó a encargarse de hasta tres casetas. El hombre con chaqueta larga de color azul marino era ya conocido por los amantes de la lectura en la cuesta que conecta con la estación de Atocha.

Alfonso ha sido uno de los muchos libreros que se vio perjudicado por la peatonalización de la calle donde ha trabajado tantos años. Esto, junto a Filomena y la pandemia de la COVID-19 han sido los baches que él y muchos otros han tenido que enfrentarse. Además, los buenos tiempos que los libreros vivieron en los años 70 y 80 quedaron atrás con la llegada de las nuevas tecnologías y la crisis del papel. Más de una ocasión, Alfonso manifestó que el trabajo de la venta de libros a través del mundo digital le parecía «horroroso», el cual rechazaba y, por supuesto, su caseta no disponía de web oficial y mucho menos redes sociales. Él daba un significado mayor a los libros, «no todo es dinero», decía antaño. Sus más de 40 años en el sector y su larga trayectoria no quedarán en el olvido. Así se hace de notar en el recuerdo que le guardan sus compañeros de profesión y asiduos compradores, quienes se refieren al fallecido como «el tipo que más ha hecho por los libros en la ciudad de Madrid».