Naturaleza
El extraño caso de las once tortugas de Florida abandonadas en una fuente de Torrejón de Ardoz
De adultos, estos animales pueden llegar a medir 30 centímetros y a pesar 2 kilos, comen mucho y huelen mal
Agentes medioambientales del Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz han recogido 11 ejemplares de galápago de Florida, considerada una especie invasora de origen americano, que habían sido abandonados en una fuente del municipio madrileño.
La recogida de estas tortugas tuvo lugar el 26 de julio, ha explicado este pasado martes el Consistorio torrejonero en un comunicado, cuando los agentes se percataron de que más de una decena de ejemplares de estos animales habían sido soltados de forma deliberada en una de las fuentes situadas en el paseo de la Democracia, en el barrio de Soto Henares.
La actuación de los agentes medioambientales se llevó a cabo después de la llamada de un ciudadano que dio aviso a la Policía Local de la presencia de los animales en la fuente.
Una vez recogidos los galápagos, fueron trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres Soto Viñuelas, dependiente de la Comunidad de Madrid, que está situado en Tres Cantos.
Torrejón de Ardoz es la única ciudad de la Comunidad de Madrid que cuenta con un cuerpo de Agentes Medioambientales, según han apuntado desde el Consistorio.
Por otra parte, han recordado que este tipo de conductas están prohibidas por la legislación autonómica, en la Ley 2/1991 de Protección de Flora y Fauna Silvestre.
También por la legislación estatal, en la Ley 42/2007 de Biodiversidad y Patrimonio Natural, puesto que se trata de especies no autóctonas con la consideración de Especies Exóticas Invasoras, por el daño que generan sobre la fauna autóctona.
La tortuga de Florida ('Trachemys scripta') ha pasado en cuestión de decenios de ser la mascota estrella de ciudad a convertirse en una de las especies exóticas invasoras (EEI) más extendidas en España, desplazando a especies autóctonas como el galápago leproso y poniendo en riesgo la salud humana, pues transmite la salmonella.
De adultos, estos animales pueden llegar a medir 30 centímetros y a pesar 2 kilos, comen mucho y huelen mal, por lo que la tortuguita que llegó a casa como una simpática mascota acaba en el río o en cualquier otro lugar, cuando se vuelve grande y molesta, a pesar de que la ley prohíbe la suelta deliberada de especies exóticas.
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