La Crónica
El Gobierno patina en Cercanías y Madrid acelera con la F-1
Lobato ha hecho de portavoz del ministro Puente para negar las referencias a un presunto boicot con el servicio de trenes. La capital está más cerca de gestionar el Gran Premio de España de Fórmula 1
La semana en la que Madrid se consolida como líder mundial del turismo de negocios, la ciudad se convierte en una ratonera por el penúltimo incidente de Cercanías. Tres en poco más de una semana, en la red que gestiona el Ministerio de Transportes, han convertido a Madrid en la ciudad del caos. La interrupción del servicio entre Recoletos y Atocha causó el colapso absoluto días después de la parada de siete líneas y la conexión entre Chamartín y Atocha. Ayer se restableció la circulación entre Atocha y Recoletos por un nuevo descarrilamiento.
Los últimos sucesos se suman al goteo de averías, restricciones, retrasos y descarrilamientos en el servicio de Renfe para acceder a Madrid, que esta semana ha dejado cinco heridos. «Es muy fácil que los incidentes se conviertan en accidentes y será única y exclusivamente responsabilidad de quien ha decidido no invertir en el mantenimiento de los Cercanías», advertía el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, antes de los recientes episodios.
La Comunidad de Madrid contabiliza más de 700 incidencias en lo que va de año, una circunstancia alejada de la versión conspiranoica que esta semana se achacó al ministro Óscar Puente. El titular de Transportes negó en sus redes sociales que calificara de «boicot» los hechos ocurridos durante las fechas de la operación salida, como se le atribuyó en un supuesto corrillo el Día de la Constitución. Tras el revuelo, el recién nombrado miembro del Gobierno debió de consultar las estadísticas y constatar la caída del sistema informático que paralizó el servicio en verano o la avería en la estación de El Pozo que dejó atrapados a 40 grados a los usuarios, entre otros. El secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, fue el encargado de hacer de portavoz de Puente para negar las referencias al presunto boicot y solidarizarse con los madrileños. Lobato se comprometió a trasladar el problema al Gobierno. «Hay que seguir trabajando para reducirlas lo más posible. Se trata de un servicio público esencial para Madrid. Entre mi responsabilidad y trabajo estará exigirlo a diario», señaló después de que el ministro dejase la puerta abierta a traspasar el servicio de Cercanías de Renfe a las comunidades autónomas, como ya habría hecho con Cataluña.
La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, insistió en sus críticas al Gobierno: «Haremos todo lo necesario para proteger a los madrileños de la despreocupación de Sánchez por el Cercanías», afirmaba. Desde su Grupo ponían el foco en la falta de inversión de Moncloa, «que no ejecuta el plan de Cercanías de Madrid para el correcto mantenimiento de las infraestructuras y los trenes». «Es evidente que hay un boicot, pero es el provocado por el Gobierno de Pedro Sánchez», afirmó el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Carlos Díaz-Pache. El secretario general del PP, Alfonso Serrano, fue más allá al señalar que no se trata sólo de la mejora de la red de Cercanías «sino que estamos hablando de la seguridad de los propios usuarios».
Madrid es premiada en los Worl Travel Awards como líder mundial en la atracción de congresos a la vez que se conoce que está más cerca de gestionar el Gran Premio de España de Fórmula 1. La ciudad habría llegado a un acuerdo con la competición automovilística, propiedad del Grupo Liberty Media, para celebrar la primera carrera en 2026 en un espacio en Ifema y Valdebebas. A falta del anuncio oficial, la capital está más cerca de adelantar a Barcelona ya que la nueva sede en Madrid haría difícil la continuidad de la carrera en la Ciudad Condal por la reticencia del promotor a tener dos competiciones en España.
Varios meses de negociaciones podrían culminar este fin de año con el Gran Premio. En la negociación entre la Fórmula 1 y las instituciones, el papel de los empresarios madrileños, representados por la Cámara de Comercio, ha sido determinante para alcanzar un acuerdo.
La organización ha logrado con su apoyo que Madrid coja el testigo de Barcelona. La operación, que está a la espera del anuncio oficial, es consecuencia de negociaciones técnicas y comerciales lideradas por el presidente del comité ejecutivo de Ifema, José Vicente de los Mozos, con el apoyo de la Cámara. La presidenta de la Comunidad ha expresado en varias ocasiones su deseo de que Madrid albergue el Gran Premio. Su Gobierno, junto al Ayuntamiento, ha colaborado institucionalmente para que el sueño se haga realidad y el impacto económico se quede en la ciudad, unos 500 millones de euros anuales.
Las oportunidades de negocio de la competición consolidarían a Madrid como epicentro económico, social y turístico, con un gran aeropuerto internacional, buenas comunicaciones y una gran oferta de ocio y entretenimiento, características valoradas para rubricar el proyecto en la capital, que supera a Barcelona en inversión hotelera. Las previsiones son seguir así el próximo año, según los estudios que manejan en Cibeles. La ciudad ha sido elegida por quinto año consecutivo destino principal del turismo de negocios por delante de Abu Dhabi, Las Vegas, París, Seúl o Singapur, una actividad que tiene un importante impacto económico en el sector. Según el Consistorio, la estancia en Madrid del viajero de negocios internacional se situó en 2022 en una media de 4,8 noches y casi un 85 por ciento pernoctó tres o más noches, lo que representa 1.715 millones. Próximos proyectos municipales impulsarán nuevos distritos de negocios que contribuirán a atraer más inversores a la capital. Antes, la Fórmula 1.
✕
Accede a tu cuenta para comentar