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Gasolina ‘low cost’: ¿es mala para nuestro vehículo?

Los carburantes baratos cuidan el bolsillo de los conductores, pero ¿es cierto que dañan el motor?

Los precios de los combustibles se acercan a los dos euros el litro
Los precios de los combustibles se acercan a los dos euros el litroMax RossiREUTERS

La diferencia de precios entre la gasolinera más cara y la más barata de España es de 45 céntimos por litro de gasolina y de 43 céntimos por litro de gasóleo, según el último informe de la distribución de carburantes en estaciones de servicio que elabora mensualmente la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), correspondiente al pasado diciembre.

Este abismo de precios hace que los conductores más avispados busquen y comparen entre las diferentes estaciones de servicio antes de repostar para ahorrar dinero. Las gasolineras de bajo coste son una de las opciones para cuidar el bolsillo, pero reducir el consumo del vehículo es la mejor forma de no gastar de más. El “low cost” se suele asociar a un producto de peor calidad que, en este caso, podría influir en el rendimiento y cuidado del coche, pero ¿los carburantes baratos son malos para el motor de nuestro vehículo?

Lo cierto es que, por muy barata que sea la gasolina, nunca va a ser dañina para el coche. CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos), ahora Exolum, reparte a las distribuidoras la misma materia prima a todas las estaciones de servicio, ya sean “low cost” o de marca, por lo que la calidad es igual. Además, todos los carburantes tienen que cumplir las normas exigidas por la Ley. Entonces, ¿dónde está la diferencia?

Los aditivos y el servicio de las gasolineras, las claves del precio

Las empresas que suministran el carburante a los conductores suelen vender una gama de productos de mejor calidad para cuidar la mecánica del vehículo. Estos carburantes llevan aditivos que mejoran las características del líquido, como detergentes para mantener limpios los sistemas de inyección, anticorrosivos para proteger a los componentes de la oxidación y lubricantes para reducir el desgaste de los elementos del motor. Todos estos productos químicos añadidos mejoran la salud del vehículo y tienen un precio.

Además, la diferencia entre las gasolineras premium y las “low cost” se acrecenta en el tipo de servicios que ofrecen. El principal ahorro viene por la falta de personal en las de bajo coste, lo que permite a las compañías tener unos mayores márgenes de beneficio para lanzar productos a precios más competitivos. Al autoservicio se le suman unas instalaciones más modestas, sin servicios adicionales como tienda, túnel de lavado, cafetería o aseos.

También entra en juego el factor “supermercado”. Cada vez es más frecuente ver estaciones de servicio con la identidad de marca de grandes superficies comerciales, como Carrefour y Alcampo. Suelen tener precios bastante atractivos, con descuentos adicionales por la compra de productos en el establecimiento. De hecho, la gasolinera de Alcampo en Reus (Tarragona) es una de las que ofreció la gasolina más barata en diciembre, según la CNMC.