Entrevista

Chandra, la tienda que salvó el lunes a medio Madrid

Esta tienda de aparatos electrónicos en la Glorieta de Pintor Sorolla, vivió su mejor día en décadas vendiendo radios, pilas y linternas sin parar

Tienda de aparatos electrónicos, Chandra, que vendió infinidad de radios pilas y linternas durante el apagón en Madrid.
Tienda de aparatos electrónicos, ChandraJesús G. FeriaFotógrafos

El pasado lunes, cuando a las 12:30 del mediodía se produjo el apagón que dejó sin luz a todo Madrid y prácticamente a toda España, pocos imaginaban que uno de los lugares más concurridos de la ciudad sería una tienda de electrónica tradicional. Chandra, un pequeño pero surtido comercio de artículos electrónicos y regalos situado en la Glorieta de Pintor Sorolla, vivió una jornada sin precedentes. Su propietaria, Aurora Carmona, aún lo cuenta con asombro. «Aún estamos muy sorprendidos por todo lo ocurrido, no esperábamos para nada que pudiese pasar algo así», confiesa a este periódico. «Fue irse la luz y, en cuestión de minutos, teníamos una cola que daba la vuelta a la manzana. Estuvo así hasta las nueve y media de la noche».

En un mundo dominado por smartphones, Alexa y enchufes inteligentes, el apagón puso de manifiesto una verdad sencilla: cuando todo falla, lo básico sigue funcionando. Chandra vendió el lunes lo que no había vendido nunca desde su apertura, hace más de cuatro décadas. «Radios, linternas y pilas fueron lo que más se vendió. Las radios fueron el producto estrella. Raro era el cliente que no se llevaba una», cuenta Aurora. Aunque no tienen una cifra exacta, calculan que solo el lunes se vendieron cerca de 700 radios. «El martes y el miércoles seguimos vendiendo muchísimo. Por eso decidimos no cerrar a mediodía, como solemos hacer. A día de hoy todavía hay mucho movimiento». El sol fue un aliado inesperado. «Tuvimos suerte de que hizo buen tiempo, porque gracias a la luz natural pudimos seguir atendiendo hasta tarde. Entrada la noche estuvimos un rato vendiendo con linternas y fue necesario que viniera más gente a ayudarnos, no dábamos abasto. Algunos clientes esperaron hasta dos horas para ser atendidos», recuerda.

Tienda de aparatos electrónicos, Chandra, que vendió infinidad de radios pilas y linternas durante el apagón e
Tienda de aparatos electrónicos, Chandra, que vendió infinidad de radios pilas y linternas durante el apagón eJesús G. FeriaFotógrafos

Además de las radios, hubo productos que sorprendieron por su demanda. «Me llamó la atención lo que se vendió el discman, que funciona también a pilas o con luz. Lo mismo los despertadores y los auriculares. Piensa que mucha gente se quedó sin batería en el móvil y no tenía ni cómo saber la hora», dice. Entre los compradores, muchos jóvenes que por primera vez en su vida entraban en contacto con una radio tradicional. «Vinieron muchos chicos y chicas a los que tuvimos que explicar cómo funcionaba una radio. Nuestra clientela habitual es variada, pero es verdad que los jóvenes no son los que más compran radios… aunque hay excepciones. En cualquier caso, estos días estamos viendo un cambio. La gente se está preparando por si vuelve a pasar». El contraste con otros negocios de la zona fue evidente. Mientras muchos comercios vieron cómo las ventas se paralizaban por la falta de luz, la imposibilidad de cobrar con tarjeta o simplemente por no poder mantener abiertas sus puertas, Chandra vivía su mejor día en décadas. Restaurantes cerrados, panaderías con hornos apagados, oficinas sin actividad… Para la mayoría, el lunes fue un día perdido. «No es que estemos contentos con lo que pasó, porque fue un problema para mucha gente, pero sí es verdad que a nosotros nos benefició», reconoce Aurora. «Lo que vendimos ese día no lo hemos vendido nunca. Fue como una Navidad comprimida en nueve horas».

Chandra no es una tienda cualquiera.

Fundada hace 43 años por el marido de Aurora, ha resistido la transformación del comercio madrileño gracias a su ubicación, su clientela fiel y una apuesta firme por la variedad. «Aquí tenemos radios de todo tipo: digitales, analógicas, con pilas, con cable, con cargador… Por eso viene gente de todos los puntos de Madrid. Saben que aquí van a encontrar lo que buscan». En una ciudad donde cada vez quedan menos comercios especializados, este establecimiento es un raro ejemplo de resistencia. «Antes había muchas tiendas como esta. Ahora quedan muy pocas. Nosotros seguimos porque la gente confía en que, si necesita algo específico, lo va a encontrar aquí. Máquinas de afeitar, pequeños electrodomésticos, grabadoras, altavoces…», enumera. Para Aurora, lo vivido el lunes fue más que una jornada intensa de ventas. Fue un recordatorio del valor que sigue teniendo el comercio local. «Estuvimos nueve horas sin parar de vender. La caja lo notó muchísimo, vendimos el doble que en temporada alta, y eso que en Navidad son varios días. Esto fue un solo día», señala. El episodio dejó anécdotas curiosas, como la suya propia: «Yo misma no tenía una radio en casa, y eso que tengo una tienda llena. Me volví loca buscándola, pero al final encontré una. Me sorprendió, pero también me dio que pensar».

Tienda de aparatos electrónicos, Chandra, que vendió infinidad de radios pilas y linternas durante el apagón e
Tienda de aparatos electrónicos, Chandra, que vendió infinidad de radios pilas y linternas durante el apagón eJesús G. FeriaFotógrafos

Con la luz de vuelta y la normalidad restablecida, Chandra sigue recibiendo clientes que buscan prepararse para lo que venga. «Sigue viniendo mucha gente. No sabemos si esto se repetirá, pero está claro que nos ha hecho pensar. Lo básico, al final, siempre vuelve».

Y es que el lunes Madrid se quedó a oscuras, pero Chandra brilló como nunca.