De ruta
El pasado medieval se esconde entre los municipios de la Comunidad de Madrid
A través de dos tramos, se puede descubrir los tesoros históricos que alberga la geografía madrileña
Superadas ya las intensas olas de calor y abandonados la mayoría de retiros vacacionales, la Comunidad de Madrid se ofrece como uno de los mejores rincones para visitar este mes de septiembre. Porque aunque muchos conocerán la ruta de los castillos del Vallle del Loira, en Francia, los municipios del interior de España no tienen nada que envidiar.
Así, se presentaba recientemente la Red de Castillos de la Comunidad de Madrid, con tesoros patrimoniales como el Castillo de Buitrago de Lozoya y su fortaleza, el de Manzanares el Real o la célebre fortificación de Chinchón, entre otros. Así, en este viaje, a solo unas decenas de kilómetros de la capital, se puede experimentar la sensación de retroceder hasta la Edad Media.
El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco Serrano, comentaba durante la presentación de esta iniciativa que «con la elaboración de estas rutas, la Comunidad de Madrid busca mejorar la competitividad turística, en el marco de un turismo de calidad, potenciar la economía de los pueblos, la conservación y puesta en valor del patrimonio y de la historia y dar a conocer los históricos edificios militares y las batallas que forjaron el rumbo de la historia de la zona».
Son tres las épocas históricas que abarca la Ruta de los Castillos: la época andalusí (siglos VIII al XI); la de la repoblación castellana (siglos XII al XIV), y la señorial con fortalezas en el tránsito hacia la Edad Moderna (siglos XV a XVI). Consta de dos itinerarios, uno al este y otro al oeste de la región, que aglutinan 468 kilómetros.
En particular, el recorrido de la zona este se extiende a lo largo de 217 km entre medinas y almudainas andalusíes levantadas entre los siglos IX y XIII, y una serie de castillos señoriales que levantó la Encomienda Mayor de Castilla a cargo de la Orden Mayor de Santiago. En este tramo se pueden encontrar construcciones como los castillos de los Zapata, las Encomiendas Santiaguistas y los Mendoza.
Por otro lado, la ruta del oeste está confeccionada por 251 km de atalayas que constituían parte del sistema defensivo conocido como omeya. Esta fortificación tenía como objetivo controlar la frontera septentrional, así como una serie de torreones del siglo XV, usados más tarde como prisiones para miembros de la nobleza y no reos habituales.
El trayecto de esa primera ruta comienza por el recinto amurallado del municipio madrileño Buitrago del Lozoya, conjunto fortificado más singular y mejor conservado de la Comunidad de Madrid. Es uno de los grandes tesoros del interior, lo que le valió para ser declarado Monumento Nacional en 1931. Este tramo avanza por el Castillo de los Mendoza, en la misma localidad. Se remonta a los siglos XIV y XV, y está situado en el extremo sureste del recinto amurallado, conservando el estilo mudéjar. Tiene forma casi cuadrada y estuvo fortificado por siete torres, contando con la particularidad de que todas guardan una estructura diferente. Por si fuera poco, una de ellas es de planta pentagonal. Fue residencia del marqués de Santillana y su familia, futuros duques del Infantado. También residió la reina Juana de Portugal y su hija Juana la Beltraneja, así como los reyes Juan II y Felipe III, asiduos invitados de los Mendoza.
El sendero natural conduce hasta los restos de la muralla de Torrelaguna para continuar hacia la Muralla de Talamanca de Jarama, construcción de época musulmana, y Monumento Histórico-Artístico desde 1931. Para los más aventureros, también se puede visitar el Castillo de la Alameda, localizado en el distrito de Barajas como uno de los escasos vestigios de la arquitectura militar del siglo XV que ha sobrevivido hasta nuestros días, hasta llegar a las Murallas y antiquarium, en Alcalá de Henares. Desde este paisaje, los senderistas pueden seguir hasta el Castillo de Torremocha y muralla de Santorcaz, la Orden de Santiago, Villarejo de Salvanés, el de Fuentidueña de Tajo y concluir en el Castillo de los Condes de Chinchón, donde se asienta sobre una primitiva fortaleza, sede del señorío de Chinchón, que se remonta a la familia de los Cabrera desde el reinado del monarca Enrique IV de Castilla.
