Medio ambiente

Nace el primer quebrantahuesos en Picos de Europa en 70 años

La naturaleza avanza en tiempos de coronavirus. Y el hombre, a veces, se redime. Aquí confluyen Deva, Casanova, Gerardo, Manuel y muchos más, nombres en un relato que culmina, o comienza, en un personaje que aún no lo tiene. Sí cuenta con el honor de ser el primer quebrantahuesos que nace en libertad en Picos de Europa en los últimos 70 años. La mano del hombre, que hoy ha conseguido que él sea una realidad, desempeñó el papel contrario hasta mediados del siglo pasado

Casanova a punto de acceder al nido en el que se encuentran Deva y el recién nacido.
Casanova a punto de acceder al nido en el que se encuentran Deva y el recién nacido.FCQ

Ella se llama Deva y tiene 10 años. Es una madre genial. Siempre preocupada por su bebé, no le abandona un segundo, le acompaña, le da calor y le consuela cuando es necesario. Nació en el Pirineo aragonés donde, con tres días de vida, fue rescatada de un hogar vacío. Él responde a Casanova. Tiene tres años más que Deva y es un padre atento. Consigue comida para la familia, reconoce el territorio y lo defiende si hace falta. Nunca se aleja demasiado. Juntos, y al tercer intento, han conseguido ser padres de un pollo aún sin nombre, pues hasta junio no conoceremos su sexo. En el momento de escribir estas líneas, el pequeño quebrantahuesos tiene 23 días, pesa 700 gr y se va a quedar a viviri allí, como lo hicieron sus padres. Él es el protagonista de una historia que es también la de toda una especie.

Gerardo Báguena Sánchez es el presidente de la Fundación Española para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) y es uno de los artífices de este pequeño milagro con plumaje. “Para todo el equipo, esta pauta de cría es un resultado impagable”, concluye una conversación en la que la pasión supera al lenguaje. Habla como un experto y transmite como un padre que ha visto nacer y crecer a su hijo en circunstancias claramente adversas. Este pollo sin nombre es el primero que nace en Picos de Europa en 70 años, en una zona en la que siempre hubo quebrantahuesos hasta que la actividad humana les empujó a la extinción. Lo que acaba de ocurrir es un hito para revertir su desaparición.

“Llevamos 25 años trabajando para recuperar la población de esta ave. Empezamos por consolidar la población pirenaica, estudiar in situ la situación real de la especie y sus factores de mortalidad para, después, buscar soluciones”, cuenta Gerardo. Todo se merecía una cierta urgencia, ya que llegó el momento en el que en España solo quedaban 50 parejas. En Picos de Europa, por ejemplo, los usos humanos habían devastado la población a veces de forma indirecta, como con los venenos dirigidos a los lobos, en ocasiones de manera directa: expediciones de cazadores europeos venían a cobrarse piezas singulares como urogallos, pero también este miembro de la familia de los buitres. Ambos factores empujaron al declive de la especie a mediados del s XIX y mediados del XX. Puede que ahora estemos ante el camino contrario.

La historia del pollo sin bautizar resume el modus operandi de esta operación de reintroducción. “Deva nació en Aragón, en el Pirineo, y fue recogida por el Servicio de Rescate e Intervención de Montaña de la Guardia Civil. Tuvieron que usar un helicóptero para llegar al nido, previamente abandonado, que se encontraba en un lugar inaccesible. El ejemplar tenía tres días de vida y presentaba signos de hipotermia, pero pudimos salvarlo”.

A continuación, se trasladó el ejemplar al centro de la FCQ en Pastriz, Zaragoza, donde comenzó su proceso de cría por impronta natural, que se resume en esta idea que lanza el presidente de la fundación: “Lo que tenemos son siempre huérfanos. Gran parte de las veces, incluso, huevos con embriones aún sin eclosionar. Una vez que nacen, disponemos de 120 días, que es el tiempo que tardar en echar a volar, para enseñarles todo lo que necesitan para ser competentes, pero sin ser sus figuras paternas”. En su día, Gerardo Báguena viajó a Estados Unidos y Argentina para aprender de qué manera superar ese hándicap crucial y volvió con unas conclusiones que ponen en práctica en el centro.

Para explicarlo, lo compara con un curso de inmersión lingüística: “Las aves nacen en un entorno lo más natural posible y todos los conflictos de alimentación, términos o afectivos, se los resuelve una réplica exacta de un quebrantahuesos. El pollo desarrolla una relación completamente natural con el señuelo, que somos nosotros, pero nunca nos ve”. Con 40 días, trasladan el pollo al Parque Natural de Ordesa, donde mantienen un comedero con las mismas condiciones de “camuflaje” que el centro de cría. Pero allí, los pequeños observan quebrantahuesos adultos volando. “Allí aprenden por imitación y ya con esa carga informativa los llevamos a Picos de Europa donde a los 15 días, más o menos, los soltamos”, finaliza el experto.

