Salud

Cuando las autolesiones y la depresión llegan a los 13 años

El Hospital de Día de Salud Mental para Adolescentes en Getafe detecta un incremento en los casos de depresión, vinculados cada vez más con situaciones de aislamiento

Hospital de día para adolescentes con tratamiento de salud mental en Getafe.
Hospital de día para adolescentes con tratamiento de salud mental en Getafe.Jesús G Feria

«El hecho de que se abran hospitales de día para jóvenes significa que ha aumentado mucho la demanda». La psiquiatra y responsable del Hospital de Día de Adolescentes de Salud Mental de Getafe, María Carnicer Castaño, traslada a LA RAZÓN su preocupación por el incremento de problemas de salud mental, que, además, cada vez se producen a edades más tempranas.

Este es el lugar al que acuden jóvenes de manera voluntaria y con el consentimiento de sus familias. También es el espacio –exigente– donde deben enfrentarse a la terapia de grupo. «Primero se hace un trabajo de evaluación de los pacientes que vienen de consultas ambulatorias. Cuando ya el tratamiento con el psiquiatra previo resulta insuficiente, acuden aquí para un procedimiento más intensivo», explica Carnicer.

En cuanto a síntomas, destacan los perfiles de aislamiento. Pero, sobre todo, cabe acentuar que la pandemia ha dejado preocupantes secuelas: «Acuden muchos adolescentes que no quieren salir de casa. Esto puede ser por síntomas psicóticos, trastornos de la personalidad… Especialmente, después de la pandemia se ha observado que los pacientes comienzan antes y de forma más grave con estas situaciones, hay chavales de 13 años que ya vienen con autolesiones y pensamientos de muerte. Esto se relaciona con la ansiedad social de la pandemia y la patología social que ha generado», confiesa la doctora.

Estudiantes que llegan con un alto nivel de ansiedad y deprimidos es lo primero que los profesionales detectan en el centro, lo que ha derivado en numerosos casos de absentismo escolar. «Una vez empiezan en el centro, al que hay que asistir a diario y conlleva gran responsabilidad, serán atendidos por la combinación de psiquiatras y psicólogos (...) Pero ellos tienen que querer, entender y compartir la motivación por recuperarse, de hecho, firman un compromiso al entrar», pronuncia Carnicer.

Otro dato que aporta la psiquiatra es que anteriormente predominaba la presencia femenina, sin embargo, con el tiempo la balanza se está igualando y en la actualidad hay un 60% de chicas y 40% de chicos. «El género está difuminándose, por ejemplo, antes sí que había un perfil conductual y disocial en chicos, ahora se ven en chicas también. Es cierto que hay una asociación directa al género de los trastornos espectro autista, como los casos de asperger, que suelen ser chicos. Esto es claramente más frecuente en ellos. Y puede ser que el tema de ansiedad ahora se relaciona más con ellas. Por otro lado, lo que tiene que ver con dificultades en la alimentación aparece más en chicas –habiendo chicos también–».

Redes sociales y familia

Y aunque esté a la orden del día y suene a tópico que «no hay salud sin salud mental», es más importante que nunca interiorizarlo. Así lo recalca la doctora Carnicer, quien si reconoce algo bueno del uso de las redes sociales es su capacidad para hacer eco: «El poder comunicar las conductas, las imágenes y testimonios, tiene que ver con la necesidad de compartir. Gracias a eso se le ha dado visibilidad a una situación que padecen miles de personas. Otra cosa distinta es lo que recomendamos a los pacientes, y es que no mantengan contacto entre ellos a través de redes sociales durante el tratamiento porque queremos que esto sea un espacio seguro y los profesionales podamos solucionar conflictos. Si salen de aquí y pasa algo nosotros no podemos intervenir». Y no ajeno a esto, la familia es otro factor que juega un papel fundamental: «El problema pasa a ser familiar puesto que son personas que conviven. Nosotros tenemos un grupo de padres que se reúnen semanalmente, también hacemos entrevistas familiares, estando muy presentes durante el proceso», añade la psiquiatra, que además asegura que «de esta se sale».