Palacios de Madrid
Una casa y oficina para el banquero Fontagud
El empresario mandó construir su palacio en la zona de la recién transformada plaza del Rey de Madrid
La casa-palacio de don José de Fontagud Gargollo, ubicada en la plaza del Rey de Madrid, refleja el esplendor arquitectónico y social del Madrid isabelino del siglo XIX. Construido entre 1858 y 1861, fue concebido para combinar la vida residencial de la familia de Fontagud con sus actividades empresariales. Actualmente, el edificio sigue en pie y ha experimentado múltiples modificaciones a lo largo de su historia, adaptándose a diferentes usos.
El terreno donde se construyó el palacio pertenecía originalmente al convento de San Hermenegildo de las Carmelitas Descalzas, del cual solo se conserva en la actualidad la iglesia de San José. A mediados del siglo XIX, la zona comenzó a transformarse con la remodelación de la plaza del Rey, lo que permitió a José de Fontagud Gargollo adquirir el solar y encargar la construcción de su nueva residencia.
José de Fontagud Gargollo (1832-1893) fue un destacado político y empresario de la época. Ejerció como diputado y senador en varias legislaturas y fue nombrado senador vitalicio en 1884. Además de su carrera política, Fontagud se consolidó como banquero y empresario teatral. A él se debe la construcción del Teatro Apolo en la calle Alcalá, un lugar emblemático que se ganó el apodo de «la catedral del género chico» y que cerró sus puertas en 1923. Fontagud también fue propietario de los antiguos Baños de la Isabela en Sacedón (Guadalajara), un complejo dedicado a la cura de enfermedades que quedó sumergido tras la construcción del embalse de Buendía en 1955.
El arquitecto encargado de diseñar el palacio fue Narciso Pascual y Colomer, una de las figuras más prominentes del Madrid isabelino. Pascual y Colomer fue arquitecto mayor de Palacio y director de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Entre sus obras más reconocidas se encuentran el Congreso de los Diputados y la ordenación de la plaza de Oriente. Para la casa-palacio de Fontagud, Pascual y Colomer ideó un edificio de planta casi cuadrada, con una disposición tripartita y dos fachadas principales, una a la plaza del Rey y otra a la calle Barquillo. El edificio albergaba en su planta baja las oficinas bancarias de Fontagud, mientras que el entresuelo y la planta principal se destinaban a la residencia familiar.
Originalmente, la casa-palacio contaba con un extenso jardín diseñado también por Pascual y Colomer, que fue eliminado en posteriores remodelaciones. Las cocheras se ubicaban en la medianera de la calle Barquillo, mientras que la entrada principal estaba situada en la plaza del Rey. El interior del palacio destacaba por su decoración en techos y paredes con motivos geométricos, así como por sus grandes salones. Los espacios se conectaban mediante cuatro escaleras, dos de las cuales se mantienen intactas hoy en día.
En 1897, la Compañía Arrendataria de Tabacos adquirió el palacio y lo convirtió en sus oficinas. Este cambio de propiedad implicó la primera gran remodelación, dirigida por el arquitecto Luis Blanco-Soler entre 1923 y 1925. Durante esta intervención, el jardín fue sustituido por un patio cubierto con una vidriera de la Casa Maumejean, que transformó el espacio en una gran sala de operaciones. Además, se añadieron nuevos sótanos y un ático con mansardas que dieron al edificio un aire más afrancesado. Más adelante, el arquitecto Mariano García-Morales y, posteriormente, Mariano Bernuy Tejedor llevaron a cabo otras modificaciones para adaptar el edificio a las necesidades de la Compañía Tabacalera y del Banco Urquijo.
El palacio conserva, no obstante, la misma estructura de espacios en los salones de la planta principal y segunda en las fachadas a Barquillo y la plaza del Rey. Las dos escaleras principales permanecen casi intactas, ambas están cubiertas con vidrieras artísticas también de la Casa Maumejeam. También se conserva la antigua biblioteca de José de Fontagud, con sus librerías de madera con el anagrama «JF».
A partir de 2004, el edificio pasó a albergar la sede del Tribunal de Defensa de la Competencia, tras una restauración realizada por Jesús Blanco González y Asunción Lezama Adiego.
Durante esta última intervención se adaptó el antiguo patio de operaciones, perdiéndose el bello espacio original iluminado por la amplia vidriera.
Dónde
Barquillo, 3/Plaza del Rey, 4
Arquitecto
Narciso Pascual y Colomer (1858)
Cuándo
1858-1861
Uso actual
Tribunal de Defensa de la Competencia
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Pasividad ante la tragedia