Gastronomía

Despecho, el lugar perfecto para decir adiós al desamor

Inspirado en los clubs de México y con componente de cultura latina

Despecho, el lugar perfecto para decir adiós al desamor
Despecho, el lugar perfecto para decir adiós al desamorDespecho

Se nos rompió el amor de tanto usarlo. Esa frase que convirtió en leyenda Rocío Jurado es de manera muy poética lo que pasa cuando una relación se termina. Ojo que las causas de que se rompa el amor son infinitas, no nos vamos a poner aquí a analizarlo, pero bueno el vacío que deja en nuestro cora, hecho mil pedazos, es brutal. Otra cosa es cuando el amor se rompe antes de usarlo; momento incipiente de una relación y, de golpe y porrazo, se rompe; por x o por y, de repente te hacen el vacío, vamos, como se dice ahora, un ghosting de manual. Eso también duele, y mucho, porque tu mente ya había volado por la senda del romanticismo. El desamor, ese gran tema que al que recurren todas las disciplinas artísticas, desde la música a la pintura, pasando por la literatura, es una forma de expresión y de liberación una vez que te has quedado más solo o sola que la una. Grosso modo y en resumidas palabras, bajo esa capucha de desamor gritas a los cuatro vientos cómo te ha jorobado la marrana semejante desplante con toda la energía que habías puesto en tu relación.

Los llantos desconsolados, las llamadas interminables a tu mejor amig@ y evidentemente los atracones de helado —sí, los hombres también vamos por esos derroteros, no solo iba a ser Bridget Jones— están asegurados en todo drama amoroso. Pero pasado este punto llega el despecho, la siguiente fase; el ansiado momento en el que ya ves la luz al final del túnel y lo que ahora te apetece es fardar de lo bien que estás sin compañía alguna que te amargue la existencia. Un servidor, que como todos ustedes y todo ser viviente ha vivido amores, desamores, tristezas, alegrías y penas, siempre ha echado de menos un lugar en el que ponernos tiritas en el corazón partío y disfrutar de nuestra gran noche; porque para qué nos vamos a engañar «yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré». Madrid siempre tiene el lugar perfecto para el momento oportuno y si estamos en ese punto del desamor donde lo que queremos es olvidar las penas y ponernos a rumbear, ese es Despecho. Este local es el nuevo punto de encuentro para todos aquellos que buscan transformar sus penas de amor en una celebración. Despecho es mucho más que un restaurante; es el lugar donde el desamor, el sabor y la buena vibra se fusionan para crear una experiencia única.

Inspirado en los clubs de México y con un fuerte componente de cultura latina, Despecho gira en torno a la idea de superar las rupturas amorosas con buena comida, mucha música y una noche inolvidable. En este espacio, las penas se transforman en risas, las lágrimas en canciones, y las despedidas en nuevas historias. La fórmula es simple: una cena memorable, música que despierta emociones, y una fiesta inolvidable. En Despecho, el mal de amores no es más que la excusa perfecta para reunir a amigos y disfrutar de una cena inolvidable, mientras se vive una noche cargada de momentos únicos y emociones intensas —nunca el desamor dio para tanto—. Este innovador concepto gastronómico-festivo ofrece una experiencia donde la superación de una ruptura amorosa se convierte en un motivo de celebración. El planteamiento es sencillo: se llega a cenar, se disfruta de un menú cerrado, y la fiesta continúa hasta las seis de la mañana. En Despecho, no hay que preocuparse por desplazamientos ni por la incomodidad de cambiar de local; la noche empieza y acaba en el mismo lugar, sin prisas ni interrupciones. Desde el momento en que se cruza la puerta, las penas quedan fuera. Las canciones clásicas de desamor resuenan en todo el local y las pantallas reproducen videoclips de éxitos en español con subtítulos, animando a todos a unirse a cantar —el momento perfecto para rescatar la canción de nuestra querida Rosalía, que tanto juego nos dio el verano de 2023, con baile y todo incluido—. Porque en Despecho, la música tiene el poder de curar.

La gastronomía juega un papel fundamental en Despecho. Con el fin de maximizar el disfrute, evitar complicaciones y minimizar el tiempo perdido en la elección de platos, el comensal selecciona su menú en el momento de hacer la reserva. De este modo, desde su llegada, los comensales solo tienen que disfrutar. Bajo la dirección de los chefs Joaquín Serrano y Jorge Velasco, a través de su consultora gastronómica Salvist, Despecho presenta una propuesta culinaria formada por cuatro menús cerrados que no escatiman en calidad: Pa Olvidar, Dolido, Despechado y Emporado; toda una declaración de intenciones. Entre los platos más destacados ensaladilla Despecho; falsa pizza de atún estilo Morimoto; tosta de maíz frito con atún rojo y yema de huevo; taco de cochinita pibil con cebolla encurtida y pico de gallo; vieira XXL con leche de tigre y la imponente costilla XXL. Cada menú incluye dos horas de barra libre con una selección de vinos exclusivos y una variedad de bebidas soft, como cerveza y sangría. El broche de oro a la cena lo ponen los postres, increíble la cremosa tarta de chocolate, el ‘Corazón de Despecho’ y la Torta Gallega. La propuesta de bebidas se completa con diez cócteles clásicos y tres de autor.

A lo largo de la cena, las sorpresas no dejan de llegar: mariachis que irrumpen con su vibrante música o la llegada del ‘Botiquín de las Penas’, un botiquín que transporta pastilleros llenos del cóctel La Olvidona, un brebaje especial diseñado para ahuyentar las tristezas y animar el espíritu. Y cuando parece que la noche no puede mejorar, Despecho se transforma y, a partir de las 01.30 h, el restaurante se convierte en una discoteca donde la fiesta continúa hasta las seis de la mañana. Sin duda, una gran noche está a punto de llegar.