Cultura
El museo madrileño en el que es posible tocar el mármol del Taj Mahal
Uno de los principales atractivos del museo reside en las maquetas realizadas a mano
El distrito madrileño de Tetuán alberga un espacio en el que es posible descubrir con el tacto monumentos icónicos nacionales como la Mezquita de Córdoba, la Catedral de Santiago o el Palacio Real, así como otros internacionales como la Torre Eiffel de París, el Coliseo romano o el Tower Bridge londinense. Se trata del Museo Tiflológico de la Once, el primer espacio expositivo concebido para que los visitantes puedan ver y tocar todas las piezas que están expuestas. Así lo ha constatado la concejala del distrito de Tetuán, Paula Gómez Angulo, en su visita al museo este jueves, en la que ha podido conocer estas instalaciones inauguradas en el año 1992 y que han recibido alrededor de 16.000 visitantes a lo largo del año 2023. El museo, ubicado en la calle A Coruña, está distribuido en tres grandes áreas pensadas para que el público general pueda descubrir con sus manos monumentos representativos declarados como Bien de Interés Cultural o bien como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, obras de artistas ciegos y también materiales tiflológicos. Las salas están orientadas principalmente para personas con discapacidad visual, con elementos de accesibilidad que facilitan el recorrido por los diferentes ambientes como información sonora, planos en relieve, suelo de diferentes texturas y textos con sistema Braille.
Uno de los principales atractivos del museo reside en las maquetas realizadas a mano y que permite al visitante descubrir monumentos a través del sentido del tacto. "El el único museo en el que está permitido tocar", ha bromeado la técnica del Museo Tiflológico, Mireia Rodríguez Dilla, durante la visita guiada. Las piezas que componen las salas de los monumentos están realizadas de manera artesanal por maquetistas profesionales, que tardan una media de dos años en concluir estas obras. Los materiales empleados son variados, desde la madera hasta el metal, pasando por el mármol en la maqueta del Taj Mahal --un material que proviene del monumento original-- o piedra del Muro de las Lamentaciones, instalada en la maqueta de la Ciudad de Jerusalén. "Utilizar el material original pretende acercarnos un poquito más al edificio o a la ciudad que está reproduciendo. Pero es algo que es decisión totalmente del maquetista. Mientras el material sea resistente, que no tenga esos elementos cortantes ni punzantes, y reúna las características que debe tener una maqueta accesible al tacto, no hay ningún tipo de impedimento", ha explicado Mireia Rodríguez. Otra de las pieza singulares con la que cuenta este museo es la recreación de la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave (Zamora), trasladada a la localidad de El Campillo tras la construcción de un embalse en el río Esla entre los años 1930 y 1932.
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