
Historia
El obelisco de Madrid que recuerda a los héroes
Un espacio de dignidad y respeto, en pleno Paseo del Prado, para recordar a las víctimas de la lucha contra Francia

Madrid es una ciudad de futuro, de crecimiento, pero también es una capital que recuerda su pasado. Y gusta de honrarlo. Hitos como el conocido como el Obelisco de la Fuente Castellana, de Isabel II o del parque de Arganzuela, es uno de ellos. Mandado construir por Fernando VII para celebrar el nacimiento de su hija Isabel II, en 1830, se levantó finalmente para celebrar su tercer cumpleaños, que coincidió con su acceso al trono debido a la muerte de su padre el 29 de septiembre de 1833.
Un obelisco este, sin embargo, que pasa desapercibido ante otro más relevante, con mayor carga emocional y contenido patriótico. Mucho más.
Hablamos de uno de los símbolos dedicados a la memoria ciudadana y al esfuerzo colectivo. En este, «sacudirse» a la invasión de los franceses ordenada por Napoleón Bonaparte. Se alza en la plaza de la Lealtad, y es conocido como Obelisco del 2 de Mayo. Gran hito arquitectónico, urbano y escultórico, dedicado en origen a la memoria de los Héroes del Dos de Mayo de 1808, levantado en el mismo lugar, el luego llamado Campo de la Lealtad, donde se fusilaron por orden del general Murat a muchos de los que se rebelaron contra aquella invasión francesa que provocó en España matanzas y pobreza, además de esquilmar nuestro patrimonio artístico con el robo o destrucción de iglesias, catedrales y palacios.

Héroes
Terminada la Guerra de la Independencia, las Cortes plantearon en 1814 la realización de un homenaje a las víctimas, pero la restauración de Fernando VII paralizó la propuesta, que no sería retomada hasta el comienzo del Trienio Liberal, momento en el que se convocó un proyecto, que ganó el arquitecto Isidro González Velázquez, y se colocó la primera piedra en 1821.
Paralizado nuevamente con la vuelta del absolutismo, volvió a ser retomado en 1836, bajo la regencia de María Cristina de Borbón, siguiendo la propuesta de González Velázquez. En 1840 quedaba completamente acabado, inhumándose aquí los restos mortales de los fusilados, que se hallaban en la Iglesia de San Isidro, a los que se sumaron los de los héroes Daoiz y Velarde en 1909.
Con la llegada de la democracia se decidió que el monumento extendiera el homenaje a todos los Caídos por España en cualquier época, sustituyéndose los mecanismos de instalación de gas de la llama votiva que arde de continuo por un sistema modernizado. El 22 de noviembre de 1985, las obras de restauración y reordenación integral del monumento, fueron inauguradas por el Rey Juan Carlos I, coincidiendo con los diez años de su reinado. Al acto asistieron el presidente del Gobierno, Felipe González, las altas jerarquías de la nación y una representación de ex combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil española. Hubo representantes de organizaciones de la República como la Asociación de Aviadores, la Fraternidad Democrática de Militares del Ejército de la República, o el Cuerpo de Carabineros; del bando franquista figuraron algunos integrantes de la agrupación Mutilados por la Patria. Miembros de uno y otro bando mostraron su satisfacción por el acto de «reconciliación definitiva» que simboliza para ellos el Monumento a los Caídos por España. De esta manera y mediante este acto, el monumento se homologaba a los numerosos memoriales levantados en todo el mundo con carácter de símbolo nacional y que toman frecuentemente el nombre de «Tumba del soldado desconocido».
Hoy en día es lugar de obligada visita para todos aquellos que disfruten del Paisaje de la Luz, Patrimonio Mundial de la Unesco.
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