El Madrid de
Lucía Caraballo: «Cada personaje me enseña a vivir un poco más libre»
Actualmente se encuentra rodando «La Maleta» en la capital, una comedia de acción dirigida por Carlos Therón
Con tan solo 25 años, Lucía Caraballo ya ha forjado una trayectoria destacada, que sorprende no solo por su juventud, sino también por haberlo logrado en un sector tan exigente como el suyo. Nacida en Rivas-Vaciamadrid, su relación con la interpretación empezó desde bien pequeña, pues a los tres años ya preguntaba por qué había niños en las películas, que ella también quería ser partícipe de eso. A los cinco, sus padres la apuntaron a clases de teatro en su municipio. A los ocho, se lo prometieron: haría una película. Y la niña tímida que solo se disfrazaba en casa, que le costaba coger confianza, encontró en el escenario no solo una vocación, sino una forma de ser. «Mi primera experiencia con el arte dramático fue increíblemente positiva», explica Caraballo con entusiasmo. Recuerda con gratitud los años en el teatro municipal de Rivas, donde, guiada por su profesora Lourdes, fue creciendo entre montajes de Lorca y funciones escolares. «Ahí descubrí que el teatro era un lugar de libertad absoluta. Para mí era como un recreo emocional».
Caraballo ha recorrido un camino de formación hasta llegar a la gran pantalla, donde varios proyectos abarca este 2025. Desde sus inicios en el teatro, pasó diez años en la compañía de Paloma Mejía, una formación tan exigente como formativa. «He aprendido a ser actriz, a ser bailarina, a moverme en grupo, a tener aguante». Más tarde, encontró una segunda escuela en Corazza, donde terminó de afinar su enfoque: «Fue una decisión más adulta. Me formó más desde quién soy, desde lo que quiero contar».
Hoy, Lucía Caraballo se encuentra en pleno rodaje de «La Maleta», una comedia para Telecinco en la que interpreta a una joven arrolladora que se ve envuelta en una historia con policías, terroristas y el CNI. «Ella hace lo que sea por conseguir lo que quiere. No piensa en el qué dirán. Y eso me está enseñando muchísimo». No es la primera vez que Caraballo encuentra lecciones personales dentro de sus personajes, «que me enseñan a vivir un poco más libre». Y añade: «Cada proyecto me obliga a romper con lo que ya conozco. Me hace crecer». De hecho, en tiempos de exposición constante y redes sociales hiperactivas, Caraballo habla de algo cada vez más difícil de conseguir: la validación interna, la propia. «Yo empecé tarde en redes, con 18 años. Nunca me he sentido cómoda del todo ahí», reconoce. «Hay una presión estética, una fórmula del éxito que todos parecen repetir. Es como si cada tendencia se volviera uniforme». Frente a esa corriente, la actriz opta por otro camino: «Intento ser coherente conmigo misma. Si algo está de moda, pero no me gusta, no lo hago. Me afecta como a todos, claro, pero intento no vivir desde ahí». Cuenta que trata de no idealizar ni romantizar su sector, pues «a veces los compañeros te quieren ayudar tanto que acaban condicionándote. Pero yo solo quiero que reaccionen a lo que yo hago. Confía en mí y ya está».
Caraballo no busca encasillarse, ha trabajado en televisión, cine y teatro; y aunque cada formato le aporta algo distinto, confiesa que lo que más desea es volver a las tablas. «El teatro es otra cosa. No te lo puedo explicar. El contacto con el público, la energía que se crea, la entrega total… Es mucho más exigente, pero también mucho más emocionante». En ese sentido, Madrid sigue siendo su centro emocional y profesional: «Aquí he empezado todo. Aquí tengo mi bici, mis cafés favoritos, mis paseos por el Retiro. Aquí me recargo».
Además de estar actualmente con «La Maleta», Caraballo ha formado parte de la serie de «Perdiendo el juicio», la película de «Todos los lados de la cama», y pronto llegará la serie de «Animal salvaje» en Netflix.
El caso de «Todos los lados de la cama» reúne a los hijos de aquella película de Emilio Martínez-Lázaro en 2002: «Este estreno es un reflejo de la sociedad actual, más libre y con menos prejuicios». En este sentido, la actriz reconoce que le gusta especialmente «la manera que esta película enfoca el sexo y el amor es desde la diversión, la investigación y el conocerse desde el juego. A veces parece que en los productos juveniles esto se pierde y no me veo representada».
Favoritos de Madrid
Lucía Caraballo vivió en Rivas hasta alcanzar la mayoría de edad. Cuando se mudó al centro de Madrid, la calle Pez ha sido una parada importante en su camino: allí se ubicaban la compañía de teatro y su primer piso. «He pasado mucho tiempo entre la plaza Luna, la calle Pez o la calle Madera». Además de Malasaña, La Latina también ha pasado a formar parte de otro de los capítulos de su vida. «Uno de mis planes favoritos es coger la bici y pasear por Madrid Río», confiesa a LA RAZÓN. También reconoce que le encanta «encontrar una mesa en cualquier terracita de la Plaza de Cascorro» o hacer brunch en Mamúa.