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Las mejores imágenes de las procesiones del Jueves Santo en Madrid

La procesiones de Jesús el Pobre, el Gran Poder y el Divino Cautivo congregaron a miles de personas en las calles de la capital

Hacer posible que la fe se manifieste en las calles. Lo dijo ayer Carlos Osoro al paso de Jesús el Pobre por la casa arzobispal de Madrid. Resumió así el misterio y el sentido de las procesiones que durante toda la semana atraviesan la capital y el resto de la región. Una de las formas más perfectas de catequesis, llevar sobre los hombros a quien enseñó que «amar es la necesidad más prioritaria del ser humano». Palabra de arzobispo.

Casi una hora y media antes, la Muy Ilustre, Primitiva y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno El Pobre y María Santísima del Dulce Nombre en su Soledad había iniciado su procesión. Puntual a la cita, la cruz de guía. En la puerta de la Iglesia de San Pedro el Viejo, una de las más antiguas de la ciudad. A 23 grados y con la calle del Nuncio teñida de morado. Abarrotada por miles de fieles, pero en silencio. Fue, como siempre, una salida difícil. La talla creada en la escuela de Juan de Astorga debía superar el escollo de la puerta para presentarse ante el pueblo de Madrid. Con la imagen exacta de Jesús, maniatado ya, en el momento en el que fue presentado ante Pilatos. Casi 1.200 kilos de peso sobre los hombros, primero, y los brazos, más tarde, de 44 anderos. Igual que Jesús de Medinaceli, que procesionará hoy, es el Señor de Madrid, Jesús el Pobre es el señor del pueblo. Del barrio. Y a los vecinos fue dedicada una de sus primeras «levantás». Fue un recorrido marcado por la emoción, como ya habían prologado en el interior del templo muchos abrazos y algunas lágrimas. También los deseos. «Hermanos, esta primera ‘levanta’ que inicia nuestro deambular la vamos a dedicar a la hermandad, a los que no están y no pueden acompañarnos, también a los que están disfrutando de la estación de penitencia del cielo, protegiéndonos», señaló el capataz Carlos Blanco. A partir de ahí órdenes cortas. «No lo quiero ver subir». Su salida a la calle fue contestada por un estallido de aplausos y los compases del himno nacional.

Al mismo nivel de emoción que la salida de Jesús el Pobre, este Jueves Santo dejó en Madrid un buen número de escenas. Como la salida desde la misma iglesia, San Pedro el Viejo, de María Santísima del Dulce Nombre. «Al cielo con ella», fue la orden que recibieron los anderos que sacaron esta imagen del templo a gatas. Literalmente, porque de los 48 hombres que la portaron en su recorrido por la ciudad, solo 36 participaron en este momento de máxima tensión y habilidad.

Escenas como las vividas en la calle del Cordón. Por allí pasó la procesión de Jesús el Pobre, pero también la del Gran Poder y la Esperanza Macarena. La estrechez, el poco espacio de esta vía, deja en soledad a los anderos y los costaleros en este punto. Alejados aquí del fervor de los miles de fieles que se congregaron en la tarde noche de ayer en las calles de la ciudad. Momento para compartir entre los miembros de la hermandad. También para reponer fuerzas y tomar algo de azúcar para lo que queda. Escenas que nos conducen a Sevilla, epicentro de la Semana Santa en España, gracias a una Macarena, tres veces guapa a juicio de los cientos de madrileños y turistas que abarrotaban a su salida de la Colegiata de San Isidro la calle Toledo, en una procesión, con seis horas por delante, a la que se sumó el alcalde José Luis Martínez-Almeida. O la protagonizada por el Divino Cautivo, en pleno distrito de Salamanca de la capital, o la del Cristo de los Doctrinos en Alcalá de Henares, en un recorrido presidido por la jefa del Ejecutivo regional, Isabel Díaz Ayuso, y el regidor de la localidad complutense.

Hoy, Viernes Santo, es el día en el que más procesiones discurrirán por las calles de la capital. El Vía Crucis de la Esperanza, que partirá, desde las 18:30 horas, de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava (Alcalá, 25); la de Jesús de Medinaceli (a las 19 horas, desde la Basílica de Jesús de Medinaceli, Plaza de Jesús, 2); el santo Entierro (a las 20:30 horas, desde la Parroquia de Santa Cruz, Atocha, 6); la de María Santísima de los Siete Dolores, también desde Santa Cruz, a las 19 horas; el Divino Cautivo (hoy desde Iglesia de San Sebastián, en la calle del mismo nombre, a las 19:30 horas); el Cristo de los Alabarderos, desde el Palacio Real hasta su sede en la iglesia catedral de las Fuerzas Armadas, en un recorrido que arranca a las 19 horas; el Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Soledad (en Villaverde, a las 20 horas); y la Procesión del Silencio de Carabanchel (a las 21 horas).