Recuperación

Así luce la Montaña de los Gatos veinte años después

Tras dos décadas cerrada, el Ayuntamiento de Madrid ha recuperado este capricho del rey Fernando VII para disfrute de todos

El interior de la montaña es un espacio abovedado de planta circular
El interior de la montaña es un espacio abovedado de planta circular AYTO. DE MADRID

La ciudad de Madrid acaba de recuperar una de sus tesoros históricos más populares de los Jardines del Buen Retiro: la conocida como La Montaña de los Gatos. Una montaña artificial levantada por el rey Fernando VII en el siglo XIX y conocida así por haber sido el espacio habitual para las colonias de felinos que poblaban este enclave en el pasado. Después de veinte años cerrado al público, de ocho meses de trabajos y una inversión de 2,1 millones por parte del Ayuntamiento de Madrid, ha recobrado su esencia original. Desde hoy, los madrileños y turistas podrán volver a visitar este espacio.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se acercará hoy a este punto emblemático ubicado en el Parque de El Retiro para comprobar el resultado final de las actuaciones, llevadas a cabo para la recuperación integral de la montaña. Situada junto a la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo, fue concebida como un capricho de jardín de carácter arquitectónico, aunque el principal uso que se le dio hasta su cierre en 2004 fue el de sala de exposiciones. El regidor madrileño estará acompañado en esta visita por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante; el delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, y la concejala-presidenta del distrito de Retiro, Andrea Levy.

Fue en 2002 cuando el espacio abovedado interior de la montaña acogió su última exposición. Desde entonces, no ha tenido ningún uso ni se ha permitido el acceso debido a los riesgos detectados en su seguridad. No en vano, dos años después comenzaron a registrarse desprendimientos en su interior. Entonces se cerró la zona reservada a las exposiciones y más tarde, fue vallado todo el conjunto. Gracias a un estudio realizado por la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, dependiente del Área de Medio Ambiente y Movilidad, se llegó a la conclusión de que la instalación no era segura para el acceso del público. La razón, unas filtraciones de agua que se producían en su interior.

En 2018 se convocó un concurso público para la rehabilitación del espacio, coincidiendo con el 150 aniversario del parque. Este proceso quedó desierto, lo que impidió la reactivación del espacio. Hasta que, en mayo del pasado año, el Gobierno municipal autorizó en Junta de Gobierno un contrato para la ejecución de las obras que arrancaron el pasado mes de octubre y que acaban de llegar a su fin.

Cuatro galerías

Ahora, con esta inauguración, los asistentes podrán descubrir el interior de la montaña. Este consta de un espacio abovedado de planta circular abierta con un óculo superior del que nacen cuatro galerías, también abovedadas que discurren por el interior del cerro artificial. El primero de estos pasillos, dispuesto en el eje perpendicular a la calle O’Donnel, hace las veces de acceso. Los otros tres, nacen desde el espacio interior y avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas hacia los estanques del perímetro en busca de la caída de agua de las cascadas exteriores.

Uno de los objetivos prioritarios que estos trabajos han posibilitado es el de concretar el tratamiento y la eliminación de las humedades producidas por filtraciones registradas en el interior de la sala y en la bóveda de la propia montaña. Para ello se ha mejorado su cubrición, teniendo en cuenta que en el momento de su construcción fue «enterrada» con tierra y vegetación para crear sobre ella la montaña artificial. En lo que afecta a la bóveda, se ha respetado la construcción original, lo que ha implicado mantener su volumen, de catorce metros de diámetro y once metros de altura.

Cuatro galerías discurren por el interior del cerro artificial
Cuatro galerías discurren por el interior del cerro artificialAYTO. DE MADRID

Respecto al exterior, la montaña cuenta con una serie de pequeños senderos ajardinados ascendentes rodeados perimetralmente de un conjunto de estanques sobre los que vierten tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculación. Para ello, se han llevado a cabo varias actuaciones: la recuperación de las cascadas y láminas de agua y la adaptación de las zonas arbustivas y del patrimonio vegetal. Además de la estructura, también se ha restaurado el trazado interior de la montaña y se ha renovado el firme de los caminos que integran este recorrido. Así como, la consolidación y revalorización de los elementos patrimoniales con los que cuenta el conjunto. Todo ello con el propósito de devolver el espíritu original a este espacio.

El exterior cuenta con tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculación
El exterior cuenta con tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculaciónAYTO. DE MADRID

Hallazgos arqueológicos

Al margen de los trabajos de recuperación, durante la realización de estas obras se han producido hallazgos arqueológicos relevantes que incrementarán aún más el interés y el valor de este espacio. En concreto, se ha encontrado un viaje de agua que conducía a una noria, anterior a la construcción del parque, con restos arqueológicos que van a quedar a la vista de los visitantes a través de una pantalla de cristal. Los viajes de agua conformaban el sistema utilizado hasta mediados del siglo XIX en Madrid para la distribución de agua a través de una gran red de galerías subterráneas.

Durante la realización de estas obras se han producido hallazgos arqueológicos relevantes
Durante la realización de estas obras se han producido hallazgos arqueológicos relevantes AYTO. DE MADRID

Junto a ello, también han aparecido los contrafuertes originales que han sujetado la bóveda desde su construcción y parte de ellos también permanecerán descubiertos a partir de ahora, con el fin de que puedan ser contemplados por el visitante a través de un cristal. Con su reapertura, los visitantes podrán disfrutar del conjunto de la zona ajardinada y de la estructura exterior reformada, además de una muestra que acogerá desde este mismo miércoles el espacio abovedado interior. Esta exposición temporal permitirá conocer la historia de la Montaña de los Gatos, así como el detalle de los trabajos que se han llevado a cabo para su recuperación integral. La muestra estará abierta de 11 a 13 horas y de 18 a 20 horas.

Capricho de Fernando VII

La Montaña de los Gatos fue uno de los caprichos que el rey Fernando VII promovió en el Reservado del Parque del Retiro o la zona que delimitó para su real disfrute y el de su familia y sin acceso público. Las obras se iniciaron en 1817. Bernardino Berogán fue nombrado director de este jardín romántico, incluyéndose en su perímetro esta montaña cubierta de vegetación diversa y un templete ya desaparecido, que servía de observatorio. Este templete, de rasgos orientales, estaba configurado por tres torres, una central de planta octogonal y dos cilíndricas en los extremos, unidas por una arquería. La parcela en la que se levantó se extiende desde la esquina noreste de los jardines, en la entrada de la Puerta de O’Donnell, hasta los parterres colindantes y la Casita del Pescador. Berogán proyectó otras edificaciones en el parque, construidas por el arquitecto real, Isidro González Velázquez, como la propia Casita del Pescador, la Casa Rústica o el Embarcadero del Estanque Grande, entre otras.

La ría y el estanque que se encuentran a sus pies, originariamente contaron con peces y gansos, y la parte superior de la cascada estaba coronada por la cabeza de un león de yeso. Esta construcción fue bautizada por los madrileños de la época de diferentes formas siendo la «de los Gatos» la más popular, ya que durante un tiempo era el lugar en el que la gente se deshacía de sus gatos convirtiéndose en hogar de los felinos callejeros.