Formula Student
Madrid, la cantera de ingenieros de la Fórmula 1
Universidades como la Carlos III o Francisco de Vitoria participan en la Formula Student, el futuro del motor
La llegada del campeonato de Formula 1 a Madrid para 2026 abre una gran oportunidad para la industria del motor local, un sector que varias universidades de la región llevan impulsando desde hace años. Ya son varias las universidades españolas, como la Carlos III o Francisco de Vitoria, las que participan en Formula Student, una competición internacional, en la que compiten entidades educativas de toda Europa y en la que «se valoran especialmente las innovaciones de ingeniería, por encima de los resultados sobre el asfalto», según cuenta Víctor, Team Leader de la escudería de la Universidad Francisco de Vitoria desde hace cuatro años.
Daniel García-Pozuelo, profesor de la Universidad Carlos III ha sido testigo del crecimiento que ha tenido esta disciplina en nuestro país. «Hemos peleado para que esta actividad sea reconocida con créditos por las universidades y que muchos patrocinadores se involucren con el proyecto. Es una gran oportunidad para formar a los profesionales del futuro y que puedan contar con experiencia en el mundo de la competición», asegura con orgullo. Su «escudería» incorporó el nombre de Mad Fórmula Team en 2021, después de verse obligados a renovarse tras los efectos de la pandemia y la fuga temporal de patrocinadores.
Justo en estos días, todos los equipos que aspiran a participar se enfrentan a las pruebas de acceso que impone la organización, exámenes teóricos que evalúan los conocimientos en distintas áreas de los participantes. Solo los mejores entrarán finalmente en la competición. «Pero a pesar de la gran exigencia que hay, en este deporte siempre reina la solidaridad. En las competiciones es normal ver equipos prestándose piezas o herramientas, aunque siempre te guardes algún secreto de fábrica », aseguran ambos equipos madrileños.
Dentro de Formula Student, existen distintas categorías según la energía que impulsa a los monoplazas. Los hay de combustión, híbridos y eléctricos, que requieren un mayor presupuesto. Sin embargo, «en esta competición un mayor presupuesto no garantiza mejores resultados sobre el trazado», aseguran desde la Universidad Francisco de Vitoria. En la competición también se exige justificar cada euro invertido y se valora el rendimiento que se ha conseguido por cada presupuesto. También se evalúa el trabajo de diseño y se tiene en cuenta la colaboración de otras disciplinas más allá de la ingeniería, como el marketing, la construcción de imagen de marca o la creación de comunidad.
El sueño de todos los que participan es dedicarse algún día de forma profesional, como así confía Andrea, que vino hace dos años a Madrid desde El Salvador para cumplir con su vocación. «Desde pequeña me levantaba temprano para ver cualquier competición de motor. Mis ídolos siempre fueron los ingenieros y mecánicos, antes que los pilotos que celebraban podios», asegura desde el box de la Universidad Francisco de Vitoria.
Álvaro, como piloto del mismo equipo, se define como «el responsable de sacar el máximo rendimiento a las características técnicas del monoplaza. Lleva pilotando desde los cuatro años y asegura que «estos coches se asemejan bastante a un kart, pesan poco y giran con mucha facilidad». Por ello, uno de los puntos que más se valora en la competición es la seguridad que ofrezcan estos monoplazas. Se ríe al contar su anécdota en la autoescuela: «Cometía los mismos errores que en carrera, tiendo a ser demasiado alegre con el acelerador». Tener el permiso de conducir es requisito indispensable para correr.
Alonso como inspiración
Todos ellos consideran esta afición casi como «una segunda carrera o un trabajo», llegando a dedicarle hasta 30 horas semanales. «A veces cuesta elegir entre dedicarle horas al progreso del coche o a un examen», reconoce como un conflicto Víctor, de la Francisco de Vitoria. El ya se encuentra en la etapa final de la universidad, y su papel consiste en que el relevo en el equipo sea lo menos traumático posible. «Cada cinco años se renueva el equipo por completo y requiere mucho compromiso para que el proyecto funcione a largo plazo», explica.
Ambos equipos confían en que el anuncio del nuevo Gran Premio de Madrid atraerá a nuevos aficionados e inversores y hará que el deporte crezca en la capital y en toda España. También todos los integrantes comparten la influencia de personajes del motor como Fernando Alonso o Antonio Lobato, que han acabado inspirando a toda una generación de futuros profesionales. «Tienen un 90% de culpa de que nos queramos dedicar a esto», asegura Álvaro.
Más allá del presupuesto, la constancia y la pasión son la mejor fórmula para crecer en esta disciplina. Los proyectos necesitan un mínimo de cinco años de trayectoria, como la Universidad Francisco de Vitoria, para desarrollar un diseño un plan de negocio y ganar experiencia en circuitos tan míticos como Assen, Hungaroring o el trazado de RedBull en Austria. De hecho desde el Mad Fórmula Team, confían en que la apuesta de Madrid por este deporte permita que vuelva a haber una escudería nacional y que se formen nuevos pilotos que puedan tomar el relevo de Fernando Alonso o Carlo Sainz en unos años. Entre los retos de esta competición están aumentar el numero de mujeres inscritas y facilitar la transición a monoplazas impulsados por energías renovables.
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