Asamblea de Madrid
Ayuso repasa en su investidura los pecados capitales de Sánchez: "Ingeniería social, degradación institucional e involución democrática"
La líder madrileña será investida este jueves presidenta en la Asamblea de Vallecas con los votos del PP y de Vox
Ayusoafrontó ayer la primera etapa de su debate de investidura, con la seguridad que le concede la mayoría absoluta para superar la votación de hoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid en funciones desplegó ayer, en la primera jornada de esta cita, su hoja de ruta para el nuevo mandato. Lo hizo, eso sí, tras perfilar una enmienda a la totalidad al sanchismo, al que dedicó también una suerte de epitafio. El cambio político es imparable, a juicio de Ayuso, y el 23-J será la segunda parte del 28-M: «En mayo se abrió la puerta a una política responsable y en julio espero que todos crucemos esa puerta porque España lo merece y lo necesita». Punto y final a la «coalición corrosiva» liderada por Pedro Sánchez, «un gobierno de la nación de minorías que ha acabado con toda posibilidad de debate y de acuerdo».
Las elecciones autonómicas y especialmente el resultado en Madrid significaron, según el diagnóstico esbozado por Ayuso en su intervención, el prólogo del final del sanchismo. Con tres mensajes. Uno en clave regional, que tiene que ver con cómo los madrileños certificaron que «les gusta el tipo de vida que se han dado». La presidenta aseguró que los ciudadanos de la región «no han votado solo en clave económica, han votado valores, la libertad, la alegría, la bravura, el patriotismo, la pluralidad y la generosidad» en su apuesta por «una vida más intensa, personal y verdadera».
Los otros dos mensajes que los comicios autonómicos lanzaron los madrileños tienen un claro destinatario: Sánchez. Porque significaron un «rechazo masivo» a las políticas de Moncloa y de sus socios. Dibujó en este punto un retrato de la gestión de Sánchez, sostenido en «la ingeniería social, la degradación institucional, la involución democrática, la destrucción de la España de la Transición, la pérdida del buen nombre y de la influencia de España en el mundo». Un cóctel que, según Ayuso, ayuda a explicar la tercera lectura del 28-M: «Los españoles no aguantan más, el deterioro político, moral y social a manos de ideologías totalitarias que nadie ha votado ha llegado a su fin. Por eso la ultraizquierda se ha debilitado en esta cámara». Según Ayuso, Madrid demostró en estos años ser la avanzadilla que ha anticipado el final político de Sánchez, presentando a la región como «rompeolas de las Españas» y punto de arranque de «la reconquista de la libertad y la España de todos».
Insistió en varios momentos de su discurso en cómo la tendencia del 28-M es ya «imparable»: «La fragmentación y el debilitamiento a manos de los nacionalistas, la presencia de terroristas en instituciones, la impunidad de los delincuentes... no se soporta más. Los españoles, de izquierda a derecha, no quieren perder su país, ver cómo se apaga y se fomentan nuevas luchas de clase, entre el hombre y la mujer, el campo y la ciudad, lo público y lo privado, los mayores y los jóvenes. Sólo buscan dividir la sociedad para que pierda la iniciativa y controlarla a manos de quienes todo lo politizan, desde la tenencia de una mascota a las relaciones íntimas. Y esa es la definición del totalitarismo, que todo sea político, nada sea personal ni espontáneo ni libre». El cambio, insistió Ayuso, «es imparable porque España entera lo tiene claro, merece un mejor gobierno y no quiere que sus enemigos ocupen las instituciones ni que la cambien por la puerta de atrás».
«Bildu sí está gobernando»
Antes de entrar en el detalle de sus propuestas para el mandato que ahora arranca, Ayuso quiso detenerse en la polémica en torno a Bildu y a las palabras de Pedro Sánchez de esta misma semana con las que se ha querido distanciar de la marca abertzale: «Bildu sí está gobernando España, y ellos y sus socios sí han buscado el desprestigio o el ninguneo de nuestras más altas instituciones: la Corona, los jueces, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las Fuerzas Armadas, los funcionarios de carrera, la Administración consultiva; como también se ha hostigado desde el poder a periodistas, empresarios, a la oposición, o a cualquiera que criticase lo que ocurría o quisiera actuar en libertad». Frente al modelo que representan Sánchez y sus socios, entre ellos Bildu, la candidata popular volvió a definir a Madrid como el contrapeso necesario: «El buen nombre y el prestigio de España, la prosperidad de las nuevas generaciones, el orden constitucional, la convivencia, la libertad y la pluralidad están comprometidos. Madrid lo ha puesto de manifiesto desde el primer día, ejercimos nuestra responsabilidad patriótica, se nos quiso desprestigiar y dificultar el camino: llegando incluso a querer descapitalizar España, o a encerrarnos ilegalmente. Pero ya toda España es consciente de lo que ocurre, y de que nuestras políticas fueron desde el principio una alternativa real y una esperanza».
Es hora, según Ayuso, de defender a España de sus enemigos y no de aliarse con ellos. Y tuvo un mensaje de apoyo al Rey, también con Madrid como ejemplo por ser «una región leal a la Corona que tanto ha contribuido a la unidad, la igualdad, el prestigio, la estabilidad y la prosperidad de todos los españoles. Personalmente me siento profundamente orgullosa del Rey Felipe VI, leal servidor de España y los españoles».
«El abandono del más débil»
De las elecciones del pasado 28 de mayo, Ayuso destacó el «abrumador respaldo» que recibió su proyecto y la conexión de los ciudadanos de la región con sus políticas: «La izquierda ha abandonado al más débil empezando por el no nacido y trasladado a los jóvenes falsas banderas identitarias y victimistas que sólo traen degradación y daño. No puede ser que la España fiel sea arrinconada por el proyecto de tintes totalitarios del sanchismo, la estrategia de carcoma no ha parado de minar el andamiaje institucional, pero Madrid le ha dicho por ahí no». Un «no» a Sánchez que es un «sí» a la acción del gobierno que ha tenido Madrid en estos últimos años. «Los madrileños le han dicho sí a la España constitucional, a respetar la separación de poderes, a la verdad frente a la mentira, a la concordia frente al rencor, a la propiedad privada frente a la okupación, a bajar los impuestos...».
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