Cibeles

La no reprobación a Sánchez tensa de nuevo a PP y Vox

La abstención de los populares en la moción de la formación verde reabre de nuevo la brecha entre ambos partidos tras meses de tregua

MADRID.-Ortega califica al PP de "partido de gallinas ponedoras": "Aunque pongan huevos, no los tienen"
Ortega Smith, junto a Almeida, en una pausa del plenoEuropa Press

En principio, era uno de los asuntos que pone de acuerdo, sin fisuras, a PP y Vox. La reprobación al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a petición del partido liderado por Javier Ortega Smith, era uno de los puntos más esperados en el Pleno celebrado en Cibeles. Sin embargo, saltó la sorpresa: a pesar de que ambos partidos suman más concejales que toda la izquierda junta, la moción no salía adelante. La abstención del PP, unida a los votos en contra de PSOE y Más Madrid, provocaron que Sánchez se librara de ser reprobado. ¿Qué había pasado?

Esa votación no fue más que la culminación de una tensión entre PP y Vox que, en las últimas semanas, a raíz de las negociaciones del PSOE con Junts, parecía que había sido desterrada, en pro de un enemigo común. Sin embargo, el Pleno de ayer demuestra que no había sido desterrada; en todo caso, aparcada. En sus declaraciones a los medios, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, aseguró que no hay mejor aliado ahora mismo de Sánchez que Vox, cuyas «ridiculeces grotescas» suponen la «mejor coartada del Partido Socialista». Previamente, Ortega Smith había aconsejado a los populares que «dejaran de ser gallinas y se conviertan en gallos». «Aunque pongan huevos, no los tienen», sentenció. Hay que decir, en todo caso, que el PP votó, esta vez en contra, de otra reprobación: la propuesta por la portavoz socialista, Reyes Maroto, al propio Ortega Smith, en su caso por «alentar quien provoca graves disturbios, agresiones a policías y periodistas y daños en el mobiliario urbano».

A la hora de explicar la falta de apoyo del PP en la propuesta de Vox, hay que tener en cuenta el texto de la misma. Constaba de siete puntos, de los cuales, los populares solo estaban a favor del último: «Reprobar al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, vecino de la Villa de Madrid, por el golpe perpetrado desde La Moncloa al Estado de Derecho, a la Constitución y a los principios en que se fundamenta, y al conjunto de la Nación, formada por ciudadanos honrados y respetuosos con las leyes».

En cuanto a los seis puntos restantes, Vox instaba a diferentes organismos a actuar, en la medida de sus competencias, contra la Ley de Amnistía. Entre ellos, de acuerdo a la moción, estaban «todos los actores jurídicos, colegios profesionales de abogados y procuradores, asociaciones profesionales de jueces, fiscales y abogados». De hecho, instaba a la Abogacía General y a la Fiscalía General del Estado a que, «en el caso de que sea acordada la tramitación de un texto legal de amnistía, promuevan contra esta ley los recursos que procedan».

El propio alcalde de Madrid explicaba la abstención de su grupo. «De esos siete puntos nosotros no estábamos de acuerdo en seis, porque a pesar de las maneras de Javier Ortega Smith, no creemos que tengamos que intimidar ni a los servicios jurídicos del Congreso y del Senado, ni intimidar a la Abogacía del Estado». Así, pidieron votar la moción por puntos, algo a lo que Vox se negó. O todo, o nada.

En todo caso, el PP municipal quiso dejar clara su postura sobre el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. En palabras del concejal David Pérez, el «cinismo» del ya presidente «es insoportable, no tiene precedentes y es de extrema gravedad». «Para el PSOE, respetar la democracia implica permitir que sus socios quemen la bandera de España, mientras ellos la utilizan como un elemento de marketing para blanquear su conducta.

¿Es bueno acabar con la igualdad de los españoles después de más de 40 años de democracia? ¿Es bueno eliminar la separación de poderes? ¿Es bueno discriminar a los madrileños?», se preguntaba Pérez.

El de la reprobación no fue el único punto de fricción entre Vox y PP. Los de Ortega Smith exigieron en otra moción el cese o la dimisión del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, debido a la «grave e inaceptable utilización de la Policía Nacional de una forma partidista al ordenar una carga policial desproporcionada» para «reprimir» a las personas que se manifestaban en la calle Ferraz el pasado 6 de noviembre. En este caso, respondió el portavoz del Grupo Popular, Carlos Izquierdo: «Defendemos la actuación policial, no defendemos, en ningún caso, al delegado del Gobierno. Y precisamente porque esta proposición lo confunde, nos vamos a abstener». Esto, sumado a los votos en contra de PSOE y Más Madrid, provocó que la moción decayera.

En una línea similar a la seguida en el caso de la votación anterior, Izquierdo quiso dejar clara la postura del partido respecto al delegado. «Todos recordamos su alegato a favor de Bildu y Esquerra cuando llegó, y cuando manifestó que habían hecho mucho más por los españoles que todos los patrioteros de pulsera juntos. Es verdad que luego tuvo que pedir perdón y pedir disculpas, pero nunca lo reconoció y nunca dijo que lo sintiera». Además, subrayó que el delegado no es de su «agrado» y que simplemente se trata de «un esbirro más de Pedro Sánchez», si bien opinó que la violencia demostrada por algunos manifestantes «hay que combatirla».

Las concentraciones en Ferraz coparon las partes más calientes del debate de ayer. Por parte del PSOE, el concejal Enrique Rico tildó de «lamentable» la intervención del portavoz de Vox, que cree que «nunca debería tener cabida en una institución como el Ayuntamiento de Madrid». «Usted habla de golpe de Estado y de situación de extrema gravedad para el Estado de Derecho. Lo realmente grave para el Estado de Derecho son las concentraciones de grupos ultras, de grupos nazis, de grupos fascistas con mensajes racistas y machistas», añadió.

Por su parte, el portavoz adjunto de Más Madrid, Eduardo Fernández Rubiño, aseguró que el PP sufre de una «grave distorsión de la realidad» y cree que es «fruto de ese fanatismo y de ese sectarismo ideológico» que tienen, «alentando disturbios en las calles con lanzamiento de piedras y bengalas».