Vecinos
Un vecino de Chueca se sincera ante la celebración del Orgullo: "Todo es basura y orines"
La celebración del Orgullo vuelve a estar en el punto de mira de los vecinos
Muchas veces no se ve la parte mala de las celebraciones multitudinarias. En el caso de Madrid, los vecinos del barrio de Chueca llevan años huyendo de las fiestas del Orgullo, fijando sus vacaciones en torno a la semana de celebración. Aunque para la mayoría se consideran días de diversión, fiesta y reivindicación, para los habitantes de este barrio madrileños son un auténtico infierno lleno de ruido, basura y olor a meado en cada esquina.
Antes el barrio de Chueca era una zona degradada que se convirtió en un lugar de celebración para la comunidad LGBTQ+. A partir de 1989 tuvieron lugar las primeras celebraciones del Orgullo en torno a las calles de la zona. Ahora, es el epicentro de esta festividad en Madrid y símbolo de libertad, diversidad y convivencia. Sin embargo, la fama ha ido creciendo cada año y se ha transformado en una atracción turística que se olvidan de sus vecinos.
Huir del barrio
"Durante 10 días, se acaba el barrio para los vecinos. Chueca se transforma una fiesta pura y dura de alcohol, sexo y drogas", comunica Esteban Nieto, presidente de la Asociación de Vecinos de Chueca, a El Mundo. A diferencia de otros barrios de la capital, Chueca muestra una fiesta ininterrumpida de la que los vecinos escapan ante un desmadre que no les deja ni entrar a sus casas. "Si sales a trabajar a las 7 de la mañana, te encuentras a personas follando en la calle, pero no escondidas, sino en plena vía pública", añade.
Sin embargo, muchos vecinos llevan afrontando esta pesadilla durante años y aunque ya han hecho eco de sus derechos, muchos los consideran homófobos por intentar expulsar la fiesta del barrio. "Nosotros no tenemos nada contra la manifestación y el desfile. Esto es un auténtico desmadre y un mogollón horrible", expresa Nieto. Más allá del ruido y el ambiente, lo peor se ve reflejado en las calles llenas de basura y malos olores.
Ruido, orina y basura
En 2024, el Ayuntamiento de Madrid informó de que a lo largo de toda la semana del Orgullo en la capital recogió un total de 432.035 kilos de residuos. En concreto, solo 88.150 kilos se generaron durante a manifestación. "Hay que ser un poco más cívicos y quizá guardarnos un poco de basura encima", asegura una vecina de Madrid.
El ruido es otro de los aspectos que más critican los vecinos. Durante la semana, las plazas de Pedro Zerolo, Plaza de Rey, Puerta del Sol y Plaza de España acogen conciertos con artistas de la talla de Marta Sánchez, Ana Torroja, Chanel o Edurne. Aunque el Ayuntamiento de Madrid concede una exención de ruido, todos los años se excede el límite, enfrentándose a una multa de 60.000 euros según fuentes municipales.
Asimismo, los olores acaban entrando en los portales de los edificios, puesto que la gente se acostumbra a utilizar cualquier rincón de la calle en un urinario público: "Da la sensación de estar en un establo". Tras una declaración, un vecino afirmó que cada año era peor y la situación llegaba a ser insostenible. Tanto que dejó de vivir en Chueca: "Tenías que salir de tu casa a empujones y sorteando la basura. Abrías la puerta del portal y empezaba a entrar gente a presión. El barrio tuvo su época, pero ya pasó".