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Desarrollo Sostenible
La Ley de Restauración de la Naturaleza supera su primer escollo europeo
Una ajustada votación en la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo salva la ley de la desaparición
Al final la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE seguirá adelante. El día de ayer marcaba un hito importante sobre esta legislación en el Parlamento Europeo. Nadie sabía a ciencia cierta si sería el último día de esta propuesta legislativa para la protección de los espacios naturales del continente, porque se esperaba una ajustada votación en la comisión de Medio Ambiente. En las últimas votaciones en el Parlamento tanto en las comisiones de Pesca y Agricultura se votaba en contra de la propuesta por amplia mayoría. Sin embargo, ayer se imponían los votos a favor de liberales y socialdemócratas en la cámara.
El Partido Popular Europeo llevaba tiempo mostrando su desacuerdo con la ley junto al sector agrícola, representado en Europa por el Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (CopaCogeca). Ambos consideran «que los objetivos de restauración son demasiado estrictos y ponen en riesgo la forma de vida de los agricultores y pescadores, así como la producción de alimentos en la UE». Uno de los argumentos utilizados por los populares esquela ley obligará a dedicar el 10% de cada explotación agrícola a crear corredores de biodiversidad.
El objetivo de la Comisión cuando propuso esta ley hace un año era el de restaurar al menos el 20% de zonas terrestres y marinas de la UE para 2030 y de todos los ecosistemas que necesiten restauración para 2050. Y es que «más del 80% de los hábitats europeos están en malas condiciones de conservación y más del 70% de los suelos están en condiciones de insalubridad, lo que produce una pérdida de productividad agrícola por un valor de 1.250 millones al año», decía entonces la Comisión. «Esta ley es una pieza legislativa fundamental, y de obligado cumplimiento, que marcará la política de aquí a diez años. El problema es que ha habido una mala interpretación del texto que se ha aprovechado para crear confusión. Los argumentos en contra nos esos tienen y se han desmantelado uno a uno con datos científicos», afirma Luis Suárez, coordinador de conservación deWWF.
En julio habrá una nueva votación y si finalmente se promulga la ley, los gobiernos europeos tendrán que crear normas que protejan todos los hábitats, no solo aquellos y a la Red Natura 2000. Y aquí, dicen las organizaciones conervacionistas, se desmontan algunas de las quejas. «La medida del 10% no es obligatoria, tiene que decidir cada país, y se contemplan medidas compensatorias», matiza Suárez.
Días antes de la votación, WWF y otras 116 organizaciones (entre ecologistas, científicas, sociales, productores de energías renovable, algunas organizaciones agraria y de cazadores, etc .) mandaban una carta abierta a la presidenta de la Comisión, Ursulavonder Ley en la que pedían salvar esta propuesta legislativa, entre otras cosas por las ventajas económicas que conlleva proteger los espacios naturales. «Esta Ley puede cambiar las reglas del juego para la naturaleza, las personas, el clima y la economía ya que cada euro invertido en restauración de la naturaleza suma entre ocho y 38 euros de beneficio. La red Natura 2000 proporciona beneficios económicos de 200-300 mil millones de euros anuales y sustenta alrededor de 4,4 millones de puestos de trabajo. Por otro lado, los desastres relacionados con el clima extremo, como inundaciones e incendios, ya están causando pérdidas de más de 12 000 millones de euros al año en Europa», dice el texto.
Algunos analistas ven en lo ocurrido en torno a esta ley un preludio de las tensiones previas a las elecciones europeas del próximo año, aunque lo cierto es que el enfrentamiento entre conservacionistas, legisladores europeos y sector agrícola no ha hecho sino crecer en los últimos tiempos. Las posiciones son cada vez más distantes entre quienes creen que hay que acelerar la transformación económica y proteger la naturaleza y quienes consideran que se está ahogando al sector. Jaume Bernis, representante del Comité Ejecutivo de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, recuerda que en Europa «en los últimos 15 años se han perdido un 37% de agricultores y ganaderos. Aquí se producen alimentos que tienen que pasar unos controles medioambientales estrictos, pero luego se venden productos de terceros países con menos normativa medioambiental y, además, más barato. Además, se protegería otro 30% más de tierra cuando ya se conserva un porcentaje similar en la red Natura 200 y en los espacios ZEPA. Tanta medida está provocando que seamos cada vez menos cultivando. La propia Comisión admite que con esta normativa se reducirán ingresos en el sector».
Lo más grave, dice Bernís, es que «todo esto se quiere hacer con el presupuesto de la PAC cuando esta ya reduce el presupuesto un 10% y un 22% del mismo lo dedica a los llamados eco regímenes. Ahora dicen que esta ley que no permite cultivar se financie también así. Parece que nunca es suficiente presión para nosotros».
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