Hasta el momento, todos los ejemplares trasladados a Picos de Europa, sin excepción, se han quedado en la zona, lo que indica que la combinación impronta, territorio y conducta, es exitosa. Y este nacimiento es un paso más por muchos motivos. Primero por el hecho en sí. Segundo, porque demuestra que Deva, una hembra criada por impronta natural, es capaz de sacar adelante un hijo sin haber recibido la enseñanza de su madre real. Tercero, el ejemplo para sus congéneres. Los quebrantahuesos de los alrededores son conocedores de este hito, saben que un pollo ha nacido en un nido de su territorio. Y eso les lanza muchas señales relevantes: el lugar en el que viven es idóneo, hay comida, existe la tranquilidad suficiente para montar su proyecto de vida... Y en última instancia, se dan cuenta de que si esta pareja ha tenido un pollo, ¿por qué no hacerlo ellos?

“La colaboración hace que todos nos sintamos partícipes de esa recuperación”

Los buitres que viven en Picos de Europa han comprendido que la cadena natural ha comenzado en su territorio, pero para llegar a este punto, otra anterior se ha tenido que construir. La Fundación Española para la Conservación del Quebrantahuesos es privada, sin relación directa con gobiernos nacionales o regionales. Esto significa que en su día a día habitual cobra mucha importancia la obtención de fondos. En esta labor de financiación participan organismos como Comunidades Autónomas, Parques Nacionales, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico o la Comisión Europea, pero también aportaciones privadas como las del Banco Santander e Iberdrola como las más significativas.
La cadena también alcanza el ámbito de la colaboración que, por cierto, recuerda a otros proyectos nacionales o supranacionales de recuperación de especies como el del lince ibérico o el oso pardo. Un ejemplo muy visual de cooperación es el del Servicio de Rescate e Intervención de Montaña de la Guardia Civil, que moviliza todos sus medios para recuperar un pollo de quebrantahuesos.
En torno a este proyecto, Aragón siempre ha comprendido el carácter del programa y la necesidad de los ejemplares o los huevos rescatados en su parte de los Pirineos formen parte de él, sean dónde sean liberados finalmente. Gerardo Báguena es claro en este punto, “este proyecto es una realidad porque las Comunidades Autónomas lo han querido”. Manuel Alcántara, el jefe del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón, es una de esas personas que han contribuido fielmente desde el ámbito público:
¿Cómo y cuándo nació esta preocupación en Aragón por controlar y recuperar la población del quebrantahuesos?
El primero de los planes de recuperación del quebrantahuesos de Aragón data del año 1994. Administrativamente llevamos trabajando con la especie alrededor de 25 años, aunque todo se remonta a más tiempo, a los años 80. Podemos decir que es una historia de recuperación muy antigua.
Y en qué momento fuisteis conscientes de que era algo que iba más allá de vuestra Comunidad Autónoma?
Sobre todo cuando la especie comenzó a recuperarse de una manera más visible. En un principio teníamos identificadas unas 30 parejas de quebrantahuesos y ahora controlamos unas 90. Y en este proceso, llegó un momento en el que nos dimos cuenta de que no teníamos mucha más cabida en el pirineo aragonés para tantos ejemplares y que debíamos extender el proyecto y la responsabilidad de conservación a otros territorios. Hace unos 15 años empezamos a plantear la necesidad de colaborar con comunidades ajenas a la nuestra.
¿Cómo valoras este proyecto de recuperación en el que venís colaborando?
A la hora de trabajar con una especie amenazada tenemos que utilizar todos los elementos a nuestro alcance, como no puede ser de otra manera. Esto nos ha llevado a un modelo en el que colaboran muchas instituciones o entidades y en el que cada una se siente implicada, lo que nos permite experimentar un mayor impulso. En este caso del quebrantahuesos ha dado muchos frutos. Trabajar como lo hemos hecho con otras Comunidades Autónomas, ONG o incluso la Guardia Civil ha fomentado, además, que todos nos sintamos partícipes de esa recuperación.
¿Cómo ves su futuro?
El proyecto de Picos de Europa ha demostrado algunas cosas que pensábamos cuando empezamos a trabajar en él. Por ejemplo, la posibilidad de que la población de quebrantahuesos de la zona actuase como atractivo para los ejemplares de los Pirineos que llegasen allí de una manera natural. Esto es lo que ha ocurrido con la pareja que acaba de criar, ella es liberada en Picos de Europa y él procede de los Pirineos. Por otra parte, parece que las cosas, cuando haces este tipo de reintroducción se aceleran un poco más, lo que da pie a trabajar en áreas cercanas como pueden ser el Sistema Ibérico o el Sistema Central. La experiencia acumulada puede servir para acelerar los procesos en otras cadenas montañosas. Esto es importante si tenemos en cuenta que esta especie tiene un ciclo vital muy lento. Por ejemplo, tardan entre 6 y 8 años en ser fértiles. Cualquier estrategia que se ponga en marcha necesita de muchos años para mostrar sus frutos.