Opinión

La debilidad de Pedro

Quien decide el futuro de este país es Otegi o Rufián, no Sánchez. El PSOE está pagando un precio muy alto por un chantaje

Brussels (Belgium), 26/10/2023.- Spanish Prime Minister Pedro Sanchez arrives for the European Council meeting in Brussels, Belgium, 26 October 2023. In a two-day summit on 26-27 October, EU leaders are expected to address the situation in the Middle-East and Ukraine, as well as the EU's long-term budget, migration, and external relations. (Bélgica, Ucrania, Bruselas) EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS
Pedro SánchezOLIVIER MATTHYSAgencia EFE

No hay una sola persona, ni socialista, ni independentista, ni republicano, que no esté de acuerdo con la afirmación: «Sí Sánchez no necesitara los votos de los independentistas para seguir en Moncloa, no hubiera cedido al chantaje de la amnistía».

El socialismo está pagando un precio muy alto por un chantaje que muchos entendemos indecente y que Sánchez no hubiera pagado si tuviera los votos suficientes y pensara más en su país, su honor y su responsabilidad.

Hacía alusión hace unos días en la Asamblea de Madrid Carlos Díaz-Pache a la comedia el Príncipe de Zamunda, en alusión a las comitivas del presidente del Gobierno en sus desplazamientos y recuerdo otra de las escenas de esa película similares a este momento que estamos viviendo cuando los mantos de pétalos de rosas que iban dejando en el suelo para que Eddie Murphy no pisara el alquitrán, buen símil también de, cómo los sirvientes de Sánchez están destrozando y deshojando el socialismo y su histórico emblema retratado en una rosa.

A esa rosa marchitada le han arrancado hoy el pétalo del partido de Estado que siempre fue, el pétalo del partido partícipe en la transición, el pétalo del partido que defendía España frente a los que la querían desmontar, el pétalo del partido que ponía por delante a los demócratas frente a los independentistas, el pétalo de ese partido que respetaba la justicia, el pétalo de ese PSOE orgulloso de la constitución… todos esos pétalos, arrancados de la rosa socialista, están siendo tirados al suelo para que su amado líder Sánchez, pueda pisotearlos sin sonrojarse para permanecer alojado en la suite presidencial de su Waldorf Astoria de la carretera de la Coruña.

Este escenario donde Sánchez vive su aventura principesca a costa de nuestra democracia, en un síntoma claro, de la debilidad de Pedro.

Debilidad es curiosamente una de los términos castellanos con más sinónimos en nuestro diccionario», con palabras tan usadas como flojera, cansancio, endeblez, flaqueza, flojedad, decaimiento, enflaquecimiento, inanición, extenuación, descaecimiento, astenia, falta, culpa, pecado, vicio, inseguridad, inconsistencia…, y si nos aceramos a las definiciones, debilidad es «la falta de fuerza o energía moral», esas que le faltan a Sánchez en votos propios que no le dieron los españoles o esa que necesita Sánchez para trabajar por nuestra democracia sin acceder a estos chantajes del independentismo rupturista. Debilidad definida como «el aspecto de la personalidad de una persona en que se muestra débil, dominado y sin energía o poder de decisión», porque quien decide el futuro de este país no es Sánchez, si no Otegi o Rufián. Debilidad es también «la inclinación, afición o cariño excesivo que se siente hacia algo o alguien», ¿estará encariñado Sánchez con Puigdemont? Esa respuesta ya se la dejo a usted, querido lector, para que su opinión cuente algo, porque me temo que con lo que nos viene, la opinión de la mayoría de españoles cada vez va a contar menos gracias a la debilidad de Pedro.

*José Antonio Sánchez Serrano

Vicesecretario de Territorial del Partido Popular de Madrid