Entrevista

“Si no reactivamos la demanda llegarán los ajustes de plantillas”

Raúl Palacios, presidente de Ganvam, afirma que “hay que revisar los mecanismos de los planes de ayudas para que sean eficaces”

Raúl Palacios, presidente de Ganvam
Raúl Palacios, presidente de GanvamGanvamGanvam

La crisis del automóvil, con caídas generalizadas de ventas tanto el año pasado como en los dos primeros meses de este ejercicio, han puesto contra las cuerdas no sólo a los fabricantes, sino especialmente a las redes de distribución. Cientos de pequeñas y medianas empresas que forman todo el tejido empresarial del motor y que se enfrentan a unas caídas de facturación superiores al 40% en muchos casos. Raúl Palacios, como presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) conoce de cerca todos los problemas derivados de una serie de decisiones equivocadas del Gobierno que han llevado al sector al límite de su resistencia y que tendrá consecuencias graves en nuestra economía.

P.-¿La aplicación de las nuevas mediciones WLTP es la principal culpable de las caídas de ventas de enero y febrero?

R.-Estamos ante una tormenta perfecta. Si al impacto de la crisis del coronavirus, le sumamos la aplicación de las nuevas mediciones WLTP provocando una subida del precio de los vehículos, lo que se hace es retraer todavía más la demanda, en un momento ya de por sí muy, muy delicado para el sector. Si nos fijamos en mercados como el italiano, donde el Gobierno sí ha modificado el impuesto de matriculación para que no suba con el WLTP, las matriculaciones cayeron en enero un 14%. En Francia, donde también se ha modificado, cayó un 5,8%. En España, nada menos que un 51%. Esto nos está demostrando que en una situación excepcional como la que ha provocado la pandemia, se necesitan incentivos especiales para seguir con la necesaria renovación del parque. Sin embargo, si en lugar de incentivar se penaliza con una subida media del 5% en el precio, se retrasará esa renovación; por no hablar del impacto negativo que la caída de las ventas de coches tiene sobre el desarrollo económico y empleo. Desde el sector de la movilidad no estamos en contra de la normativa ni pedimos otra moratoria, sino una implantación que no frene la compra de vehículos ni la renovación del parque.

P.-De continuar esta tendencia ¿qué impacto tendrá sobre el empleo en las redes de distribución?

R.-La pérdida de empleo tiene una relación directa con la caída del mercado; ya lo vimos con la crisis de 2008, que se llevó por delante más de 50.000 empleos. En el sector de la distribución, cerramos 2019 con 347.300 empleados y 2020, con 344.000 empleados: esto significa una destrucción de 3.300 empleos en el último año; y realmente, se ha resistido y se ha evitado una destrucción mayor, gracias a los Erte. Sin embargo, una vez que esta fórmula termine, como no hayamos conseguido reactivar la demanda comenzaremos a ver importantes ajustes en plantilla.

P.-¿Por qué no han funcionado los planes de ayudas? ¿Deberían establecerse otros nuevos y con diferentes criterios?

R.-Hace falta una revisión de los mecanismos de incentivo para que los planes sean eficaces. El retraso en la puesta en marcha de la herramienta online para gestionar las ayudas del Renove y el hecho de que no fuera una herramienta fácil de utilizar para quien no estuviera familiarizado con los trámites online hizo que su carácter incentivador se diluyera. Además, el incentivo para los vehículos etiqueta C era muy reducido y se obtenía más revendiendo el vehículo antiguo en el mercado de segunda mano que entregándolo para achatarrar, lo que le hace un flaco favor al espíritu del plan, cuando lo que hay que hacer con estos modelos de más de diez años es retirarlos de la circulación. Si se le hubiera dado continuidad al plan aprovechando los 200 millones que se han quedado sin utilizar y corrigiendo estos planteamientos, se hubiera amortiguado el desplome de las matriculaciones en enero.

P.-¿Qué debería hacerse para que fuera una realidad el desarrollo de los coches eléctricos en España?

R.-Desde el sector estamos plenamente comprometidos con los objetivos de descarbonización e incluso hemos unido fuerzas a través de la plataforma Neutral in motion para contribuir a conseguir que España alcance la neutralidad climática en 2050. Pero la Administración debe acompañar: falta que el vehículo eléctrico sea asequible en precio y para eso es necesaria la continuidad del Moves, pero con un reparto de fondos más acorde a la demanda real y completarlo con medidas fiscales, como la reducción del IVA; y por supuesto, hace falta eliminar las trabas administrativas que permitan el despliegue de los puntos de recarga.

P.-Tras dos años en la presidencia de Ganvam ¿cree que existe sintonía entre el sector de la automoción y el Gobierno?

R.-El Gobierno siempre ha demostrado tener sensibilidad con la automoción. De hecho, el Plan de Impulso a la Automoción que se presentó en junio es una prueba. Nos reconocía como estratégico para la economía y recogía iniciativas a corto, medio y largo plazo orientadas no solo a la recuperación sino a la transformación del sector. Lo que ocurre es que las medidas no se están materializado en tiempo y forma. Nos hemos encontrado diferentes interlocutores con planteamientos diferentes y, precisamente, por esas ineficiencias entre administraciones, venimos reclamando un interlocutor único al más alto nivel.

P.-Cada vez prolifera más la venta online incluso entre fabricantes ¿Qué papel jugará un concesionario en el futuro y cómo debe de evolucionar?

R.-La labor del concesionario puede quedar limitada a ser un centro de entrega de vehículos gestionado online. Por eso, las patronales debemos acompañar a las pymes de la distribución en su proceso de digitalización; y ojo, que con digitalizar no me refiero a subir la oferta a una web. Vamos hacia un parque conectado por lo que digitalizar es cambiar el enfoque y el planteamiento del negocio para pasar de vender “hierro” a vender servicios de movilidad. El nuevo modelo de negocio de la distribución debe construirse sobre la base de un ecosistema de servicios digitales (vía apps, etc.) que nos permita suplir el margen que podríamos perder por la disminución de las ventas directas.