Por su parte, la ruta del Oeste se puede comenzar por el Torreón de Pinto, que se construyó a mediados del siglo XIV, a instancias de Íñigo López de Orozco, que recibió en esta época el señorío de Pinto, de manos del célebre Pedro I el Cruel. Pasando por el Castillo de Puñonrostro, en Torrejón de Velasco, hay que seguir por el Castillo de Batres, el Torreón de Arroyomolinos y el Castillo de la Coracera, en San Martín de Valdeiglesias, construcción que data de 1434 y que alojó a la reina Isabel la Católica cuando fue proclamada heredera de Castilla. El edificio es de planta cuadrada con cuatro torres, entre las que destaca, por su gran tamaño, la torre del homenaje.
El recorrido continúa por el Palacio de Villena, en Cadalso de los Vidrios, y continúa hacia el Castillo de la Aulencia, situado en Villanueva de la Cañada, el Atalaya de Torrelodones, el Castillo Viejo, en Manzanares el Real y finalizar en el Castillo de los Mendoza, con el que comparte municipio. Precisamente, el Castillo de Manzanares el Real merece mención especial al ser el lugar exacto donde se fundó la Comunidad de Madrid en 1982 al constituirse allí la Asamblea. La historia de esta fortaleza se remonta a la Reconquista y a las luchas entre los señores segovianos y madrileños. Destaca la galería gótica, ubicada en el primer piso, los ventanales sobre arcos de medio punto, los adornos de las torres de estilo isabelino o las inscripciones en bajo relieve de los saeteros con el santo sepulcro de Jerusalén. Todo ello completa una riqueza arquitectónica digna de ser contemplada.
El municipio de Arroyomolinos alberga el castillo de Gonzalo Chacón. Esta edificación fue construida en el siglo XV y se encuentra en una zona ajardinada en el centro del pueblo. Gracias a las excavaciones se pudo concluir que no era un torreón aislado, sino la torre del homenaje de un castillo construido en ladrillo, fortificado y rodeado por un foso. Forma parte de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid. Precisamente dichos yacimientos han suscitado el interés de historiadores y arqueólogos, cuyo trabajo ha ido arrojando luz sobre estas huellas históricas. En concreto, las excavaciones arqueológicas han mostrado las sucesivas etapas de construcción de la fortaleza de Villarejo de Salvanés construida por la orden militar de Santiago cuya Torre del Homenaje mide 22 metros de altura y ofrece unas vistas espectaculares del pueblo.
De esta forma estos atractivos turísticos también suponen un elemento dinamizador de la economía de las zonas más despobladas de la Comunidad de Madrid, cuyo potencial está aún por explotar. Pero toda esta oferta cultural se desarrolla garantizando la sostenibilidad y perpetuidad del patrimonio histórico, impidiendo que la actividad cultural erosione su inigualable legado. Además, la mayoría de los municipios que atraviesan ambos tramos de esta ruta, cuentan con oficinas de turismo e información, para que los visitantes puedan ayudarse de guías y documentos durante su exploración.
Esta iniciativa cultural supone una novedad entre la ya conocida larga oferta museística de la Comunidad, pudiendo en este caso pisar repasar las huellas de los reyes y figuras históricas que pisaron estas tierras hace siglos. Por si fuera poco, varias de estas construcciones cuentan con reconocimientos y protecciones patrimoniales tanto a nivel nacional como internacional. Así, la Comunidad de Madrid persigue reforzar su marca de interés histórico y patrimonio de privilegiado valor cultural.
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